En este sentido, uno de los conceptos, a modo de doctrina, que más viene sonando es el de “federal”, “federalismo” o “Estado federal”. ¿Puede convertirse el Estado de las Autonomías en uno de naturaleza Estado federal? ¿Lo es ya de hecho pero no de derecho? ¿Qué virtudes tendría? Asimismo, muchos de estos interrogantes están asociados a la búsqueda de una respuesta ante el órdago independentista lanzado por la Generalidad de Cataluña, particularmente a partir de la legislatura iniciada en 2012.
Con todo ello, en cualquier debate sobre la actual estructura territorial de España, Cataluña está siempre presente y lo está, además, con un rol protagonista. Así sucedió con motivo de la presentación de la obra coordinada por Juan José Solozábal y editada por Biblioteca Nueva
La reforma federal. España y sus siete espejos, el pasado mes de abril en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
Durante el acto, los ponentes pusieron de manifiesto que la reciente historia constitucional española ha sido “una historia de éxito” y aunque actualmente existen obstáculos, deberán resolverse mediante el uso de herramientas como el diálogo y el compromiso.
Para Benigno Pendás (director del CEPC), la opción federal le suscita algunas dudas, considerándola más bien como la solución del PSOE. Por su parte, el responsable de Biblioteca Nueva, Antonio Roche, expresó que la gran virtud de esta obra radicaba en favorecer el inicio de un debate público, en el cual el Parlamento debería jugar un papel importante.
José Tudela (Fundación Giménez Abad) quiso subrayar que cada modelo federal “es deudor de un momento histórico”. Insistió en el carácter dinámico del federalismo, aunque también, en cierta manera, lamentó que “en España no haya una cultura federal”.
En opinión de Ramón Jáuregui (PSOE) nos encontramos ante un libro “ambicioso y oportuno”. En la línea de José Tudela, constató que en España no existen suficientes federalistas. De hecho, particularizó: “el PSOE ha sido muy poco federal, a pesar de las recientes apelaciones al federalismo”.
El político socialista reivindicó el binomio democracia-autonomías, el modelo de 1978 y el Estado autonómico, el cual, a su juicio, se enfrenta en la actualidad a una serie de pulsiones peligrosas, como las de tipo neo-centralista y las de naturaleza soberanista. Jaurégui abogó por la reforma constitucional pero matizando que ésta no debe abordarse sólo por el problema territorial y mucho menos, por Cataluña.
Finalmente,
Juan José Solozábal esbozó el contenido y las intenciones de la obra. Afirmó la trascendencia de una reforma constitucional pero el rumbo de la misma nunca deberá de ser la recentralización o la confederación, sino una apuesta por el Estado autonómico, puesto que equilibra las tendencias centrípetas y centrífugas.
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