El que fue considerado en Grecia como «el poeta del mar», Nicos Cavadías (1910-1975), nos adentra, sin afeites pero con ternura, en una dura realidad que aún hoy subsiste: la de los niños que viven en los sampanes del puerto de Hong Kong y apenas pisan tierra firme.
Con la profundidad de una parábola zen y la poesía de una canción triste, este relato —probablemente autobiográfico— perdurará, a buen seguro, en la memoria del lector.
Nicos Cavadías nació en 1910, hijo de un matrimonio griego originario de Cefalonia, en una pequeña ciudad de Manchuria. Durante su niñez viajó por todo el mundo hasta que su familia decidió regresar a Grecia e instalarse definitivamente en El Pireo en 1921. Adolescente, se acercó a la poesía francesa y sus primeros poemas los publicó con dieciocho años. Empezó a estudiar Medicina, pero la enfermedad que aquejó al padre lo obligó a dejar los estudios y a trabajar primero como empleado de una naviera y después a bordo de un carguero como marinero. Tras la Segunda Guerra Mundial, en la que combatió en Albania, se volvió a embarcar y viajó durante el resto de su vida, trabajando como operador de radio. En 1975, sufrió un infarto que puso fin a su vida.
Los poemarios Marabú, Pusi y Traverso, y la novela La guardia son algunos de los títulos de este «poeta del mar» que halló en sus viajes fuente de inspiración para sus escritos y que hoy es considerado uno de los principales escritores griegos del siglo XX.
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