Enriqueta Martí, más conocida como «La Vampira del Raval» fue sin duda la mayor asesina en serie en la España de principios del siglo XX. Proxeneta, secuestradora y sacamantecas, mucho es lo que se ha escrito de ella, pero aun así, son todavía numerosas las lagunas que quedan en la historia. En la calle Ponent, 29 de Barcelona, donde vivía, La Ropavejera tenía instalado algo más que un burdel, ofreciendo a sus clientes de la alta burguesía, cremas y elixires elaborados con sangre y grasa de sus víctimas.
La ropavejera, el génesis del mal es en mi opinión la novela más negra de
Ramón Cerdà, al menos hasta el momento. Desde las primeras páginas nos atrae hacia un mundo despiadado, oscuro y extremadamente turbulento. Tanto que a veces podemos incluso olvidar que lo que está retratando ocurrió realmente en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX. Así, como primera advertencia, hay que decir que la novela es especialmente fuerte y como tal logra retratar la crueldad y la maldad sin límites que puede expresar y mostrar el ser humano. Pero precisamente en esa forma de narrarlas está uno de los puntos fuertes de esta novela.
Por otro lado,
Ramón Cerdà aporta agilidad a la trama combinando capítulos con un narrador en primera persona con otros en los que dicho narrador es omnisciente, con lo que logra un efecto genial a la vez que devastador cuando pasa a centrar la acción en el personaje de Enriqueta la Ropavejera.
Como otro de los puntos fuertes de la novela hay que destacar la gran profundización psicológica que el autor realiza de sus personajes, especialmente la protagonista, a quien logramos en cierto modo entender pese a los actos extremadamente reprobables que realiza. Ha conseguido caracterizarla realmente bien, dejando intacta en la medida de lo posible su faceta histórica a la vez que la adaptaba a los contenidos ficticios de la novela.
En definitiva, en
La ropavejera, el génesis del mal,
Ramón Cerdà ha conseguido elaborar una interesante teoría sobre el mito de la vampira del Raval. ¿Dónde termina la verdadera Enriqueta Martí y dónde comienza La Ropavejera? Eso nadie lo sabe… ni lo sabrá nunca.
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