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Ricardo Artola
Ricardo Artola

Entrevista a Ricardo Artola, autor de “La I Guerra Mundial de Lieja a Versalles”

“Lo que uno encuentra en internet es información en bruto, a veces buena y otra mala, imprecisa o falsa. La obligación del autor es filtrar esa información”
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

"La Primera Guerra Mundial fue una poderosa fuerza de la historia. Derrocó imperios, alumbró revoluciones, sembró Europa de naciones nuevas, desangró a una generación, dinamitó el concierto de las naciones y dicen que acabó con la inocencia de los pueblos. Es muy difícil encontrar algún acontecimiento histórico más rico, profundo, diverso e influyente.

Ricardo Artola
Ricardo Artola

El libro "La Primera Guerra Mundial. De Lieja a Versalles" de Ricardo Artola, analiza y describe todos los aspectos de aquel conflicto, desde los antecedentes a las consecuencias pasando por las grandes batallas o la vida en las trincheras. Además, cartografía, impresionantes imágenes comentadas, cronología o bibliografía también comentada".

Ricardo Artola (1962) es editor, divulgador de la historia, escritor y traductor. Ha publicado dos versiones de la Segunda Guerra Mundial, ambas en Alianza Editorial, así como una historia de "La Carrera espacial" en la misma editorial. También es autor de "Y un día dejé de fumar" (La Esfera de los libros) que ayuda a abandonar el hábito del tabaco inspirándose en la experiencia y consejos del autor. También ha traducido una veintena de libros del inglés, francés e italiano.


¿Por qué otro libro sobre la Primera Guerra Mundial?

En primer lugar tampoco hay tantos, a pesar del inminente centenario del inicio de la guerra y de su secuela de novedades. Además, creo que en el mercado español no hay ninguno como éste, de carácter netamente divulgativo pero que no elude los principales debates sobre la guerra.

En ese sentido ¿a qué lector va dirigido?

Sin duda lo puede leer cualquiera, desde el profano en la materia (incluso el que no está acostumbrado a leer historia) hasta conocedores del conflicto que quieran tener a mano un buen puñado de informaciones adicionales.

¿Y qué va a encontrar en este libro?

Una síntesis del conflicto con un lenguaje claro y pensando en todo momento en el lector menos avezado. Además se incluye numerosa información en forma de cuidados mapas, perfiles biográficos de los protagonistas, una cronología desglosada por los frentes principales, unas impresionantes imágenes de la época comentadas por el autor y una bibliografía comentada. A pesar de que estamos en la era de la información, todavía sigue siendo necesario el filtro del autor (y del editor) sobre la avalancha de información. Lo que uno encuentra en internet es información en bruto, a veces buena y otra mala, imprecisa o falsa. La obligación del autor es filtrar esa información y garantizar lo más posible su exactitud.

Ahora que vamos a conmemorar el centenario del principio de la guerra ¿se puede decir algo nuevo sobre su origen?

Sin duda. Cada generación necesita repensar los grandes acontecimientos históricos a la luz del presente. En este sentido ha llegado la hora de decir que la responsabilidad por el estallido de la guerra estuvo bastante repartida entre las grandes potencias de la época, por tanto cabe hablar de una falta de liderazgo generalizado en Europa. También hay que decir que no había ningún motivo de peso que justificara una guerra (mucho menos una conflagración como la que tuvo lugar). Y que no podemos contemplar el papel de Alemania en la Primera Guerra Mundial a la luz de lo que vino luego: el nazismo, Hitler y las cámaras de gas: aunque sea obvio, a mi juicio se olvida.

¿A qué se refiere con el concepto de "la frustración" que da título al primer capítulo del libro?

Es el nombre que he querido dar al fenómeno que se produjo en los primeros meses de la guerra (los correspondientes a 1914). Todo el mundo parecía convencido de la rapidez del desenlace y, por supuesto, todos pensaban que iban a vencer. Sin embargo, en todos los frentes las cosas salieron al revés de lo esperado por todos los combatientes, lo cual ya tiene mérito. Esto es lo que dio lugar a la prolongación de la guerra y provocó la mencionada frustración.

¿Qué simbolizan las grandes batallas de la guerra, todas ellas concentradas en 1916: Verdún, el Somme?

Son el primer intento importante por ambos bandos de romper el estancamiento del frente occidental que se prolongaba desde el inicio de la guerra. Ambas batallas son un fracaso para el atacante, pero también para el defensor, puesto que las bajas son terriblemente altas. Verdún simboliza el canto del cisne del poderío militar francés...hasta la fecha. El Somme es un monumento a la incompetencia militar del alto mando británico, al desprecio por los propios hombres y, aún hoy, el 1 de julio de 1916 sigue siendo el día negro del ejército británico en toda su historia. Son las dos grandes batallas de la Primera Guerra Mundial y dos de las mayores de la historia.

