«Siempre he sentido debilidad como lectora por los clásicos del género negro, por eso he intentado ser muy cuidadosa a la hora de ensamblar todos los elementos de la historia, y enmarcarla en un ambiente costumbrista, con personajes, referencias y lugares perfectamente reconocibles y cotidianos, porque esos contrastes hacen mucho más interesante la trama», asegura
Cristina Higueras.
Tras una pesadilla, el forense Gonzalo Feomorel despierta sobresaltado antes del amanecer. Aturdido, repara en un pendiente de mujer brillando en su mesilla de noche. Lo más lógico es que pertenezca a su novia, pero ha dormido solo, y no le resulta familiar. Horas después aparece el cadáver de una joven cuyos órganos sexuales han sido amputados. Sobre el vientre inerte, una flecha roja; sobre sus ojos, una cinta adhesiva negra. No es un crimen corriente y va a poner a prueba a la inspectora de homicidios Loren Barceló y a su compañera Mónica Rojo. Al llegar al Instituto Anatómico Forense para colaborar en la autopsia, un objeto perteneciente a la víctima llama la atención de Feomorel: un único pendiente idéntico al que ha encontrado en su casa. Muy extrañado, no menciona su hallazgo, pero un oscuro sentimiento le invade… ¿Es posible que sea una fatal coincidencia, o se trata de algo a lo que no quiere enfrentarse?
Higueras destaca que
El extraño del ayer hubiera sido «inconcebible hace unos años, pues el ADN como prueba forense es, junto a los personajes principales, el otro gran protagonista de la novela». Conocida por su participación en series de televisión y cine, pero sobre todo por su labor en el teatro, la autora confiesa: «Los mundos en los que se desenvuelven los protagonistas de mi novela eran totalmente desconocidos para mí. Por suerte, he podido contar con el asesoramiento de policías y forenses cualificados que me han permitido acompañarles en su día a día, por cierto, muy diferente al que estamos acostumbrados a ver en series de televisión o en películas».
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