¿Dónde vamos después de la muerte? ¿Hay otra vida después de esta terrenal? ¿Podemos conectar de alguna forma con los seres queridos que han muerto? ¿Cómo podemos aceptar la muerte sin miedo?... Son preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez. La experiencia personal de
Janis H. Durham, una ejecutiva de éxito, directora de uno de los periódicos más prestigiosos de California, le llevó a abordar de una manera seria y rigurosa el tema, y a perder el miedo al ridículo para escribir “
La mano en el espejo”, un libro con el que busca alentar a la gente a hablar abiertamente sobre sus experiencias de comunicación con sus seres queridos después de su muerte.
En el primer aniversario de la muerte de su marido, Janis empezó a ver signos de su presencia, el primero, la huella de su mano en el espejo del baño. La aceptación de esta presencia, y su intento racional de comprender lo que pasaba, le empujó a emprender un viaje que la transformaría espiritualmente y cambiaría para siempre su punto de vista sobre la percepción de la realidad. En este camino, se entrevistó con científicos, personas que habían tenido experiencias similares y expertos en espiritualidad, y descubrió que lo que separa este mundo del más allá es muy frágil, y que la conexión entre los dos mundos se fundamenta en el amor.
La búsqueda del sentido de la muerte y de una conexión con la otra vida ha marcado la historia de la humanidad. Pensar en lo que hay más allá de la muerte nos incomoda y nos plantea un desafío y todos, desde los más creyentes a los más escépticos, nos planteamos en algún momento de la vida la posibilidad de entrar en conexión con los seres queridos que ya no están en este mundo. Científicos, teólogos, escritores, músicos, poetas y artistas han abordado la pregunta directa o indirectamente y la humanidad sigue buscando respuestas.
La historia de Janis H. Durham va más allá de la vivencia en primera persona de un fenómeno paranormal. Como la protagonista de la película Ghost, esta prestigiosa ejecutiva californiana, experimentó la presencia de su marido muerto recientemente y sintió que estaba tratando de comunicarse con ella. A riesgo de perder su reputación y de que la tacharan de loca, decidió emprender una búsqueda de respuestas sobre lo que le estaba sucediendo y finalmente, a escribir este libro que tras publicarse con enorme éxito en Estados Unidos, se lanza ahora a 14 países, entre ellos España.
En el 2004, Max Besler, el marido de Janis Heaphy Durham, murió de cáncer a los 56 años. Janis, hija de un pastor presbiteriano, recurrió primero a la fe para superar la pérdida de su compañero pero pronto empezó a experimentar fenómenos paranormales: luces parpadeantes, puertas que se abrían y cerraban, y relojes que se paraban a las 12.44 h, la hora exacta de la muerte de Max. Hasta que un día, uno de estos fenómenos marcó un antes y un después en la vida de Heaphy Durham: la huella de una mano apareció en el espejo de su baño en el primer aniversario de la muerte de Max. Esto llevó a Janis a emprender un viaje que la transformó espiritualmente y cambió para siempre su punto de vista sobre la percepción de la realidad. A lo largo de este camino, se entrevistó con científicos y expertos en espiritualidad, y descubrió que lo que separa este mundo del más allá es muy frágil, y que este ente que conecta a los dos mundos se fundamenta en el amor. Janis Heaphy Durham nació en Kalamazoo, Michigan, en 1951. Trabajó durante unos años en el departamento de publicidad de Los Ángeles Times, donde llegó a ocupar varios cargos de responsabilidad. En 1998 el periódico Sacramento Bee la nombró editora y presidenta de este diario, el principal de la capital del estado de California. Janis se retiró en 2008 y vive entre Sun Valley, Idaho y Sarasota, Florida.
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