“Barbarus” es la apuesta principal para esta temporada de Ediciones B y lo ha demostrado presentando el libro en la ciudad eterna. Después de un bache, cuando perdió a uno de sus escritores estrellas, Santiago Posteguillo, se ha sabido recuperar apostando por este profesor logroñés afincado en León, que es de lo más riguroso que hay en la literatura histórica de nuestro país, y por Sebastián Roa. En el mundo editorial ocurre lo mismo que en el mundo futbolístico, la pérdida de una figura ha de ser reemplazada por un fichaje de relumbrón y Castellanos lo es y no será el último en esta nueva etapa de Ediciones B, según nos anticipa la editora Lucía Luengo.
El objetivo de
Santiago Castellanos al escribir su nueva novela ha sido hacernos vivir en nuestras carnes el fenómeno de las invasiones bárbaras en Roma en el siglo V con una novela de iniciación y de aventuras muy emocionantes, pero siempre de forma rigurosa. “Se aprende muchísimo de la literatura cuando tiene una base científica y real de la historia”, nos explica este autor en el encuentro que ha mantenido con periodistas digitales.
El escritor logroñés está acostumbrado a motivar a sus alumnos universitarios para que amen la historia, por ello, la rigurosidad ha de ir acompañada, para que el aburrimiento no cunda en las aulas. Acostumbrado a dar múltiples conferencias, comunicaciones en congresos y publicar libros académicos, -cerca de una decena-, sabe que se debe de realizar un esfuerzo para explicar al gran público la historia, en su caso el mundo romano y visigótico.
“Procuro escribir de forma ágil y lo más sencillo posible para ser accesible a todo tipo de público”, señala. Pero esa sencillez ha de basarse en una base empírica para así poder entender que lo que les ocurrió a los romanos, nos está ocurriendo, en cierta manera a nosotros. “Somos romanos, nuestra cultura, nuestra administración, nuestra justicia, etc. provienen del mundo romano. Entendiéndo a los romanos seremos capaces de entendernos a nosotros mismos, explica con pasión este profesor que ha sabido unir el “otium y el negotium”. Pues como apunta, “mi profesión es mi pasión”.
Otra de las reflexiones que sugiere en nuestra charla es: “¿nos podrá pasar a nosotros lo que les ocurrió a los romanos en el siglo V? Hay muchas similitudes, pero también muchas diferencias y en Barbarus las trata. “La caída del Imperio Romano fue como un 11-S de nuestra época. Un shock psicológico tremendo para los romanos, que no estaban preparados para esa invasión y que cambiaron sus coordenadas psicológicas y sociológicas”, elucubra con lucidez.
La novela ofrece una mirada desde el otro lado, desde la orilla septentrional del Danubio. “Lo que nosotros sabemos de los bárbaros está deformado, primero por los griegos y, luego, por los propios romanos y yo he querido dar la otra visión desde el punto de vista de los bárbaros”, explica. Para ello, ha querido que su historia tuviese una base histórica y ha construido unos buenos personajes de ficción. Algunos de sus pasajes son sorprendentes, como el intercambio de niños por perros, algo que se hacía en aquellos tiempos.
Lo que sabemos de los bárbaros está deformado por otras culturas
“Barbarus” narra la odisea de dos niños godos, Eldes y Dago que partiendo de una aldea, en algún lugar de la actual Ucrania, viajan hasta Roma y viven la entrada de los bárbaros en agosto del 410. La primera gran derrota desde los tiempos de Aníbal, seis siglos antes. Durante toda la narración se mantiene un diálogo constante entre los personajes de ficción pero con una gran base empírica. Estos godos que entraron en Roma se retiraron posteriormente a la Galia, viviendo allí durante un siglo y fueron los mismos que después conquistaron Hispania y estuvieron en la península hasta el 711, año de la invasión musulmana.
El libro está plagado de historias y anécdotas. Desde cómo los radicales cristianos se lanzaban a la arena de los circos para parar los combates entre gladiadores hasta contar los chistes con los que se reían los romanos, algo soeces y muy verdes la mayoría de las veces. Incluso descripciones de esos bárbaros que vestían muy mal, olían peor y eran bastante borrachos. Casi igual que esos turistas que recibimos en nuestras costas los veranos.
“Los godos respetaron las iglesias, incluso, tengo una hipótesis de trabajo en la que creo que el Papa Inocencio tenía algún pacto secreto con los godos, ya que éstos eran arrianos, es decir, cristianos”, pero le falta documentación para asegurarlo al 100%. Los romanos también respetaron las religiones antiguas como la judía, más en una época en que estaban cambiando del politeísmo al monoteísmo.
“Barbarus” trata sobre una época de crisis de la que es posible extraer algunas conclusiones que nos puedan hacer llegar a entender la época actual, siempre de una forma ágil y que busca como objetivo que el lector pueda aprender algo, así lo repite Santiago Castellano en su charla. Un trabajo de orfebrería, como tanto les gustaba a los godos, que no eran tan bárbaros como parecían.
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