Esta es la segunda novela de esta escritora bilbaína licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales y Diplomada en Estudios Avanzados de Historia. Ha publicado artículos y relatos en diversas revistas. Es autora en ficción las novelas históricas La ría de los afrancesados (Editorial Txertoa Argitaletxea, noviembre 2010) y del ensayo Cárceles y campos de concentración en Bizkaia 1937-1940 (Editorial Txertoa Argitaletxea, mayo 2011).
Ascensión, si te parece vamos a hablar de tu segunda novela "La bala que mató al general", una novela que va a presentarse en FNAC de Bilbao, tu ciudad natal y la ciudad en la que vives, ¿Nos puedes concretar cuándo?
Sí. Ante todo, gracias por la entrevista y por publicarla en vuestra página. Esta novela que ha sido editada por De Librum Tremens se va a presentar el próximo 30 de noviembre en FNAC de Bilbao a las 19,00 horas. Espero que asista mucha gente. Además, si todo sale bien, habrá una escritora invitada que será quien me presente a mí. Ella es Elena Moreno, también escritora vasca y autora de la novela "El salón de la embajada italiana", publicada por Temas de Hoy.
¿Qué te impulsó a escribir sobre el personaje de Tomás Zumalacárregui y sobre la primera guerra carlista?
Ese periodo de la Historia siempre me ha parecido muy interesante. Hay que tener en cuenta que el siglo XIX fue un siglo muy convulso y concretamente, en la primera guerra carlista hubo veteranos que ya habían pasado otras dos guerras anteriores, es decir, que estaban viviendo su tercera aventura bélica, hablamos lógicamente de las dos guerras contra los franceses (La Convención y la de la Independencia) y todo eso para una sola persona y una sola vida me parece demasiado. Las cicatrices físicas y morales, que tuvo que tener aquella gente, debieron ser terribles.
Por otro lado, el personaje de Zumalacárregui tiene un carisma especial y prueba de ello es que ha sido además de personaje histórico, personaje literario en más de una ocasión. No todos los días se topa uno con un señor que sale de su casa, vestido con una chaqueta de lana merina, unas alpargatas y pobre como las ratas y consigue, tras reunir a un grupo de hombres sin ninguna cultura militar, poner en jaque al ejército de la reina durante una campaña que duró veinte meses, monte arriba, monte abajo. Me llama poderosamente la atención su rectitud, su honradez y su tesón. Tanto si fue justo como si no lo fue, porque sabemos que se hicieron barbaridades por ambos bandos, Zumalacárregui tiene sobre sí y sus actos el peso de la Historia y un cierto toque de romanticismo, el que surge de luchar hasta la muerte por una idea.
¿Qué nos has querido contar con La bala que mató al general?
El general Zumalacárregui murió por una septicemia, producida por una herida, debido a una bala que le dispararon en la pierna en el palacio Vargas de Begoña en la villa de Bilbao. Se sabe que cuando se asomó al balcón de ese palacio para divisar con su catalejo las baterías enemigas hubo una descarga de más de cien disparos sobre él.
Yo he querido hacer una ficción sobre la persona que disparó la bala concreta que le disparó en la pierna, así que he puesto cara, nombre y apellidos a esa persona y, a través del personaje he querido contar cómo era la alta política de la época, el espionaje embrionario que existía entonces y las circunstancias en las que tuvieron que moverse los personajes históricos reales.
¿Quiénes son los protagonistas de esta novela y qué personajes circulan por ella?
Los protagonistas son dos, un padre y un hijo, ambos personajes de ficción. Curiosamente, Zumalacárregui, siendo como es el personaje histórico por excelencia de esta novela y, que además, se lleva un papel muy importante en la historia que cuento, no le he querido dar el protagonismo absoluto y los motivos son dos muy claros: En primer lugar, cuando se escribe sobre un personaje histórico se puede caer en la trampa de escribir una biografía novelada y yo no quería eso, entre otras cosas porque así se puede llegar a construir un personaje de cartón piedra totalmente irreal sobre el que recae toda la fuerza de la novela. En segundo lugar, al crear protagonistas de ficción alrededor de la figura histórica se consigue recrear la época con absoluta libertad y respetar al máximo la figura del personaje histórico sin manipularla demasiado para no distorsionarla. Se habla de Zumalacárregui y está en el centro de la novela, pero en un segundo plano, permitiendo que sean los protagonistas los que nos cuenten lo que está sucediendo.
Hay tantos personajes como ha sido necesario crear para contar esta historia. Por un lado, están los puramente históricos, personajes reales: Mª Cristina, Calomarde, Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón, Tomás Orbe. Henningsen, etc. Y, por otro, los ficticios Tiburcio Orbe, su hijo, preferentemente.
Supongo que el esfuerzo de buscar documentación y el aprendizaje previo te habrá llevado tiempo. ¿De dónde has obtenido la información y qué fuentes has manejado?
Bueno, siempre que se va a escribir una novela, sea histórica o no, hay un esfuerzo previo de documentación. Salvo que seas muy experto en un tema determinado es difícil ponerse a escribir sobre un tema concreto con el nivel de detalle y exigencia que requiere cualquier novela. Pero sí, tratándose de un personaje histórico, además, he tenido que rodearme de una voluminosa bibliografía, de trabajos realizados por investigadores de la época. He leído alguna tesis, visitado el museo que hay en Ormaiztegi, obtenido alguna información de la Fundación Sancho el Sabio y, sobre todo, me he servido mucho de los testimonios que dieron sus contemporáneos, en concreto, me ha sido de gran utilidad la obra de Henningsen, titulada "twenty months of campaing with Zumalacarregui".
¿De dónde sacas tanto tiempo y cuánto te ha llevado escribir la novela?
El tiempo lo obtengo de mis fines de semana, vacaciones y de las horas que le robo al sueño cuando estoy inspirada. La novela he tardado en completarla en aproximadamente un año. Los primeros seis meses han sido de lectura y estudio y el resto de escritura y corrección.
¿Qué método sigues para escribir? Quiero decir, ¿Haces un esquema, trazas cada uno de los personajes y sólo después de que todo está perfectamente planificado empiezas a escribir, o por el contrario, escribes sin más?
¡Huf!, yo soy bastante caótica. Siempre sé lo que quiero contar, pero nunca quién debe hacerlo ni cómo. Soy desordenada y eso ha significado cambiar, al menos en esta novela, un montón de veces el rol de cada personaje. Hasta el punto de que hubo un momento en que tuve que ponerme a repasar puntualmente cada uno de ellos para no dejar palabras y actitudes que habían tenido inicialmente y que luego, al cambiarlo, pasaron a otro personaje distinto. Fue complicado. No obstante, sí que sigo un cierto orden y realizo algún tipo de planificación al principio, aunque luego haya tantos cambios que la planificación inicial no me valga de nada.
¿Te gustaría que alguien hiciese una película de esta novela?
Sí, claro que me gustaría. De hecho, yo cuando escribo visualizo muchas imágenes que bien podrían ser cinematográficas y esta novela tiene muchas escenas así, aunque habría que adaptarla a un guión porque no está pensada para ello.
Por último, ¿qué otros planes tienes?
Bueno, ya hay una tercera novela que estoy terminando. Lo siguiente será el arduo esfuerzo de encontrar una editorial que quiera sacarla a la luz y ojalá suceda pronto.
¿Es también histórica?
Sí, aunque la siguiente novela está a caballo entre la novela de intriga y la histórica.
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