El Bastón de Mando, el Arca de la Alianza, la Mesa de Salomón o el Santo Grial son algunos de los objetos sagrados que se investigan al detalle en el libro y donde se cuenta, además de su origen e historia, la voluntad de tantos, en especial del grupo comandado por un loco llamado Adolf Hitler, de acapararlos para él, y con ello, todo su poder. Una investigación siempre llevada a cabo desde la experiencia del propio autor en el campo. Encontramos todo tipo de detalles, con forma de diario de viaje, donde Fernández Bueno habla con especialistas y expertos en cada uno de los temas para dar todas las posibles perspectivas sobre los temas tratados. Y es que ese es uno de los principales aspectos a destacar del libro, el hecho de no decantarse por ninguna apreciación subjetiva a la hora de contar los estudios y experiencias más que el de siempre darse a la duda. Fernández Bueno es uno de aquellos investigadores que prefieren la búsqueda al encuentro, que viven del misterio y no de la resolución de este, tal y como sucede en la vida misma: ¿o no es más importante el viaje que el destino?
Y aquí, de viaje, encontramos mucho camino. Llegando a épocas inimaginables anteriores a Cristo, observando civilizaciones levantadas y organizadas en años imposibles, paseando por la confusa Atlántida, viviendo la crucifixión (¿?) de Cristo o siguiendo el rastro de la Sábana Santa. Todo ello mezclado con el aura de misterio que tan bien sabe explotar
Lorenzo Fernández Bueno, dejando siempre con ganas de saber más, con la obligación de meterse en Internet para buscar información adicional. Fernández Bueno sabe introducir como pocos en el lector la semilla del misterio, aquella que cuando está dentro de uno ya le acompaña a lo largo de su vida.
En definitiva, un libro de obligada lectura para todo aquel anhelante de secretos guardados a lo largo de la historia, del conocimiento de las distintas caras que puede tener aquello a lo que llamamos verdad. Porque, como hemos comentado, no hay una sola verdad si es que ella realmente existe. Y ahí reside la gracia, en ser lo suficientemente inteligentes y honestos para saber abrirse a todas, aceptarlas, estudiarlas, comprenderlas y, a partir de ese momento, decidir, o no; pero nunca querer imponer. Y es que como defiende Joseph Campbell: «en cuanto la poesía del mito es interpretada como biografía, historia o ciencia, muere».
Puedes comprar el libro en: