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Luis Leante
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Entrevista a Luis Leante: Las casualidades nos pueden transformar"

Autor de "Cárceles imaginarias"
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
"La historia de los españoles en Filipinas ha sido muy poco tratada por la literatura", reconoció el autor murciano Luis Leante en una entrrevista con Todoliteratura. El reconocido novelista acaba de publicar con la editorial Alfaguara su nueva novela "Cárceles imaginarias", una obra donde el anarquismo decimonónico se aúna con una investigación actual sobre anarquistas en Filipinas y mucho más.

Sí, porque la novela va sobre un anarquista que, si bien no fue deportado como muchos otros, huyó a tierras filipinas para huir de la presión policial. Para el novelista el tema del anarquismo, sobre todo en Barcelona, ha sido muy estudiado. Los hechos de la novela parten del atentado que se produjo en la calle Canvis Nous el día del Corpus de 1986. Ese hecho terrorista fue adjudicado a los anarquistas pero "el acontecimiento sigue siendo un misterio histórico, ya que nunca se desvelaron los hechos, aunque yo creo que sí fueron los anarquistas", afirma Luis Leante en la conversación que hemos mantenido.

Sin embargo, el acontecimiento que tuvo mucha repercusión periodística, incluso extranjera, provocó más de 400 detenciones y la deportación de numerosos anarquistas a Filipinas que en aquellos días se debatía en una guerra propugnada por los Estados Unidos y los independentistas tamiles. Incluso hubo teorías que señalaban que había sido la misma policía la autora del atentado para provocar la represión que se llevó a cabo. En esa época, España, claro está, daba la espalda a una de sus últimas colonias y no supo defenderla, probablemente, como señala el autor, porque los políticos "no estuvieron a la altura de las circunstancias y los comportamientos caciquiles en nada ayudaron a la defensa de aquellas tierras".

Esos comportamientos caciquiles se reflejan claramente en la novela cuando Ezequiel Deulofeu es llamado a filas y su padre decide pagar el estipendio pedido para librarle de ir a la guerra, situación que se repetiría con la levas que debían ir a Cuba y, posteriormente, en la guerra de África de las dos primeras décadas del siglo XX. "La conciencia caciquil que podríamos definir como un cacicado, subyace en una clase política que llega hasta nuestros días, como hemos podido ver lo que está pasando actualmente en la ciudad de Valencia", señala el novelista de Caravaca de la Cruz haciendo una analogía entre el pasado y el presente.

Luis Leante se ha documentado profusamente para escribir su nueva novela, ha acudido a libros históricos "lo más académicos posibles" y ha obviado mucha información que le ha llegado por Internet, pero como el mismo señala, "no he querido hacer una novela histórica al uso".De Filipinas encontró muy poca documentación que suple con una trama muy bien trenzada y elaborada. Describiendo muy bien la situación de las personas que allí vivían y los ambientes en que se movían.

El protagonista de la novela es un personaje de ficción, casi todos los que aparecen en la novela lo son, pero los hechos son lo más reales posibles y fieles a la historia. Todo en base a que quería hacer una obra "amena y no abusar de los conocimientos históricos", dice. Y la novela lo consigue plenamente, porque el lector se imbuye rápidamente en las dos tramas: la histórica, que frisa los dos siglos, finales del XIX y comienzos del XX y la actual, donde el personaje protagonista, Matías Ferré, es "una persona desubicada y poco apasionada que va consiguiendo toda la documentación sin esfuerzo, ya que se la van dando otras personas o la va encontrando casualmente", explica el autor.

La forma de ser del protagonista tiene mucho que ver con la trama de la obra. Los acontecimientos se van sucediendo de forma casual. "las decisiones que tomamos, por más nimias que sean, pueden cambiar la vida de cualquiera", explica. Las casualidades nos pueden transformar. Una pequeña decisión puede hacernos variar el rumbo de la vida. Eso ocurre en la novela, la bofetada que Deulofeu da a un cliente de un café le transforma la vida, le cambia su destino y eso le gusta al escritor. Es, desde luego, un tema muy literario.

La forma de ser del protagonista tiene mucho que ver con la trama de la obra. Los acontecimientos se van sucediendo de forma casual. "las decisiones que tomamos, por más nimias que sean, pueden cambiar la vida de cualquiera", explica. Las casualidades nos pueden transformar. Una pequeña decisión puede hacernos variar el rumbo de la vida. Eso ocurre en la novela, la bofetada que Deulofeu da a un cliente de un café le transforma la vida, le cambia su destino y eso le gusta al escritor. Es, desde luego, un tema muy literario.

Como literaria es la vida de Deulofeu que vive el anarquismo barcelonés de ese final de siglo, un anarquismo que llega tarde a Barcelona y, por lo tanto, al resto de España, ya que los libros, que también llegaron tarde en más de veinte años y sin traducir, pasaban por la capital catalana, que era un radar de todo lo que se captaba de Europa, aunque llegase a destiempo. El autor refleja a la perfección ese ambiente, sobre todo en la redacción del periódico. "Me apasiona el mundo de la prensa, hay mucha literatura sobre ello, Cansinos-Assens, que me apasiona o César González Ruano que me gusta menos", nos cuenta y añade que "en la actualidad hay digitalizada mucha prensa de la época que nos hace ver cómo se desarrollaban los acontecimientos".

En la novela hay una clara intención de conectar el pasado y el presente, una clara intención de que todo lo que ha ocurrido en nuestra historia pasada tiene relación en el presente y nos condiciona, "como condiciona la biznieta del protagonista la vida de Ferré a finales del siglo XX", apunta. De hecho, cree que la Guerra Civil nos sigue condicionando y pese a los años pasados sigue habiendo el mito de las dos Españas, por eso, cada día está más a favor de una tercera España.
Las dos tramas de la novela las escribe de forma diferente. La actual en primera persona, con más colorido y diálogos más actuales, la histórica la escribe un narrador omnisciente, que en ocasiones va adelantando lo que va a suceder, de forma más oscura, con un lenguaje más clásico, que no barroco. Como él mismo explica: "la actual es más clara y en color, la histórica es de color sepia. El lenguaje es la fotografía de la literatura". Una buena metáfora para explicar las dos formas de escribir en una misma novela.

Este antiguo profesor de instituto que lleva dos años dedicado en exclusiva a la literatura, reconoce que ha sido la mejor decisión que ha tomado en su vida. Es una persona afable, sencilla y modesta que casi no es consciente de la buena literatura que está escribiendo y que dio un salto de calidad con la concesión del Premio Novela de Alfaguara por Mira si yo te querré, aunque cree que él siempre está escribiendo la misma novela.

Termina la conversación apuntando lo que cree más significativo de su obra y por lo que el lector se puede sentir más atraído en leerla y es "la importancia que tiene el pasado para conocer y comprender el presente y partiendo que somos personas libres y tomamos decisiones arbitrarias, nuestras vidas son el fruto de la casualidad y de las decisiones que tomamos en momentos determinados", concluye. La decisión de leer o no leer un libro nos puede cambiar la vida. Adentrándonos en su obra tendremos más motivos para creerlo.

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