Una novela que no deja ni un respiro al lector ávido de avanzar un capítulo más para saber cuál será el siguiente paso del asesino, y escrita con un ritmo vertiginoso. Para ello Sanclemente recupera también a la pareja de Ortega, la joven periodista Leire Castelló que ya investigó junto al policía en la primera entrega de la saga protagonizada por los dos, “Tienes que contarlo”, y que ahora se ha convertido en la presentadora estrella de los informativos de ADN TV.
Ortega y Castelló iniciarán una investigación que los llevará hasta los recodos más oscuros de la poderosa orden religiosa de Los Mártires de Cristo, expulsada de la Iglesia por el Vaticano tras conocerse los cientos de casos de pederastia y los desmanes que cometió su fundador, Mario Medel (inspirada en la Legión de Cristo, de Marcial Maciel). Una orden con tentáculos en grandes empresas internacionales un tanto sucias. Especialmente en Simentia y Agra, compañías conocidas y denunciadas por haber arrasado miles de hectáreas de tierra agrícola con su gas naranja para vender luego a precios de escándalo a los agricultores arruinados las semillas de un solo uso y las únicas que pueden sobrevivir en esa tierra envenenada. Empresas que, curiosamente, son accionistas de ADN Televisión, en cuyo accionariado están Los Mártires de Cristo y que ha empezado a hacer fuertes inversiones en España.
Y mientras Ortega utiliza sus armas de policía en la investigación, Castelló debe luchar no sólo por saber la verdad a través de una investigación periodística seria, sino también con su compañera de cadena, la protagonista del reality estrella del canal, que no dudará en utilizar las trampas más repulsivas para conseguir un poco más de audiencia.
Hasta que la aparición de un segundo cadáver, destrozado y martirizado en una pensión de Barcelona, como San Pedro de Verona; y las denuncias falsas por intento de violación contra Ortega, ponen a los protagonistas contra las cuerdas.
José Sanclemente aborda de nuevo la crisis del periodismo y especialmente el auge de los realities: “Marcos Palazzi, un especialista en marketing cuyo lema decían que era «Todo lo que el espectador se traga hay que cebarlo para engordarlo». Con esa política había ordenado llenar la parrilla de programas del corazón y sucesos, además de saturar el prime time de la cadena con reality shows y tertulias calificadas de barriobajeras por muchos medios de comunicación, a pesar de que decenas de periodistas pugnaban por aparecer en ellas”.
Y reflexiona sobre los límites de la privacidad de los concursantes que aceptan vender su vida por cinco minutos de gloria: “Los concursantes firmaron un contrato donde aceptaban sin límites que se podría hurgar en internet y hasta en sus cuentas corrientes. De hecho facilitaron las contraseñas, que pueden ser usadas por los responsables del programa para acceder desde su email hasta sus páginas de Facebook y Twitter”. Y todo, a pesar de saber que serán humillados ante miles de espectadores: “Gana quien ha llevado un fraude de vida, quien ha sido engañado en más ocasiones. El público vota durante toda la semana por teléfono a su candidato más iluso y cándido (…) Hasta que quede uno solo de ellos: aquel que ha tenido una vida irreal en la que todo a su alrededor ha sido pura farsa”.
En este quién da más, la investigación periodística rigurosa no pasa de ser una excusa para conseguir más audiencia y contratos publicitarios millonarios, dejando la ética para otros menesteres: “Este crimen va a ser la noticia del mes, del año… ¡Quién sabe! No vamos a dejar de explotar una historia que es nuestra”. Una ética que uno de los personajes no duda en menospreciar cuando afirma que “hoy en día resulta barato conseguir que los medios realicen reportajes a tu favor o que hagan la vista gorda. Están pasando por una crisis tremenda”.
El poder de las grandes compañías capaces de comprar a esa prensa y sus vinculaciones con la Iglesia forman parte también de la trama de “Esta es tu vida”, donde el autor pone de relieve cómo se calla la voz de buenos periodistas de investigación por intereses empresariales: “España tiene el ochenta por ciento de los cultivos transgénicos de la Unión Europea, y más de la mitad son de Simentia. Supongo que no interesa que se sepa. Estábamos poniendo todo patas arriba… Hay demasiados intereses de gente muy poderosa”.
A través del pasado de algunos de los personajes, tampoco se escapan del radar de José Sanclemente los casos de pederastia que durante años cometieron miembros de la curia y muchos de los cuales han quedado sin castigo: “La Orden se ha rehecho tras las decenas de denuncias de pederastia que estuvieron a punto de hundirla. El Vaticano pactó con Medel que se apartara de los órganos de dirección, aunque éste siguió dirigiéndola en la sombra; a cambio, la Iglesia hizo oídos sordos de los crímenes de pederastia que habían cometido él y los suyos. Eso y varios millones de euros que envían a la Santa Sede cada año están tapando las denuncias”.
José Sanclemente nació en Barcelona y es economista y experto en medios de comunicación. Ha sido consejero delegado de Grupo Zeta y consejero de Antena 3 TV, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, promotor y fundador del diario ADN y consejero de la Casa Editorial El Tiempo de Bogotá. También es presidente de eldiario.es y socio fundador de la revista Alternativas Económicas.
En la actualidad se dedica a la asesoría de empresas periodísticas. En su blog, Entre medios, analiza la situación de los medios de comunicación. Vive en Alella (Barcelona). Tienes que contarlo fue su primera novela y en ella presentaba a los dos personajes que también protagonizan No es lo que parece y Esta es tu vida: el inspector Julián Ortega y la joven periodista Leire Castelló.
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