¿Cómo se resolvió la anunciada y esperada confrontación naval entre Gran Bretaña y Alemania?

Esos dos países tenían las mayores marinas de guerra -con gran diferencia- de la época. El ascenso de la Armada alemana en los años previos a la guerra había provocado inquietud en Londres y está entre las causas del inicio del conflicto. Pues bien, una vez más la palabra frustración domina el escenario. Después de inversiones multimillonarias para lograr una Armada disuasoria, y de jugar al ratón y al gato durante dos años, al fin se vieron las caras en la batalla de Skagerrak/Jutlandia, un episodio extraño y controvertido que finalizó sin una victoria clara por ningún bando. Es un buen ejemplo de despilfarro del dinero público, especialmente por parte alemana. Aunque no me gustan nada los contrafácticos, aquí casi se puede afirmar que con la cuarta parte de lo invertido por Alemania en acorazados y cruceros de batalla, pero dedicada a construir submarinos, hubiera alcanzado objetivos mucho más ambiciosos en el mar.

¿Qué puede decirnos del fenómeno de las trincheras?

Pues que aunque no es un invento de la Primera Guerra Mundial, es durante esos años cuando adquiere su mayoría de edad y cuando se convierte en todo un símbolo de la guerra. La inmensa mayoría de los combatientes del frente occidental (y un porcentaje no desdeñable en otros frentes) se pasó casi toda la guerra casi enterrada en esas zanjas interminables. La vida de trinchera fue un fenómeno muy específico de esta guerra y generó hábitos, horarios, ritos e incluso enfermedades específicas. A mí me extrañó que las obras que manejé no le dedicaran más espacio y yo quise consagrar un capítulo (de un total de ocho) a describir el fenómeno.

¿Qué representa la entrada de Estados Unidos en la guerra?

Es uno de los episodios más transcendentales de la misma. En primer lugar supone lo que yo llamo "invitar" a una potencia no europea a intervenir en los asuntos continentales por primera vez desde que Europa inició su expansión a finales del siglo XV... no es poco. Además, la movilización estadounidense representa el factor desequilibrante del frente occidental y del desenlace de la guerra. La imagen de la llegada de cientos de miles de nuevos reclutas, bien alimentados y frescos como rosas, desde finales de 1917 fue un mazazo para la moral del ejército alemán. Y es sabido que la moral es uno de los principales factores del éxito en la guerra.
Finalmente la intervención estadounidense marca claramente el inicio de su hegemonía como potencia mundial. El mundo que todos hemos conocido arranca en cierto modo de 1917, cuando empiezan a desembarcar en Francia los soldados estadounidenses.

Hablemos de las consecuencias de la guerra

Además de la que acabo de mencionar, y de forma complementaria, la Primera Guerra Mundial supone al mismo tiempo el cénit y el comienzo del fin de la hegemonía europea en el mundo. Aunque en 1919 los imperios británico y francés alcanzan su punto máximo, en realidad se trata de un espejismo y llevan en su seno el germen de su descomposición. Otra consecuencia son los más de diez millones de muertos provocados por los combates, es decir una generación perdida en varios países europeos.

Y, más allá de las consecuencias "materiales", ¿cuál sería el legado de la guerra?

En primer lugar hay que mencionar que el conflicto se resolvió con una paz que en realidad fue una imposición humillante a los derrotados, especialmente a Alemania. Teniendo en cuenta que no podemos hablar de una victoria arrolladora, sino por agotamiento, se trata de un proceso especialmente sangrante.
Aunque no es estrictamente parte del legado, cabe decir que el espejo de la guerra nos devuelve un mundo con una inquietante carencia de liderazgo y eso es algo que debería servirnos de advertencia.
Finalmente, esta guerra trajo la semilla del fin de la hegemonía europea en el mundo.
En definitiva se puede decir que la Primera Guerra Mundial está en el origen de las tres mayores desgracias políticas del siglo XX (y por extensión de la historia): el fascismo, el comunismo y la Segunda Guerra Mundial.

¿Cómo podemos rememorar la guerra un siglo después de su inicio?

Mi sensación es que, muchas veces utilizamos los aniversarios para convertirlos en simples operaciones comerciales (publicación de libros, estreno de películas, etc) o en disculpas para rememorar los viejos tópicos, en este caso sobre la guerra. Desde mi punto de vista sería una buena oportunidad para revisar las ideas recibidas sobre el conflicto y aportar nuevas reflexiones sobre lo ocurrido. Creo que ésta es la mejor manera de rememorar la guerra y así he intentado hacerlo con mi libro.

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