La trama de la novela se desarrolla desde cuatro puntos de vista diferentes, el de un varón y tres mujeres, "me encanta meterme dentro de personas diferentes y verlas desde puntos de vista distintos", explica la escritora catalana en la entrevista que mantuvimos con ella por la presentación del libro. Todos son músicos, incluso María, la sirvienta de Karl T., el director, que es una concienzuda ejecutante de piezas populares alemanas.
La obra parte de un hecho casual, el encuentro de un violín en un vertedero municipal. De ahí se desarrolla una trama que se va complicando y que tras varias vicisitudes termina volviendo todo a su lugar, "queda cerrado como la vida misma", apunta la escritora. Sabiendo que a la novelista no la gustan los happy end, se nota su esfuerzo para terminar la trama de manera al menos cerrada.
El narrador masculino, Mark, hijo de Karl, también es director de orquesta y el continuador de la obra de su padre, "es el más inocente y el más feliz de los protagonistas", describe Blanca Busquets y continúa, "las mujeres, por lo general, son más complicadas que los hombres, en este caso son así, tanto para bien o para mal". Complicada es Anna, una de la violinista y, también Teresa, la mujer que encuentra el violín en el vertedero.
La casa del silencio tiene su origen en el Concierto para dos violines en Re menor de Johan Sebastian Bach. La obra está basada en una persecución entre dos violines, "en la novela las dos intérpretes son amantes de un mismo director y esta idea hacía ya tiempo que la tenía en la cabeza hasta que ha llegado la hora de desarrollarla en la trama de la novela", dice la escritora.
Es una de las obras más hermosas de Bach, y una obra muy importante para el desarrollo de los estudiantes. Un reciente estudio de la Universidad de Valencia explica que los niños que estudian música o estudian con música sacan mejores notas en disciplinas tan dispares como las matemáticas o la lengua. "Ya hace casi cincuenta años los estudios de Zoltán Kodály en Hungría apuntaban a lo mismo", recuerda la autora de La nevada del cuco.
La opinión que tiene la escritora de la situación de la educación en España es clarísima: "la educación musical en España es un auténtico desastre. La música debería ser obligatoria", afirma tajante y eso que ella es de una época en que los niños no estudiaban música en la escuela; sin embargo en su familia era obligatorio pasar por el conservatorio y aprender, tanto solfeo como un instrumento, de ahí el gusto por la música.
La novela comienza con una casualidad y para Blanca Busquets "la vida está llena de casualidades, como si alguien moviese los hilos y nos propusiese que esas casualidades ocurriesen por alguna cuestión", refiere. El violín apareció en la vida de Teresa por alguna cuestión, esa casualidad encamina una vida hacia un cierto camino; "sin embargo, ella era música sin haberse dado cuenta. El azar hizo que sus pasos se encaminasen hacia donde tenían que ir".
"El alma de los violines se ve y el de las personas no", dice una de las protagonistas en la novela. Sus personajes tiene alma, otros no. Se les ha llenado de agua. "Todos mis personajes tiene algo de mí. Me meto en el alma de todos ellos; si no, no puedo escribir sobre ellos", desvela la escritora y también señala que su personaje favorito es María la sirvienta, "es el nexo de unión de todos los personajes".
La escritora cree que la felicidad nunca es completa, que "uno mismo se hace su felicidad. María es feliz, otros personajes no", apunta. Pero para ella lo que realmente mueve el mundo es el miedo, sobre todo, el miedo a las pérdidas. Todos perdemos algo en alguna ocasión, pero en ocasiones se recupera, al fin y al cabo la vida pone a todos y todo en su sitio. La novela termina así, poniendo a todos en su sitio.
Blanca Busquets ha sido galardonada reiteradamente por sus obras en catalán. Afortunadamente su novelas salen ahora simultáneamente traducidas al castellano, aunque reconoce que cuando "un escritor catalán triunfa es difícil que se le traduzca al castellano", apunta. Y es realmente incomprensible por qué sucede eso. Como señala la escritora, "hay cosas que no tienen fronteras. La cultura es una de ellas, la cultura debe enriquecer y no empobrecer" y abunda en el tema diciendo "el centro de la cultura es la lengua, al haber culturas diferentes éstas se pueden casar y juntar perfectamente y no creo que deban pelearse".
Aquí tienen los señores políticos un tema para reflexionar, y todavía nos da otro más: "en Cataluña se estudian los autores catalanes y los españoles. Por el contrario, en el resto de España no se estudian autores catalanes como Ramon Llull, Salvador Espriu o Mercè Rodoreda. Se les está privando a los niños de un conocimiento básico de la literatura por razones políticas", relata taxativamente.
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