En el libro hace pocos juicios de valor, relata la historia española de los últimos 80 años con la frialdad de un cirujano que disecciona los acontecimientos y cuenta lo que ve, sin temblarle el pulso. Busca una objetividad de la que parece que huyen los políticos y los historiadores pan y aguados. Por eso no gustará a los sectarios y encantará a las personas de mente abierta y que aman la verdad. Ante sus rayos X descubriremos acontecimientos que nos han contado de otra manera, pero la documentación que ha manejado no deja lugar a dudas que lo que nos han contado no ha sido la verdad. Por tanto el libro de Enrique de Diego servirá para abrir los ojos a unos, y otros no querrán abrirlos porque lo que ven no les gusta pero es la realidad. En la entrevista nos da muchas claves, pero para descubrir otras tendrán que leer el libro.
¿Por qué el título de Historia clara?
Era preciso, porque la historia de la España reciente se ha convertido en pasto de la propaganda política hasta hacerla irreconocible e incluso ininteligible.
Según usted, ¿hasta ahora la historia de España no estaba suficientemente bien explicada?
No, desde luego. En absoluto. En general, se han hecho caricaturas, se han cavado trincheras sobre la guerra civil y pura hagiografía sobre la transición.
¿Hay mucha manipulación en los historiadores al uso?
Es peor, por lo general, se trata de estricto adoctrinamiento. Se tratan los hechos con abrumadora confusión y como si hubieran sucedido ayer o fueran claves para la inmediata campaña electoral.
Su historia comienza en la Segunda República. ¿Por qué decidió comenzar en ese momento histórico?
Hay un proceso histórico cuyas primeras claves se encuentran en esa etapa y que influyen, sin duda, en nuestros días. Mi libro es una historia fiel a los hechos y que indaga o responde a los porqués. Un por qué clave era: ¿por qué tenemos una monarquía? y por eso me he detenido en el surgimiento de una peculiar monarquía electiva con Franco y cómo se va produciendo el traspaso de poder a la monarquía instaurada.
¿Cómo valoraría el papel de la monarquía hasta ese momento?
Mi anterior libro se titula ‘La monarquía inútil’. En torno a sustraer un referéndum monarquía-república pivotó toda la transición. Es una de las cuestiones que trato con mayor detenimiento.
¿Qué supuso la República en la historia de España?
Hubo una ilusión republicana, pero muy pocos republicanos o republicanos democráticos. Los socialistas eran bolcheviques. Fueron el marxismo, el PSOE y Largo Caballero los que hicieron inevitable la guerra civil. El partido socialista propugnaba como su programa el exterminio de la burguesía, de las clases medias.
En su opinión, ¿el levantamiento de los militares fue legítimo contra la república?
Hay mucho debate sobre la materia, y en general desenfocado. Se hace más inteligible todo lo sucedido recurriendo al derecho de resistencia.
En el libro escribe que el general Franco no fue magnánimo con los derrotados, ¿qué hubiese tenido que hacer?
No hago muchos juicios de valor en el libro, porque no sirven de mucho y sólo generan confusión. Explico por qué sucedieron las cosas, cómo sucedieron.
Según Vernon Walters, Franco le confesó que su mayor logro fue la creación de las clases medias. Usted como fundador de la Plataforma de las Clases Medias, ¿no teme que le asocien con el franquismo?
No temo nunca nada, ni rindo homenaje a ningún cliché. Es un hecho que el despliegue de las clases medias se produce a raíz del Plan de Estabilización de 1959, de Alberto Ullastres, el ministro más exitoso del siglo XX. Que ahí se pasa del franquismo de la victoria al franquismo sociológico y que esas clases medias son el factor de estabilidad en la transición. Y que esas clases medias han sido las sacrificadas en el proceso de expoliación puesto en marcha por la clase política degenerada en casta parasitaria.
Franco optó por restaurar la monarquía en la cabeza de Juan Carlos, ¿fue un proceder correcto o debió ser su padre el elegido?
Franco era monárquico pero quería una monarquía ideológica, del Movimiento Nacional y desde pronto desechó a don Juan. Desde el punto de vista de la lógica monárquica, todo este asunto resulta bastante delirante, rozando la usurpación.
¿Cómo valora el papel de don Juan y su grupo en Estoril?
Ha sido muy magnificado. Nunca representaron una opción política real y todo se movió en un clima de diletantismo, aunque le reconozco a don Juan su monarquismo –su coherencia- y su patriotismo.
¿Fue adecuada la elección del falangista Adolfo Suárez para pilotar la Transición?
Respondía al perfil de un representante de la generación puente del franquismo, que quedaba huérfana, de tradición falangista, para responder a los embates del búnker, y suficientemente aventurero y, en principio, sin proyecto político propio. Un trepa. Carecía de cultura política y se terminó creyendo su personaje. Las consecuencias fueron nefastas como, por ejemplo, con la puesta en marcha de las autonomías, la ley electoral o las continuas cesiones a los nacionalistas,
¿Cuál fue el verdadero piloto de la Transición?
El estratega de los primeros compases fue Torcuato Fernández-Mirandas, que terminó asqueado y marginado. Juan Carlos y Adolfo se mantuvieron básicamente unidos hasta 1980.
¿Qué papel ha jugado el PSOE en la democracia española?
Nefasto. El socialismo sólo ha generado miseria y su historia está impregnada de una tendencia fundacional al crimen.
¿Está a punto de desaparecer como apunta en su libro?
Las encuestas, y la calle, lo llevan marcando desde hace tiempo. En lo más importante, que son esas preguntas cuyos resultados no se cocinan en torno a la opinión sobre la situación económica y la política, donde el hartazgo hacia Zapatero y hacia el Gobierno y hacia todos los socialistas es casi unánime. Nadie había hecho tanto mal en tan poco tiempo, aunque la culpa es general de los socialistas y del socialismo, una antigualla que ha mutado sin dejar de intentar demoler los pilares de la sociedad.
¿Qué papel está jugando el Partido Popular en estos momentos de la historia?
Es una oposición bastante blanda, satelizada del partido socialista, con un discurso estatista que no es el preciso ahora mismo. Es como si quisiera heredar al régimen zapateril y a la monarquía de partidos. Para la gente, es el instrumento para quitarse de encima al partido socialista. No hay entusiasmo ni por Rajoy ni por el PP.
¿Es el partido adecuado para reconducir la política española?
Va a tener su tiempo histórico y no va a ser muy largo, porque es precisa una regeneración democrática. Digamos que el PP es parte del problema. Por ejemplo, Gallardón es el recordman de la deuda y la mala gestión, con tasas y multas.
Usted ha optado por apoyar al partido Regeneración, ¿cuáles son sus principios?
Nunca admitirá fondos del contribuyente. Eso es dar el tajo al nudo gordiano. De ahí viene todo, porque es situarse en la defensa del contribuyente, en el terreno de la gente corriente, indefensa, de las clases medias, de los trabajadores. Y de ahí viene estar al servicio de los ciudadanos, bajar a todos de los coches oficiales, reformar la ley electoral, echar abajo las autonomías. Me consta que la candidatura de Regeneración al Ayuntamiento de Madrid, con su campaña a pie de calle, está concitando un fuerte apoyo de la gente, y de colectivos como los taxistas, los comerciantes y los bomberos.
¿Cree que España está abierta a una regeneración democrática o es un país anestesiado moralmente?
La sociedad española está muy abierta a una regeneración, lo que sucede es que la casta parasitaria tiene controlados los medios de comunicación y, además, los ciudadanos no tienen representación real, pues han de votar listas cerradas marcadas por la cupulocracia de cada partido.
¿Cómo valora el papel de los medios de comunicación en este último tramo de la historia española?
Patético. Son medios de incomunicación y de atontamiento, por lo general, controlados por el poder político mediante las concesiones administrativas y la publicidad institucional.
¿Está la sociedad española preparada para una profunda reforma constitucional?
Mire, he hablado con mucha gente. Casi toda está de acuerdo en que es preciso ir a la división de poderes, y que jueces y fiscales no estén mediatizados por los políticos, o en que las autonomías son insostenibles, o en que hay que bajar a los políticos de los coches oficiales, o que los sindicatos y los partidos han de financiarse de sus afiliados. Al tiempo, no pocos, desanimados, creen que esto no es posible arreglarlo. Pero esa gente tiene el poder. Si casi todos vamos estando de acuerdo en unos cuantos puntos básicos, de sentido común, lo podemos llevar adelante, lo vamos a llevar adelante. Y el partido Regeneración, con su candidatura a la alcaldía de Madrid, es el instrumento para lograrlo. Animo a votarle, como voy a hacer yo.
El libro se presenta el jueves, 19 de mayo de 2011, en el Centro Segoviano de Madrid, en la calle Alburquerque, 14. Comenzará a las 20:00 y contará con la presencia del autor y de Carmen Klecker, candidata a la alcaldía de Madrid por el partido Regeneración.
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