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"El juego sigue sin mí", de Martín Casariego

domingo 26 de abril de 2015, 20:53h
'El juego sigue sin mí', de Martín Casariego
Martín Casariego ha ganado con “El juego sigue sin mí” el Premio de Novela Café Gijón este año. Una novela iniciática, de descubrimiento, dolorosa, contada desde la pérdida de la inocencia.
Todos hemos tenido una persona que nos ha marcado, y suele ocurrir en cada época de nuestra vida. La pareja que nunca podremos olvidar, que nos cambió la vida, la forma de mirar el mundo, el amigo con el que maduramos, con el que crecimos, el primer amor, el primer dolor, y muchas veces, como en esta novela de Martín Casariego, el amigo que nos descubrió la vida, que nos hizo asomarnos por primera vez a ese mundo de los adultos donde los dolores son de verdad, donde las pérdidas son para siempre, donde se pierde la cabeza, con el que se recorren caminos que ya nunca se volverán a transitar, de vuelta.

El protagonista de esta novela de iniciación, de descubrimiento, que podría llamarse Ismael, conoce, cuando tiene catorce años, a Rai, “lo más parecido a una leyenda que yo haya conocido”. Y nos lo cuenta desde sus veintitrés, por lo que el relato no termina jamás de ser un relato de madurez, de lejanía, de melancolía incluso, tamizado por el tiempo, sino que es cercano, y los sentimientos que despierta acaban de ser sentidos, acaban de ser asumidos, prácticamente.

Rai entra en la casa del protagonista, como profesor particular, y comienza una relación que afecta a toda la familia, no sólo a él, sino también a su madre, que cree descubrir el último retazo de una pasión tal vez imposible, y a su hermana. Pero el paso de Rai por el mundo termina afectando a todo: a los equilibrios de poder del instituto, a la relación con algunos amigos, y por supuesto, a la relación consigo mismo.

Rai va contando poco a poco su propia historia, una historia trágica, y acompaña al protagonista a lo largo de ese año fundamental en el que descubre la violencia, en el que ve por primera vez una pelea delante de sí, y se mancha con la sangre de verdad, descubre a sexualidad, la prostitución, las drogas, descubre el miedo, el dolor, la música, cierto tipo de música, y la literatura, cierto de tipo de literatura, hasta terminar descubriendo cosas de sí mismo y de los demás que le sorprenden, que no le gustan y que tendrá que asumir, como la mentira, la posibilidad de una mentira o de una realidad inaceptable.

Porque "El juego sigue sin mí" trata de lo que sabemos de los demás, de lo que sabemos de nosotros mismos, del doloroso descubrimiento, de la búsqueda y de los caminos que tenemos que recorrer para llegar a conocernos cada vez un poco más.

Aunque haya una sorpresa, una arcada final, que justifique que el narrador cuente esta historia: una forma de curar las heridas más profundas. “Para intentar sacarlas al sol y ver si así cicatrizan mejor.

Aunque continúes sin saber apenas nada de ti mismo ni de quienes te rodean”.


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