Entre el ingente número de obras que publicó el escritor inglés, tres destacan sobre manera: La máquina del tiempo, La guerra de los mundos y El hombre invisible. Sobre la primera el escritor de Sánlucar de Barrameda escribió El mapa del tiempo, obra con la que ganó el Premio Ateneo de novela de 2008 y al que parte de la crítica calificó como la mejor novela que ha pasado por dicho premio.
Éxito de ventas en España, fue traducida a numerosos idiomas siendo un éxito absoluto en Estados Unidos, donde ha conseguido vender más de 150.000 ejemplares y en Japón, donde en poco tiempo lleva ya vendidos 30.000. A los japoneses siempre les ha atraído la literatura fantástica y de ciencia ficción y cuando es tan original mucho más. Así pues, estamos ante un fenómeno internacional, un éxito que trasciende nuestras fronteras porque el novelista español, afincado en San Felíu de Guixols por motivos de amor que le han hecho atravesarse la península de punta a punta, ha conseguido un estilo propio y original, con mucho de literatura victoriana y de literatura fantástica.
Con "El mapa del cielo" pretende continuar su carrera ascendente. El cambio de editorial, dice, le ha sentado bien. Ha conseguido una uniformidad para todas sus obras, aunque la primera de la trilogía no sabrá si la podrá reeditar en su nueva editorial, ya que Algaida sigue teniendo los derechos y no cree que se los deje arrebatar, debido al éxitos de ventas que está consiguiendo. Sí ha conseguido que la tercera entrega de la trilogía tenga el mismo tratamiento, incluso ya ha vendido los derechos en el extranjero sin haber escrito una sola página de ella. Después de esta trilogía, piensa cambiar de registro y hacer algo totalmente diferente.
Félix J. Palma la época que trata en sus novelas "es mucho más atractiva que la actualidad y para un novelista como Wells el mundo estaba en equilibrio entre la magia y la realidad". En aquellos tiempos el mundo parecía un lugar ignoto y los hombres tenían la ilusión de poder dominarlo. La ciencia comenzaba a delimitar el mundo y el culto al progreso era algo que se veía con buenos ojos, en la actualidad esa percepción ha cambiado y el progreso se ha convertido en algo agresivo para las personas. De ahí la necesidad de fantasía que tenemos los humanos.
La novela parte de ese homenaje a Wells y es una historia de amor muy especial, la protagonista, Emma Harlow, sabe que sólo podrá enamorarse de alguien que haga soñar al mundo, si su abuelo lo hizo sesenta años antes haciendo creer que los selenitas podían invadir la Tierra, su amado lo tendrá que hacer pero ahora con los marcianos. Todo un desafío para una persona que es capaz de hacer cualquier cosa por amor.
Los personajes de la novela son históricos unos e imaginarios otros, con ello busca deliberadamente ese equilibrio mágico que tiene la obra. Donde personajes reales como el propio Wells o Serviss, "el primer periodista divulgativo", autor de una novelita, continuación de La guerra de los mundos titulada Edison conquista Marte, donde el célebre inventor acomete una invasión, parábola de cómo era él, un personaje siniestro que fagocitaba a muchos científicos a su antojo y que traía a mal traer a personajes de la talla de Nikola Tesla.
El objetivo del novelista es hacer soñar al lector
El objetivo principal del novelista andaluz es "hacer soñar al lector, que se evada con mil aventuras", explica. Porque aparte de un homenaje al novelista británico es un homenaje a la ciencia ficción más primigenia, la de Wells, la de Verne; hay que recordar que esa etiqueta no se acuñó hasta los años 20 del siglo XX. "Además yo no tengo prejuicios hacia las etiquetas, trato la ciencia ficción como si fuese literatura general. Hay que acercar la ciencia ficción a la literatura general. Algunos autores ya lo están haciendo con bastante éxito, como José Carlos Somoza, Elia Barceló o como la última novela de Rosa Montero", añade. A Félix J. Palma se le nota que le hubiese gustado vivir en otra época, la victoriana tan querida para él, "era una época donde los libros se publicaban en los periódicos por fascículos, los escritores tenia un prestigio inaudito y eran muy respetados y queridos", agrega. La gente esperaba impaciente las entregas de las novelas, había otra calidez, otra ilusión y él quiere recoger esa esencia y lo hace en su propio estilo narrativo.
"Para mí el narrador es un ilusionista que baraja los sucesos a su modo, que modifica las cronologías como le apetece",cuenta el escritor. Su narrador, podríamos decir que es interactivo, dialoga con el lector, le sugiere situaciones, le dirige hacia donde quiere, como quiere y cuando quiere, "es algo que ya hacía Alejandro Dumas", recuerda. La voz decimonónica no parece haber muerto, sino que sigue viva en un autor que vive ese tiempo como si fuese el actual con un narrador muy peculiar.
El éxito que está consiguiendo con sus obras le ha venido ya en la madurez y creo que eso le ha venido mucho mejor porque explica que "yo me he hecho paso a paso y estoy más preparado que si el éxito me hubiese venido siendo más joven", reconoce el escritor y se le nota. Es una persona tranquila, modesta y tímida, que vive la literatura 24 horas al día y que hasta su propia esposa le ayuda en esa tarea, ya que le ha ayudado a conseguir la documentación necesaria para escribir sus obras.
Reconoce que entre sus influencias, además de Wells, claro está, se encuentra Julio Cortázar. De él aprendió los secretos del cuento clásico, planteamiento, nudo y desenlace, con una sorpresa final. La fórmula de éxito de toda la vida y él la ha practicado en cuantos certámenes literarios ha podido, porque siempre ha vivido de la literatura. Una buena escuela que ahora le ha dado unos frutos espectaculares. Unos frutos que le han convertido en el escritor español fantástico más vendido en el extranjero y en un narrador original, ágil y con humor. Un humor con ciertas dosis de ternura que hacen de sus obras especiales y que una vez comenzado el libro a leer no se pueda parar.
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