Erik Axl Sund es el seudónimo de los escritores
Jerker Eriksson y
Hakan Alexaqnder Sundquist. Hakan es ingeniero de sonido, músico y artista y de los dos es el más serio, reconcentrado y esquivo, aunque amable con el entrevistador. Jerker fue productor de la banda de electropunk de Hakan y ha desempeñado trabajos como conserje, estibador, encargado de almacén y bibliotecario de una prisión, trabajos que ha dejado a un lado para escribir novelas negras junto a su amigo Hakan.
“Es frecuente en Suecia escribir novelas negras a cuatro manos”, dicen los escritores escandinavos nada más comenzar nuestra conversación en la sede de su editorial madrileña. Tanto, que últimamente ya hemos entrevistado a otra pareja de escritores suecos, parece ser que se está convirtiendo en una moda eso de escribir entre dos, pero el resultado es tan satisfactorio que nos parece buena idea que se haga así.
“
Persona” es el primer libro que publican. “En realidad sería una tercera parte de nuestro primer libro, pero como era demasiado extenso la editorial decidió dividirlo en tres”, apuntan con prestancia. Persona es el primero, recién publicado, Trauma el segundo, que se publicará próximamente en junio y Catarsis, el tercero y último que llegará a las librerías el 10 de septiembre. Así conformarán la trilogía “
Los rostros de Victoria Bergman”, un auténtico acontecimiento literario a nivel europeo.
La forma de escribir de este dúo sueco no difiere mucho de las parejas de escritores que hemos entrevistado. “Uno escribe un capítulo y el otro el siguiente. Nos los intercambiamos y empezamos a corregir; una vez terminado lo devolvemos y vuelve a corregir”, explican con una sonrisa en los labios. Este juego puede llevar casi hasta el infinito porque les gusta corregir y corregir buscando la perfección. En otras ocasiones, se dividen los personajes y se los cambian las veces que haga falta para buscar la sorpresa del lector.
“No solemos tener un plan detallado sobre cómo se va a desarrollar la novela. Sí las líneas general, en esto somos muy autodidactas y lo que hacemos es la prueba de ensayo y error, tantas veces como necesita la novela para que funcione”, se confiesan al unísono, quitándose la palabra el uno al otro. Y eso que son muy demócratas como señalan, ya que todas las decisiones las toman por consenso. En eso son muy suecos.
Persona es una novela de mujeres. La protagonista en una policía de 65 años de edad, que tiene que descubrir al asesino de un joven del que ha aparecido su cuerpo momificado. “En un principio el papel era de un hombre, pero nos pareció más interesante que fuese una mujer, fumadora de puros, una forma de poner a prueba nuestros prejuicios”, aclaran. Tanto a ellos como al lector. Y ese cambio en realidad funciona y hace más interesante la novela.
La trilogía lleva vendidos más de tres millones de ejemplares. Ahora esperan que en España se convierta en el mismo fenómeno que ha arrasado las tierras vikingas. “Una persona que iba a una de las bibliotecas en las que he trabajado me escribió y me dijo que era el libro más terrible que había leído en su vida. Ahora tenemos esa carta colgada de la pared en nuestro despacho de Estocolmo”, cuenta Jerker Eriksson.
Y saber que todo empezó como una parte de una terapia que estaban haciendo los dos… “Queremos escribir sobre víctimas, sobre personas que han sufrido traumas en su infancia y la evolución que esto supone en su psique y en su vida mental”, señalan. Una de las tramas del libro va precisamente sobre eso, sobre los abusos a niños, tanto en Suecia como en países africanos, en donde se llegan a manipularlos de tal manera que en muchísimas ocasiones terminan como niños soldados capaces de matar sin hacer preguntas.
“Hay muchos trastornos de personalidad múltiple en estos niños soldados y hay muy poco escrito sobre el tema”, valoran. Los efectos post-traumáticos en estos niños pueden ser de distinta índole. “Algunos, como mecanismo de defensa, desarrollan otra personalidad y creen que quien ha cometido esos crímenes son otras personas. Algunos han llegado a desarrollar hasta 27 personalidades”, expresan.
Este original dúo cree que la única forma de contar la historia era desde una única perspectiva, por eso prefirieron escribirla en tercera persona, la forma más usada por los escritores de novela negra. Con la intención de hacerla lo más creíble posible estuvieron en todos los lugares donde transcurre la novela, menos en África. “Lo consideramos demasiado peligroso”, advierten y para eso está Internet, para impregnarse de los colores, de los olores y de la atmósfera del lugar.
Para ellos, lo más difícil ha sido reescribir una y otra vez la novela. “Hemos querido hacer una novela compleja. Tan complicada como nos ha sido posible”, revelan satisfechos porque creen que lo han conseguido. Ahora para finalizar quieren preparar un disco con las músicas de las que se hablan en el libro. Mucha música underground y electropunk suecas. Se nota que antes de dedicarse a la literatura proceden del mundo del arte y de la música. Tanto es así, que reconocen que no leen mucha novela negra. Sus gustos van hacia la literatura clásica y si tuviesen que elegir a algunos autores, éstos serían Heinrich Boll y Paul Auster.
Se lo podemos perdonar, porque ambos son escritores extraordinarios, pero no citar a los grandes autores de novela negra es casi imperdonable, ya que su literatura tiene mucho de ellos: crímenes, dureza, abusos, injusticias…
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