Si hay una cosa que tiene que diferenciar a las nuevas formas de hacer política de las viejas, es la educación. Pablo Iglesias y su troupe todavía no han asimilado muy bien el fenómeno social que están llevando a cabo y se empieza a notar en su comportamiento, lo cual es una lástima, porque podrían ser el aire fresco que limpiase nuestras más que corrompidas y vetustas instituciones políticas, así como de otra series de poderes, como la justicia, la sanidad, etc... Tienen una cierta prepotencia de saberse ya vencedores.
De momento hemos podido comprobar que se alejan de lo mínimo que se les puede pedir: la profesionalidad. Hacer esperar media hora a los medios de comunicación y a los asistentes a la presentación de su libro, no dice mucho de quienes lo hacen y más cuando se utiliza ese retraso intencionado para anunciar que no se admitirán preguntas tras la presentación. ¿A qué me suena eso? A las formas de hacer política de los partidos de la casta. ¡Una pena! Tan jóvenes, tan inocentes y ya repitiendo comportamientos de sus padres.
Mal comienzo, desde luego. Y pésima organización. Si quieren consolidarse tienen que romper con esos antiguos clichés y esforzarse por un cambio real, como ellos mismos proponen. En el acto,
Pablo Iglesias estuvo acompañado por sus más fieles colaboradores, -
Juan Pablo Monedero, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa, con su hija a cuestas, y Luis Alegre-, y fue el primero en tomar la palabra para dar las gracias a la editorial que confió en él antes de ser conocido.
“
Disputar la democracia es un libro muy raro” es lo primero que dice sobre su obra el eurodiputado. Un libro que le ha costado acabar por sus múltiples ocupaciones. “El 80% del libro estaba escrito en verano de 2013, pero no encontré el momento de acabarlo hasta las vacaciones de este verano”, señala y agrega “el libro no tiene un gran análisis intelectual, son reflexiones sobre política que nos hacíamos en el programa de televisión La Tuerca”.
Para el autor, su “libro tiene una frescura maravillosa” y con la misma frescura nos avanza que “Podemos es una fuerza política que aspira a gobernar el país en un año”. Todo ante un auditorio rendido donde se mezclaban jóvenes con jubilados, profesionales con desocupados, que habían ido a escuchar a un nuevo político que propone unas nuevas formas de hacer política. Tanto es así, que dice de su libro que “es una caja de herramientas para explicar la realidad en la que vivimos”.
“La democracia tiene que ser eficaz”, afirmó el presumible secretario general de Podemos. Para él no tiene nada que ver con metodologías. “Tenemos que tener unos servicios públicos eficaces. Una sanidad, una educación, una justicia eficaz, y conseguir la igualdad ente todos, eso es la soberanía”, expuso con convicción, aunque de momento su presentación no ha sido eficaz ya que expone su pensamiento de forma arcaica. Su comunicación no es todo lo fluida que debería ser, da la sensación de que se mueve entre arenas movedizas, sin demasiada seguridad.
Sin embargo, es el discurso que están esperando muchos ciudadanos. Igualdad ante la justicia, una sanidad que funcione, una educación igualitaria y universal, algo que nos llevan hurtando demasiado tiempo y, sobre todo, unos servicios sociales universales y eficaces. La palabra eficacia es recurrente en el discurso. Nuestra democracia no funciona, es ineficaz y está en manos de unos pocos en vez del pueblo. Parece que sólo importa la crisis económica, pero hay más crisis, social, de valores, etc.
“Los grandes libros se escriben en tiempos de crisis”, dijo en una mesa llena de profesores universitarios. “Cinco doctores sentados en una mesa, profesionales del pensamiento, que aspiran a quitar el poder al PP en un año”, repitió Iglesias. “Antes no nos hacían caso, ahora nos temen. Enfrentarse a la política de verdad, no es discutir en congresos o dar clases. Es salir a las calles”, expuso.
Pablo Iglesias se reconoce de izquierdas pero se declara dispuesto a gobernar también para la gente de derechas. Su objetivo es limpiar el país de la corrupción de la casta, una tarea en la que está seguro de que cuenta con el respaldo de una mayoría social, que sabe que ha estado gobernada por "gentuza" durante los últimos años. Por eso, añadió Iglesias, "muchas personas de derechas me paran en la calle para decirme que aunque no comparten algunos de mis valores me van a votar porque soy gente honrada y defiendo mis argumentos con respeto".
El eurodiputado elucubró que la salida de la actual crisis va más allá de la división tradicional entre izquierda y derecha. Por ello evitó circunscribir a su partido en cualquier cliché ideológico. "Podemos es un instrumento para cambiar las cosas y a participar en él están invitadas todas las personas decentes", concluyó. Las cosas imposibles ahora tienen una oportunidad; ahora sólo les falta afinar la puntería.
Puede comprar el libro en: