Con el relato
Los dientes del azar ha conseguido el premio al mejor relato inédito, lo que le ha supuesto un montante de 10.000 euros. La
historia está ambientada en el País Vasco y trata sobre las consecuencias de la violencia, y en ella reflexiona sobre el azar y las decisiones que toman los seres humanos a lo largo de su vida. Parte de la teoría del caos y tiene al terrorismo, una forma de fascismo encubierto, como protagonista. En el jurado estaba el escritor donostiarra Fernando Aramburu, especialista en esta materia.
"La mujer de sombra", la obra de madurez de Luisgé Martín
Con La Mujer de sombra, Luisgé Martín ha llegado a su madurez narrativa, tanto estilística como temática. El libro es polémico, trata temas polémicos, pero con una elegancia desmedida. Su tesis parte de la verdad en las relaciones humanas, una verdad que puede llegar a obsesionar de tal forma que sea el motor principal de la acción sentimental y eso es lo que le ocurre precisamente al protagonista Eusebio.
Para el escritor, la novela "está siendo una sorpresa, estoy recibiendo mucho feed-back de los lectores vía Internet, está teniendo muchas lecturas intensas que me hace plantearme que he escrito muchas cosas de las que no era consciente que estaba poniendo", reflexiona el autor sobre su obra.Eusebio es una persona con muchas sombras, muchas más que Julia, la persona de la cual se enamora después de saber de ella por un amigo fallecido y que mantenía relaciones sadomasoquistas con ella.
La mujer de sombra es Julia, una persona que lleva una vida normal, pero que esconde unas relaciones oscuras. Cuando conoce a Eusebio se convierte en una persona transparente y esas relaciones mórbidas dan paso a unas relaciones normales que giran alrededor de un amor apasionado, un amor con "un foco de luz deslumbrante, con alguna arista oscura", ese amor se convierte en obsesión y al final termina viviendo una auténtica pesadilla.
"Tenemos la sensación de que la felicidad coincide con la intensidad", señala Luisgé Martín y esa intensidad plena se encuentra en una vida al límite, de ahí el sentido transgresor que vivía el protagonista, que le hizo flirtear con las drogas, con el alcohol, para conseguir ciertas sensaciones fronterizas entre el bien y el mal. La descripción que hace el autor de esos estados remueven al lector en su butaca, por eso se muestra comedido en algunas escenas, "la verdad puede ser perniciosa, hay que saber medir", sentencia.
"Todos tenemos una zona clara, luminosa y una zona Luna, oscura. Cuanto más compleja intelectualmente es una persona, más zonas oscuras tiene, más pliegues tiene. Cuanto más alto es el nivel sociocultural, más busca esas relaciones distintas", apunta Luisgé Martín. Estas relaciones complejas tienden hacia el autoengaño. El pasaje de Bangkok se da en otros lugares como en Cuba. Una experiencia similar tuvo en aquel país, pero a su parecer, "es un túnel que si lo analizas es mejor no entrar porque todas las posibles salidas son malas".
"La mujer de sombra", una novela llena de dolor donde nadie hace daño premeditadamente
La novela está llena de dolor pero, "no hay nadie que haga daño expresamente, que lo vaya buscando premeditadamente", dice el autor de su novela y añade "la crueldad está más en los ojos del que mira que el que quiere hacer daño". El final de la novela queda abierto, de tal forma que entrevistador y entrevistado no coinciden en el posible desenlace de la novela. Un bonito trabajo sería saber cómo resuelven los lectores el posible final.
La mujer de sombra es su primera novela que escribe "no por una idea, sino porque se me ha ocurrido una trama y a partir de ahí me puse a escribir. Normalmente escribo por esa idea que se me ocurre, puede ser una venganza, puede ser por la ira o una novela de denuncia política, pero en esta ocasión fue primero la trama, como en los cuentos", apunta Luisgé Martín. Por eso, él prefiere escribir cuentos, "soy muy impaciente y una novela es un parto largo, pero reconozco que lo que la gente pide son novelas y a mí cada vez más me vienen ideas de novelas", reconoce.
Luisgé Martín nunca ha vivido de la literatura, pero sí del mundo literario. Trabajó durante años en una editorial que cerró y ahora continúa en otra, con un ligero lapsus como asesor de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que fue una experiencia muy enriquecedora, "la política siempre me ha interesado mucho, me enfada que haya personas que se definan como anti políticos, ya que vivimos en una sociedad regida por la política", afirma sin titubeos.
Se muestra contrario con los partidarios de la defensa pasiva, "¡con todo lo que cuesta hacer cosas en este país!, la ministra lo decía, es muy difícil sacar adelante proposiciones de ley, hay demasiados intereses y es muy difícil equilibrarlos para que todo el mundo esté de acuerdo", recuerda de su etapa en el ministerio. También se muestra contrario a todo lo que ha pasado en la Sociedad General de Autores (SGAE), "lo que sabemos es una parte muy pequeña de lo que terminaremos sabiendo", afirma.
"El sistema está fallando en todos sus niveles, está colapsado y hay que plantear alternativas al sistema. La solución es proponer medidas, de todas formas no veo ejemplaridad por parte de los ciudadanos", concluye el autor. Todo el mundo parece estar de acuerdo en que algo falla en el actual sistema político, pero no se da con la solución a los males que nos aquejan. Luisgé Martín sí saber resolver bien una trama polémica y enrevesada. Sus protagonistas están vivos, para bien o para mal, tienen emociones, sentimientos encontrados y de ese conflicto crece una trama original, arriesgada y minuciosa.
Luisgé Martín es un escritor con un dominio del lenguaje fascinante, en persona se muestra más tímido que en lo que escribe en sus libros, donde parece desbocar su imaginación. Humilde como persona, se rebela contra las injusticias y se muestra apasionado por la política. Si el hombre es un animal político, Luisgé Martín es un animal literario con un futuro aplastante, lástima que no se dedica a tiempo completo a la literatura.
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