El libro fue presentado por el periodista deportivo catalán Martín Perarnau, autor del bestseller “
Herr Pep”. El entrenador del Bayern de Munich fue acusado de dopaje cuando era jugador del Brescia e, increíblemente, fue absuelto cuando había pruebas concluyentes en su contra, quizá el apoyo a la candidatura de Catar, país democrático donde los haya, le valió lavar una imagen deteriorada por el escándalo del dopaje. Así es cómo funciona el mundo del fútbol.
El fútbol es el deporte que más dinero mueve a su alrededor. “El fútbol es la religión moderna”, afirma con contundencia el periodista alemán y donde los sobornos, la corrupción, el escándalo, son sus sacramentos, que administra el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, suizo que conoce muy bien los mecanismos de opacidad que tan bien manejan las instituciones bancarias y deportivas con sede en el país centro europeo.
Para Martí Perarnau el libro de
Thomas Kistner es “muy extenso y documentado, con más de cuatrocientas citas bibliográficas y donde nos enseña la desaparición de las fronteras entre lo honesto y lo deshonesto”, quizá porque lo honesto hace ya años que desapareció de las instituciones deportivas. Esas líneas rojas han desaparecido porque nadie es capaz de pintarlas o sí. Y ha tenido que ser el FBI quien hiciese saltar la liebre judicial. El resultado es la momentánea dimisión de Blatter y amenaza con volver. ¡Dios nos pille confesados!
“Con Blatter, el término FIFA se ha convertido en sinónimo de corrupción. En los años que el suizo lleva como presidente, director o secretario general, la federación se ha convertido en una especie de instrumento privado. Blatter dicta las reglas- Es la ley”, explica el periodista teutón en una tórrida mañana madrileña, en la cual sus afirmaciones hacen subir más aún la temperatura ambiente, aunque estamos tan acostumbrados a tanta corrupción que nadie mueve un dedo para denunciarla.
Todo comenzó con Horst Dassler, hijo de Adi Dassler, fundador de la empresa de ropa deportiva Adidas; “cambió el deporte y lo convirtió en un negocio. Sus hombres de confianza se han repartido el deporte mundial sobre el que siguen reinando”, relata
Thomas Kistner. Dassler comenzó regalando la equipación deportiva a las selecciones de muchos países y equipos de fútbol, a cambio los votos de esos países o equipos iban a parar a los protegidos de él. En la FIFA, primero fue Joao Havelange y luego su protegido.
Pero no sólo ocurre en el fútbol, para Kistner todos los deportes están contaminados y una prueba es el Señor de los Anillos, el falangista Juan Antonio Samaranch que se hizo con los mandos del Comité Olímpico Internacional (COI), con sede en Lausana, Suiza. Otra casualidad. El dueño de Adidas los controlaba y sus prebendas no se quedaban sólo en ellos, sino que llegaba a todos sus familiares y amigos y si no echen una ojeada en qué negocios andan los hijos o familiares de estos individuos. Todo esto nos muestra qué pequeño es el mundo del deporte.
Su manera corrupta de hacer negocios se asemeja a la de la Mafia, “la FIFA opera como Vito Corleone, repartiendo sus áreas de negocio entre los miembros de la familia”, dice el autor en la presentación del libro. Y todo porque “el fútbol se controla a sí mismo. No vemos que ningún equipo de fútbol tenga problemas en los tribunales ordinarios. No se tiene ningún control sobre ellos. Imagínense si ocurriese lo mismo con la banca”, razona. Eso al fin y al cabo es lo que ocurre en paraísos fiscales como Suiza, Gibraltar, Andorra y otros muchos.
Para
Thomas Kistner, las denuncias no han hecho más que comenzar. “No ha salido más que un 5% de lo que puede salir. Esto acaba de empezar”, afirma convencido. En el alero están los mundiales de Rusia y Catar. Todo lo que pasa por la FIFA tiene un tufillo a corrupción y todo lo que pasa por ciertas federaciones de fútbol, también. “Ninguna federación grande ha podido estar ajena a estas corruptelas”, concluye el periodista alemán en clara referencia a Ángel Villar.
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