La familia de
Keith Richards vivía en Dartford, Inglaterra, y era muy musical. Su madre, Doris, siempre tenía la radio puesta; su abuela tocaba el piano; su tía Joanna y él cantaban a dúo canciones de los Everly Brothers; su abuelo, Theodore Augustus Dupree (Gus), tocaba el violín, el saxo y la guitarra.
Keith se crio durante los últimos años de la guerra mundial y la posguerra, cuando no era fácil hallar el lado alegre de Londres. Pero aquel niño y su abuelo pasearon por todos los rincones de la ciudad. Durante esas caminatas visitaban talleres donde se reparaban instrumentos rotos. Un día, Gus le mostró a Keith varios acordes de guitarra y le enseñó a tocar Malagueña. Ésa fue la introducción de Keith a la música y el origen de este conmovedor relato ilustrado por Theodora Richards, hija del autor.
Keith empezó luego a tocar con un grupo de amigos entre los cuales estaba Mick Jagger. Así nacieron los Rolling Stones. Muchos años después, la Rock and Roll Hall of Fame los proclamó la mejor banda de rocanrol del mundo. Y aún siguen haciendo música.
El CD Malagueña, la canción que se menciona en el texto, fue escrita por Ernesto Lecuona (1895-1963), un famoso pianista y compositor cubano. El lector hallará información sobre el músico y el tema en lecuona.com. El abuelo de Keith Richards consideraba que Malagueña era la pieza perfecta para aprender a tocar la guitarra porque requiere técnicas de punteo que son cruciales en la formación tonal de un guitarrista. El disco aquí incluido sólo contiene un fragmento de la canción tocada por Richards, pero se recomienda a los lectores que la escuchen completa y, ¿por qué no?, aprendan a tocarla.
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