"Ni siquiera sé si voy a escribir otra novela", señala Mara Torres
La cita es en una recoleta librería cercana a la calle Atocha, llamada "La Fugitiva", un local de comienzos del siglo pasado con unas columnas de hierro dignas de conservarse y que con toda seguridad habrán sido rescatadas de una reforma cercana en el tiempo. En la librería podemos encontrar libros actuales, pero también de segunda mano y, a la vez, podemos tomar un café u otra cosa en sus contadas mesas. Un ambiente decadente pero no ausente de la magia de los libros.
En ese local quedamos para hacer unas pocas preguntas, porque la premura del tiempo hace que queden muchas más en el tintero y es una lástima, porque la conversación se tuvo que cortar cuando nos encontrábamos en el mejor momento. Seguro que tendremos ocasión de hablar más detenidamente en una próxima oportunidad, porque las carreras de ambos seguirán una evolución geométrica después de quedar como ganadores de la reciente edición del premio Planeta, el mejor dotado económicamente, en lengua española.
Con La marca del meridiano, Lorenzo Silva vuelve con su protagonista más famoso, el brigada Bevilacqua, que acompañado de la sargento Chamarro, se enfrentará a la corrupción interna de la propia Guardia Civil, "esto no quiere decir que sea una institución corrupta, tienen el mismo porcentaje de corrupción que hay en la propia sociedad, pero hay que tener en cuenta que al estar destinados en puestos claves, como la vigilancia de las fronteras, las oportunidades de corrupción son mayores", explica el novelista madrileño factotum del certamen Getafe Negro.
Tiene toda la razón en su explicación. Ellos tienen más posibilidades de corromperse porque están expuestos a más influencias, pero si lo comparamos con lo que sucede en los cuerpos de seguridad de México hay que reconocer que es "pecata minuta". Sí reconoce que muchos ciudadanos achacan a la Benemérita una mala fama porque en la Guerra Civil se pusieron a las órdenes del ejército rebelde, "nada más falso. Si no hubiese sido por la Guardia Civil, el golpe, seguramente, hubiera triunfado en un primer momento; no fue así por su oposición en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, etc, que estuvieron a disposición del gobierno republicano", afirma.
Lorenzo Silva sabía que por enviar una novela al Premio Planeta le "iban a echar a los leones. El premio tiene tantos detractores como seguidores y a partir de este momento me iban a mirar con lupa", señala. En su carrera ha ganado varios premios, pero ninguno de tal importancia. Sabe, además, que ya va a estar instalado en el ojo del huracán, que si ya era conocido, a partir de este momento va a serlo mucho más.
¿Y con la dotación económica que vais a hacer? Los dos están orgullosos de poder contribuir a su país con la mitad del premio. Que eso es lo que se va a quedar el fisco. "La mitad de nuestros premios se va a invertir en arreglar carreteras, hospitales u otras cosas", responden prácticamente al unísono y les gusta que sea así. Ambos, recientemente se han comprado un coche y los dos de segunda mano. A Mara Torres, con lo que se va a quedar, no la llegará para saldar su hipoteca y a Lorenzo Silva, con tres hijos pequeños y uno de camino, le valdrá para tapar agujeros y supongo para poder escribir con más tranquilidad.
El papel de Mara Torres es el más incómodo de los dos triunfadores, puede parecer que es el segundo plato, pero no por ello menos importante. El quedar finalista en el premio Planeta con su primera novela tiene un mérito enorme. Ella se desenvuelve con elegancia, en un segundo plano, pero cuando habla lo hace con sentido, con una voz que hemos oído miles de veces en la radio y en la televisión y si Lorenzo nos lo permite, podemos decir que su imagen es más conocida que la suya.
De forma tímida, pero convencida, nos dice que "ni siquiera sé si voy a escribir otra novela"; lo dice, pero no creo que realmente lo piense de verdad. Las puerta del Olimpo se la han abierto, ya hubo antes que ella periodistas que quedaron finalistas y al pasar los años ganaron el primer premio. Por la calidad que tiene La vida imaginaria creemos que seguirá sacando tiempo al sueño y a las vacaciones para seguir escribiendo.
Fortunata Fortuna tiene mucho de ella misma, "necesitaba inventarme un personaje para que me hiciese compañía en unos momentos de soledad, en los que estaba acompañada pero me sentía sola", razona sensiblemente. En Nata ha dejado pasajes de su experiencia vital y cuando tuvo la historia la dejó dormir en un cajón hasta que, a golpes, la llamó. Retomó la historia y concluyó la novela que finalmente envió a Planeta sin creer que podía llegar más lejos. "Nata no es graciosa, pero hace gracia, no intenta ser nada fuera de lo normal, pero eso mismo la hace extraordinaria. Tiene muchos puntos en común conmigo", puntualiza la novelista.
¿Cómo ve Mara Torres a Lorenzo Silva? Como un gran escritor, ha leído muchas obras suyas pero sorprende al novelista y al periodista cuando su preferida es una novela juvenil: Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia. "Qué bien, me gusta que reivindiquen mi obra de los inicios", dice Silva maravillado. Otra de sus obras favoritas es el libro de relatos El déspota adolescente y de la serie de Bevilacqua Nadie vale más que otro. La marca del meridiano la está leyendo actualmente, pero sus responsabilidades en televisión y en la promoción del libro no la dejan mucho tiempo.
¿Y cómo ve Lorenzo a Mara? "La veo con mucha curiosidad y tranquilidad. Se toma muy en serio su trabajo y estoy seguro de que va a llegar a mucha gente. Lo mejor es la voz que utiliza en la narración, que está alimentada de muchas voces a su vez. Sabe cómo empatizar con el lector", dice Lorenzo Silva que sí ha leído la novela de Mara y le gusta mucho, la augura mucho futuro.
El único punto de discordancia es cuando sacamos el tema de la corrupción. Queda claro que los políticos son un espejo de la sociedad. Que para Mara suelen ser legales, "el fontanero viene a casa y me hace una factura". Para Lorenzo, después de la subida del IVA, su fontanero le pregunta ¿quiere factura? A él le gustaría que fuésemos todos un poco más honrados, "como los alemanes, y que el español deje de pensar que el trabajo es una maldición bíblica, cuando realmente es una bendición" y más ahora que hay tanto paro.
Finaliza Lorenzo Silva hablando de su novela, "Bevilacqua es un personaje que funciona, que es cercano a nosotros, en esta ocasión es más maduro, como yo mismo, y en la historia se recapitula una vida, que vuelve a los orígenes para explicar motivaciones y sucesos que acontecieron al comienzo de su carrera. En ella se juntan muchas cosas", enumera el escritor y concluye "es muy distinta a Niños feroces, mi obra más meta literaria y experimental. Una obra que divide más al respetable por la voz que adopta el narrador y la historia que cuenta". La experiencia de un falangista que termina siendo miembro de las SS alemanas.
Lorenzo y Mara. Mara y Lorenzo. Tanto monta, monta tanto. Un escritor consagrado, una novelista conocida que comienza su carrera. Dos novelas sólidas y distintas con varios puntos en común. Ambos son madrileños, ambas obras están escritas en primera persona y ambas sacan a la palestra temas actuales, incluso polémicos. Ambos atesoran calidad, tanto como escritores y como personas y, con toda seguridad, ocuparán los puestos más altos en la lista de los más vendidos.
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