Sin embargo, parece que las cosas están cambiando y que la parte del león en las ventas de los libreros ya no se la llevan las novedades, sino los títulos de fondo. Lo confirman dos libreros de Barcelona en declaraciones a Josep Massot, de La Vanguardia: según Luis Morral, de la librería Laie, “del total de ventas, sólo el 40% son novedades”. En el caso de de La Central, dice su director, Antonio Ramírez, que las novedades rondan el 35%, y el resto son libros que llevan más de un año y medio publicados.
En las estadísticas que utilizamos nosotros, elaboradas por GFK, mucho más fiable que Nielsen, hemos comprobado que antes se vendían muchos ejemplares de unos pocos libros que se destacaban, a mucha distancia, del resto. Ahora la curva estadística de los 100 libros más vendidos se ha suavizado, es plana, incluso aunque haya títulos de facturación tan alta como como 50 sombras de Grey. Antes los veinte primeros se llevaban casi toda la facturación, el 70%. Ahora los 200 más vendidos se reparten el 75% de las ventas.
Esta tendencia constatada por los libreros viene refrendada por los comentarios al respecto que me han hecho varios editores en los últimos meses. Las causas de que la venta de novedades hayan bajado en beneficio de los libros de fondo son varias:
- La digitalización: La mayoría de las editoriales ya digitalizan todas sus novedades, y las lanzan simultáneamente en formato digital e impreso. Sin embargo aún hay muchas editoriales que no han digitalizado su fondo, cuyos títulos sólo pueden encontrarse en formato impreso.
- La piratería: la posibilidad de conseguir las novedades en la red de forma gratuita afecta mucho a las ventas de novedades. Esta es una de las causas, aunque no la única (insisto, no la única), por las que en España ha bajado la venta de libros, sobre todo la de libros de bolsillo.
- La crisis económica: Los compradores de bestsellers, los libros que ocupan las listas de los 20 más vendidos, no son lectores habituales, sino esporádicos, o compran los libros como regalo. Para este tipo de comprador de libros la disminución de sus ingresos se ha traducido en una menor inversión en lectura.
- Por último, existen causas meramente locales, como en el caso de las librerías de Barcelona: el reciente cierre de librerías de referencia como Catalònia o Proa ha concentrado la venta de obras de fondo en otras librerías con las que antes se repartían los clientes.
Desde mi punto de vista, estos datos indican también que, en la compra en librería, la figura del librero como prescriptor de títulos va a volver a cobrar la fuerza y la importancia que tuvo no hace tanto tiempo. Y eso es una excelente noticia.