El autor de Ahora y siempre, desde muy joven se ha dedicado a la música, le gustan autores como Alejandro Sanz o Mariah Carey. Los sentimientos son algo que siempre tiene en cuenta a la hora de componer o de escribir, es, en cierta manera, una reacción a lo que él cree que nos está ocurriendo con tanta nueva tecnología, “parece que nos estamos endureciendo”, opina en la charla que mantuvimos una templada tarde otoñal madrileña.
“Cada día se habla menos. Lo que nos enseñan los medios de comunicación es cada vez más duro, cuanto más salvaje mejor”, cuenta Javier Dut con una manera de hablar dulce pero a la vez firme. Esa dureza no es lo suyo, él, como hemos señalado, es más de sentimientos, de emocionarse cuando escribe o compone. Y, por supuesto, siempre escribe con música, le ayuda a imaginarse las escenas de sus obras porque hay que reconocer que su literatura es muy visual. Su forma de escribir es muy metódica. Primero suele hacer un esquema global de la novela. Posteriormente, la divide en las partes que cree oportuno para el desarrollo de la misma, establece los capítulos y las claves de lo que ocurre en cada capítulo. Este proceso, muy metódico, lo ha aprendido él por sí mismo. “Nunca he ido a un taller de escritura, aunque me hubiese gustado hacerlo”, reconoce con humildad.
Ahora y siempre tiene un comienzo duro, con una escena que hace saltar la narración. Está escrito en primera persona, la primera parte, por una joven de 18 años, “quería ponerme en el pellejo de una chica y narrarlo desde su punto de vista”, explica. El segundo capítulo es un narrador omnisciente el que toma el relevo para volver en el capítulo final al punto de vista de la joven Sonia. Cuando llegó a esta segunda parte, pensó “vamos a dar un giro a la narración”, algo que claramente consigue.
“Mi objetivo al escribir la historia de Sonia era el de sorprender”, afirma y a fe que lo hace en ese comienzo sorprendente y en su desarrollo. Javier Dut trata en la novela temas universales y muy humanos para que el lector se sienta muy cercano a ellos. Sin embargo, las descripciones de los lugares y de los protagonistas son más etéreas. La novela puede estar localizada en cualquier ciudad de nuestro país y con los protagonistas pasa algo parecido, “los lectores pueden imaginárselos como quieran y la historia la pueden rellenar con elementos de su propia vida”, señala.
Para Javier Dut, Ahora y siempre, ha sido “un viaje en todos los sentidos”, sobre todo en la primera parte, que es un viaje de aprendizaje. Aunque también es un balance de las personas que han sido importantes para Sonia. Javier, cuando lo escribía, se preguntaba “hasta qué punto todo lo que nos importa es recíproco con nuestras amistades o seres queridos”. Porque la novela está llena de amor a nivel familiar y de amistad. “Creo que está expuesto de una forma que no es muy habitual. Porque la amistad forma parte de nuestra vida y, en ocasiones, no la valoramos lo suficiente”, apunta.
Para llegar a publicar su segunda novela, ha tenido que pasar por diversas vicisitudes como la mayoría de los jóvenes autores. “Mi primera novela, Carpe Diem, la auto publiqué. Nunca pensé en presentarla a ninguna editorial. Como yo siempre he sido una persona muy echada para adelante, preferí hacerlo por mis medios, incluso el book-trailer lo hice yo mismo”, cuenta con orgullo.
Para la segunda, sí buscó editorial y la presentó a varias. Algunas le respondían sin ni siquiera leer la obra, algo que es habitual en las editoriales; otras que no encajaban en su estilo; al final, su productora musical decidió apostar por su novela y la labor es ciertamente tangible, ya que la han presentado en varias ciudades de Castilla y León y después del paréntesis navideño proseguirá las presentaciones por La Mancha.
Si para su música busca temas y melodías que puedan relajar al oyente, con su novela ha sido todo lo contrario y ha buscado un tema rompedor. “Yo siempre escribo y compongo sobre cosas que me importan y con las que me sienta identificado”, puntualiza. Y con esa forma de escribir, le gusta dejar pistas sobre sí mismo. Pequeñas claves que quien le conoce descubre en la lectura. Para el futuro está terminando de componer las canciones de su tercer álbum y tiene en mente los argumentos de tres novelas. Dos de ellas juveniles, una realista y otra muy fantástica. La última sería para adultos y de momento sería casi inclasificable.
Cuando recuerda de dónde le viene su afición por la literatura, no puede dejar de nombrar a J. K. Rowling y su saga de Harry Potter: “cambió el chip de lo que se venía ofreciendo, sin embargo, no he podido con Juego de Tronos”, afirma con sentido, ya que la obra de George R. R. Martin es un esperpento sin sentido. Nicholas Sparks o John Green son autores a los que reconoce su valía. Entre los clásicos se quedaría con Oscar Wilde.
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