“Esta novela es la más completa de las que he escrito, la más equilibrada, pero también la más compleja”, afirma el escritor de Morón de la Frontera en la entrevista que hemos mantenido en la sede de su editorial. “Solo amanece si estás despierto” narra el encuentro de dos personas, “dos náufragos”, en una azotea de Sevilla, ciudad a la que ha dedicado tres de sus cuatro novelas porque “me resulta más fácil ubicarlas en mi tierra”, donde se plantean si es posible cambiar sus vidas y comenzar de nuevo después de un intento de suicidio por parte de uno de estos dos náufragos.
Está escrita en tercera persona con diálogos que se incrustan dentro de la narración sin grafía específica. “Así me forzaba a que los diálogos fuesen más fluidos; es verdad, que a la hora que escribir ha sido una complejidad añadida, pero creo haber conseguido que se supiese quién dice qué en todos los diálogos”, explica el escritor. Es algo que vio en la novela de Cormac McCarthy “La carretera” y que le encantó. “Los diálogos son como disparos que van directamente al lector”, especifica.
Alguien podría plantear que en la novela hay un fuerte componente de ciencia-ficción o, al menos, distópico. “He procurado representar un mundo futuro pero con una base del presente, explicando ese futuro de una manera más creativa, explicándolo como si fuese otra dimensión. Creo que ese mundo distópico tiene más de ficción que de ciencia”, señala con seguridad.
Otros podrían plantear que es una novela muy visual y cinematográfica. “El cine está influyendo mucho en los diálogos de las novelas. Bueno, más las series que el cine. Yo no escribo pensando en que se puede llevar al cine, ya que creo que la novela es mucho más teatral que cinematográfica”, opina con toda la razón. Por eso, opina que lo importante de la literatura es la creación de imágenes. “Homero ya lo sabía y creo que la capacidad de la palabra es evocar imágenes visuales al lector”, afirma
José Luis Rodríguez del Corral. Algo que su novela cumple a la perfección porque nos evoca muchas y variadas imágenes.
“En la novela se encuentran dos personas muy diferentes. Mi primera intención era contar una historia de amor, de seducción o de salvación en un oasis o en una isla desierta que es la azotea donde se encuentran”, expresa en la charla que mantuvimos. En un principio tenía pensado que la novela fuese más coral pero “ambos personajes se fueron apoderando de la historia, de ahí que quitase a otros protagonistas reduciendo la novela en cincuenta páginas sobre el primer borrador”, nos confiesa el escritor afincado en Sevilla donde ha trabajado como librero muchos años.
Si tenía clara la idea base y el escenario, lo que no tenía tan claro era el nudo y el desenlace. “De ahí que pudiese tirar de la narración por donde quisiese sin estar seguro de cómo iba a terminar la novela. Leyendo a Lampedusa en un ensayo sobre Stendhal, donde investiga cómo el escritor escribe una obra, lo vi claro”, desvela este antiguo librero al que le encanta hablar y a quien da gusto escuchar y quien cree que el oficio de escritor es un oficio solitario y el de librero mucho más generoso, por lo que tiene de relación con los lectores.
“Yo quiero solamente vivir y sólo haciendo cosas se vive”, es su filosofía de vida. Reconoce que nuestra generación tiene una lacra con el paro. Él se quedó en paro cuando cerró la librería y dice que tuvo suerte cuando se reenganchó en la Casa del Libro de Sevilla, primero, y como guionista del Loco de la Colina después. “Tengo amigos que con cincuenta años se han tenido que volver a vivir con sus padres y uno con su ex mujer, lo cual no deja de ser humorístico a estas alturas”, refiere con el gracejo peculiar de su tierra.
Define a “
Solo amanece si estás despierto” como una “novela realista, social e íntima” y añade que “en un principio iba a cargar más contra la ciudad pero preferí centrarme, porque creo que es más interesante, en la transformación espiritual de ambos protagonistas”, nos desvela. En ese intento de cambio de vida o por lo menos de cambio de carácter de ellos. El topetazo que sufren los dos protagonistas, Felipe y Amparo, al conocerse es tan fuerte, que hace que cambien sus conductas.
“Soy un optimista tremendo por eso creo que más que vivir cada día como si fuera el último, hay que vivir cada día como si fuese el primero”, apunta el autor de “
Blues de Trafalgar”, todo contrario de lo que hace la protagonista, que va arrancando las hojas del libro que está leyendo porque cree que ya no lo va a volver a leer nunca más, algo que sacó de las memorias de Gore Vidal y cree que en ocasiones la vida te obliga a cambiar la filosofía a causa de un trauma.
También tiene una opinión muy clara sobre lo que ocurre en su tierra y que cree que las últimas elecciones no han cambiado nada. “En Andalucía no ha habido bipartidismo, sólo un partido que ha gobernado desde el comienzo de la democracia como lo han hecho los partidos nacionalistas en otras comunidades, sólo que no es una nación y no quiere serlo”, analiza con rigor y continúa diciendo “el 32% de los jóvenes ni estudia ni trabaja, un tercio de la economía es sumergida y muchos viven gracias al PER. La gente no quiere que esto cambie porque viven bien”.
También reconoce que hay otras personas que se desviven porque su pueblo avance. “La industria malagueña es más pujante que en la propia capital andaluza. El turismo ayuda mucho pero no tengo mucha ilusión de que esto cambie”, sostiene. Sin embargo, sí está convencido de que su novela va a gustar. “Tengo la expectativa de que esta novela venda más que las anteriores”, concluye y realmente se lo merece porque ha escrito una novela emocionante, inspiradora y evocadora.
Puedes comprar el libro en: