Son muchos los indicadores que demuestran que algo se está haciendo mal en las escuelas, en los institutos y en las universidades, aunque, sin duda, el más evidente de todos ellos es que cada vez más niños y jóvenes se muestran incapaces de aprender el contenido de las asignaturas y abandonan el sistema totalmente desmotivados. Las soluciones que se nos plantean (ampliar las horas de clase, recrudecer la disciplina, reducir la ratio de alumnos por profesor, efectuar exámenes más regulares y rigurosos…) son meros parches que no atacan la raíz del problema y, además, no parecen producir ninguna mejora.
Para explicar las cifras de fracaso escolar y nuestra incapacidad para resolverlo, sólo hay dos posibles hipótesis: o nuestros jóvenes son cada vez más tontos y es imposible hacer nada al respecto, o bien el sistema que les estamos ofreciendo (pasarse veinte años de su vida escuchando, seis horas al día, a alguien que habla de temas que les interesan poco o nada, y otras dos o tres horas más “memorizando” para un examen) no funciona. Ésta es la posibilidad que explora este libro, la obsolescencia del actual sistema político, a la vez que propone un nuevo modelo que ya ha sido probado con éxito.
Este nuevo modelo es el denominado SCC (Story Centered Curriculum), el cual está basado en el desarrollo de programas educativos en los que el alumno es activo y vive experiencias como las que se encontrará en la vida profesional que elija; todo ello basado en los más recientes avances en ciencias cognitivas.
Con ello, Sebastián Barajas busca erradicar uno de los principales problemas de los métodos docentes actuales: el hecho de que a lo largo de los años de carrera se aprende muy poco que posteriormente sea útil para su vida laboral y profesional, ya que la mayoría de lo que se aprende, se hace de memoria y se olvida de forma prácticamente de forma inmediata.
Además, en algunos casos, el esfuerzo invertido por los estudiantes y lo que posteriormente consiguen aprender de verdad que les resulte de alguna aplicación práctica no suelen correlacionarse, como podrán deducir por lo que llevamos contado hasta ahora. A su vez, las empresas no valoran dicho esfuerzo, por lo que suele resultar verdaderamente inútil en la mayoría de las ocasiones.
Por otro lado, Sebastián Barajas disecciona los intentos de cambio del actual sistema educativo y define por qué prácticamente todos y cada uno de ellos han resultado ser de nula utilidad para atajar al problema.
En definitiva, Aprender es hacer nos muestra cómo sólo una profunda revisión del sistema, y fundamentalmente en el ámbito universitario, podrá acercar dicho sistema a algo que en realidad vaya a ser útil para la vida profesional para que las universidades no sean sólo una fábrica de nuevos parados.
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