El autor nos cita en la Plaza de Oriente para comenzar un recorrido por el Madrid Cervantino. “Aquí estaba el Alcázar de Madrid, donde se halla el Palacio de Oriente; en su entorno, era delito desenvainar la espada. Cervantes lo hizo en un duelo contra Antonio de Segura, al que dejó malherido. Por este motivo tuvo que huir a Italia el escritor de El Quijote”, explica Luis García Jambrina a una concurrida troupe de periodistas.
La sombra de otro está escrita en tercera persona y el narrador es, nada menos, que el constructor o albañil, Antonio de Segura o Sigura, según diferentes textos. “No podía haber escogido mejor narrador que su mayor enemigo”, confiesa el escritor. Tuvo que dar muchas vueltas a la historia hasta encontrar un narrador con la fuerza necesaria para llevar a cabo la historia. El punto de vista es realmente original y acertado.
Después nos llevó a buen paso, acuciados por un cielo plomizo que amenazaba lluvia, hasta la casa-museo de Lope Vega. “Quiero que veáis como era la vida en el siglo XVII”, dice. Cervantes sentía admiración por Lope, al que llamó el Fénix de los Ingenios, pero Lope sentía un desprecio absoluto hacia Cervantes, sobre todo por el Quijote. ¿Rivalidad personal, envidia, celos?, podrían ser los posibles motivos de Lope”, cuenta el autor zamorano afincado en Salamanca, que nos legó una novela absolutamente magistral sobre Fernando de Rojas.
Esos celos son inexplicables, ya que Lope de Vega era famoso en su tiempo, mientras que Cervantes nunca llegó a ver reconocida su valía en vida. Es verdad que se le estimaba como poeta y escritor, pero no tenía ni mucho menos la fama popular de Lope, que arrasaba con sus obras de teatro. Cuando Cervantes falleció en 1616 era poco popular entre los lectores de la época, hasta tal punto que no se conserva ningún retrato del autor. Todas las representaciones que hasta nosotros han llegado han sido por descripciones de contemporáneos suyos.
A la salida de la casa de Lope, nos acercamos hasta el convento de las Trinitarias, donde está enterrado Miguel de Cervantes. Los documentos son claros pero las monjitas trinitarias no están dispuestas a dejar hurgar en su convento para identificar los huesos del escritor, ya que hay cuatro tumbas y los descendientes de los enterrados allí, al igual que las trinitarias, no están dispuestos a consentirlo. “Las monjas son autónomas del obispado y no quieren que levanten sus zonas de reposo”, nos dice la conservadora del convento y añade “en los documentos está claro que fue enterrado aquí, qué más da el lugar exacto”.
Pero sí importa. En 2016 se cumplirá el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y los políticos quieren preparar una buena celebración a nuestro escritor más ilustre y leído. “La sombra de otro va a ser un libro importante los próximos años. En 2015 se celebrará el centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote y al año siguiente el de su fallecimiento”, nos dice la editora del libro. Además, el libro se terminó de imprimir el pasado día de San Miguel en Barcelona, fecha en la que se supone nació el escritor y en la ciudad que fue a visitar el ingenioso hidalgo en la segunda parte del libro.
Para terminar con el recorrido, Luis García Jambrina nos lleva a conocer la imprenta de Juan de la Cuesta de la calle Atocha, donde se editó la primera parte del libro. Todo un recorrido con el sabor a Cervantes llega a su fin. Sólo nos faltan las palabras del autor para comprender la razón de su texto y el por qué no se acometen obras sobre los muchos personajes históricos españoles conocidos.
“Es algo que no termino de entender. Nuestra historia es una mina y no la utilizamos y cuando lo hacemos se hace mal, como en el caso de la serie Isabel. Teatro filmado, colores apagados y sin ninguna tensión”, afirma con razón el escritor. Después de fiascos como ése, habría que hacer algo más riguroso. “Mi novela tiene rigor histórico, pero eso sólo no basta, creo que también tiene intriga, conflicto y emoción, para que el lector se enganche desde el principio”, me confiesa en un aparte ante el dormitorio de Lope.
“He descrito a un Cervantes cercano, con un narrador testigo de su vida que va observando la evolución del personaje. No quería abordarlo como una biografía novelada, he querido destacar sus puntos oscuros, que eran muchos, sus relaciones personales, su aspecto erótico”, describe el autor que ha conformado una historia interesantísima con rigor y acierto. Un libro que dará que hablar en estos años cervantinos que nos esperan.
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