Ignacio del Valle ha conseguido con el protagonista de la novela, Arturo Andrade, convertir al personaje en persona. Durante mucho tiempo el tema de los falangistas que fueron a la División Azul fue un tema tabú. El novelista asturiano rescata un tema que debe ser conocido y ha pedido ayuda a los lectores para continuar avanzando por ese camino, cosa que ha conseguido con la publicación de su segunda novela sobre la división tituladaLos demonios de Berlín. Es otra novela recomendable y que merecería que el cine se fijase en ella. Ignacio del Valle ha conseguido poner de moda a la División Azul y escritores como Lorenzo Silva han continuado por esa senda con la fallida Niños feroces. Novela negra, novela histórica, novela sobre la guerra y thriller se entremezclan para conseguir una novela explosiva, como no podía ser de otra manera cuando hablamos de la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué se interesó por el tema de la División Azul para sus novelas?
Hacía cuarenta años que no se escribía una novela sobre ese episodio de la historia y me pareció interesante contarla. Además estaba un poco harto de los estereotipos de republicanos angelicales y falangistas malísimos, la realidad es mucho más compleja.
¿Qué ventajas cree que tiene el ambientar un crimen dentro de la Historia?
La historia te proporciona una serie de recursos que te facilitan la escritura: datos, fechas, que te ayudan a poner un telón de fondo. No obstante, al final de lo que se trata es de hablar de la condición humana, da igual la época.
¿Y qué inconvenientes?
Tienes que tener cuidado con la verosimilitud de lo contado. Para ello hay que empaparse de la época, aunque luego la moldees a tu gusto.
¿Qué ha hecho para documentar sus obras?
Básicamente, leer todo lo que pude en la biblioteca nacional, tirar de hemerotecas, hablar con la gente que estuvo allí, y viajar a los lugares físicos donde transcurren las acciones.
¿Cómo definiría su estilo literario?
Una búsqueda de la precisión, la emoción y la profundidad.
¿Ha recibido influencias de algún otro autor?
Es un proceso de sedimentación a lo largo de los años, todos los autores que has leído han ayudado a conformar tu voz. Sin embargo, en la actualidad quienes más me influyen son los escritores norteamericanos.
¿Qué sugerencias de sus lectores le han parecido las más interesantes?
La retroalimentación que se produce hoy en día con tus lectores gracias al correo, Facebook, Twitter o tu blog es fantástica. Siempre me están llegando ideas o argumentos, sobre todo para Arturo Andrade, y algunos los he utilizado gustosamente.
¿Se refería a algo en especial al hablar de los demonios de Berlín o aludía a algo más general?
En la novela hay unos demonios exteriores, la guerra, y luego están los privados de Arturo Andrade, con los que hay que llegar a pactos, porque a los demonios nunca se les vence.
¿Cómo cree que la guerra influye en el amor?
Son las dos caras de la misma moneda.
¿Ha visitado el rodaje de su película?
He estado en Lituania durante el rodaje, en efecto, y aunque hemos pasado mucho frío, creo que el proyecto tiene todas las papeletas para ser una buena película. He visto mucho oficio y mucha pasión durante los días que compartí con el equipo. Estoy muy ilusionado. Los lectores pueden seguir el periplo en unos cuadernos de rodaje que hice para periódicos, El espíritu de la nieve.
¿Ha supervisado el guión?
No, no es mi oficio. He hablado con Gerardo Herrero y con los actores, Carmelo Gómez y Juan Diego Botto para despejar algunas dudas, pero son ellos los que tienen que interpretar mis personajes, su visión debe ser distinta de la mía.
¿Cuándo se estrenará?
El próximo 20 de enero.
¿Tendremos más entregas de las aventuras de Arturo Andrade? ¿O tiene algún otro proyecto en mente?
Por supuesto que habrá más entregas de Andrade, pero primero publicaré un libro de cuentos y acabo de terminar una novela coral, contemporánea. Le he puesto un espejo delante a la sociedad y he procurado que se refleje con la mayor fidelidad posible.
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