La productora Orreaga Filmak será la encargada de hacer realidad un proyecto cuyo rodaje se prevé se desarrolle a lo largo del año que viene y se estrene en el 2017. Las localizaciones escogidas para dar vida a los personajes y a la trama son las mismas que se plantean en el libro: Madrid, San Sebastián durante el Festival de Cine, y Burdeos en plena vendimia. “Eso va a abrirnos puertas en el país vecino –comenta Gasull- Los productores ya están buscando vías de coproducción con Francia, y se empiezan a barajar los primeros nombres para los actores protagonistas y el director.
La escritora, que se muestra entusiasmada ante este nuevo reto, reconoce que le encantaría hacer un cameo "aunque sea de vendimiadora recogiendo uvas", aunque en estos momentos piensa más en la actriz que pueda hacer el papel de protagonista. “Será necesario una actriz con muchos recursos… no va a ser fácil llevar a la pantalla a un personaje tan complejo como el de la inspectora Oteiza. Pero los primeros nombres de actrices que se están barajando me parecen muy buenas opciones."
Y es que la relación que están manteniendo la autora y la productora es estrecha. Tanto que Gasull ya ha comenzado a trabajar en el tratamiento del guion junto con el guionista asignado. "Estoy muy ilusionada con este nuevo proyecto –comenta-. Coincido con los productores en sus ideas y puntos de vista, y voy a intentar colaborar en todo lo que sea posible en la elaboración de la película, aportando mi ayuda, absorbiendo como una esponja y aprendiendo de todo".
No hay duda que la experiencia supone todo un reto, a la vez que una ocasión magnífica para formarse en un mundo que siempre le ha apasionado. "El cine siempre me ha gustado. De hecho eso se nota en mi manera de escribir. Utilizo una visión bastante cinematográfica a la hora de describir escenarios y escenas de acción en la novela. Pero esto es diferente. Es muy curioso observar cómo la trama y los personajes son vistos por el guionista a la hora de adaptarlos al lenguaje cinematográfico, un lenguaje totalmente diferente al lenguaje literario".
Ahora los dos lenguajes tienen que fundirse en una nueva historia que quizá nos permita ver en futuras ediciones del Zinemaldia a la inspectora Oteiza resolver nuevos misterios en su ciudad natal, San Sebastián.
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