La fundación ha publicado ya otros libros: La Masonería. Historia, Leyenda y Mito, y tienen una página web, que es: www. fmd.es. En la entrevista está presente Antonio Ceruel, Gran Maestre Internacional Adjunto de la Orden Masónica Mixta Internacional, que ha sido también el editor de este libro y ha sido la persona, junto con la actual Gran Maestra Danièle Juette, quienes han hecho la selección de estos discursos de los Grandes Maestros durante los últimos ciento diez años. También están Paloma Martínez, presidenta de la Federación española de la misma orden y Gonzalo Tapia, presidente de la citada fundación.
¿Cuál es la génesis del libro?
Antonio Ceruelo: Este libro, de alguna manera refleja la historia de la masonería mixta desde 1893. Expresa el ideal de nuestros fundadores, que buscaban incorporar a la mujer, en igualdad de derechos, a la masonería, que hasta entonces había sido una orden exclusivamente masculina, que sí que luchaba por los derechos de la humanidad, etc. pero excluía a la mujer. Entonces, es fundamental el papel de nuestros fundadores, porque consiguieron crear una orden masónica que trabajara por el bien de la humanidad. A través de los discursos y de las biografías de los Grandes Maestres, que han sido, a lo largo de la historia de nuestra orden de hace 120 años de existencia, se puede comprobar cómo la espada que figura en la portada del libro es un símbolo masónico. La dirección de nuestro trabajo, de nuestra organización, o de nuestra orden masónica, ha ido siempre encaminada a conseguir, en la justa medida de nuestra realidad, una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. Hay once Grandes Maestres, los fundadores, y yo creo, que independientemente del discurso, de sus capacidades intelectuales, sociales o morales que evidentemente son elevadas, hay algo que les une a todos, que es su profundo amor a la humanidad y un profundo amor también a la consecución del líder masónico, que es la construcción de un edificio común.
¿En cuántos países están presentes?
AC: Estamos presentes en 58 países.
¿Qué le gustaría destacar a usted, Paloma, de este libro?
Paloma Martínez: Me gustaría destacar algo de los distintos textos, que son diferentes en cuanto a motivo: el por qué en alguna cosa fue discurso, en otro caso fue una bienvenida, en otro fue unos funerales… En cualquier caso, a lo largo de la lectura de los textos de los fundadores y de los doce Grandes Maestres, que son los que han dirigido la orden, podemos hacernos una muy buena idea de, no solo de lo que es la masonería, sino cuáles son las especificidades del derecho humano, de la masonería del derecho humano. La Mixidad es una de ellas y fundamental, fue uno de los motivos fundamentales de que se creara esta orden. La mujer, a finales del siglo XVIII, estaba relegada a su casa y además, en su casa, quien mandaba no era ella. Entonces surge con la necesidad de que la mujer participe en la sociedad de todas las formas habidas y por haber, y una de las formas de participación es participar en la francmasonería, que se entiende como un lugar de reflexión, de cultivo de la intelectualidad y de cultivo del espíritu. A mí, no solamente el tema de la Mixidad, sino también el cómo finalmente el derecho humano acaba llegando a ser lo que es hoy. Una de las cosas que a mí me gusta mucho es que a lo largo del libro se van viendo los distintos avatares por los que ha pasado la orden. Los discursos, los pensamientos de los distintos Grandes Maestres nos dan unas pinceladas. Hay que verlo en la situación de la época: cómo la guerra influye y nos damos cuenta que no hay Gran Maestre en época ínter guerras, en las dos grandes guerras. No lo hay porque la masonería, toda ella, estuvo perseguida. Luego también aparecen los grandes principios, se habla de la moral, de la ciencia, del dogma, de cómo el derecho humano va buscando unos planteamientos que no tengan que encontrar sino conjugar aquello que en aquella época estaba en conflicto. Yo, particularmente, eso es lo que resaltaría y también una cita del Gran Maestre Lucien Levi con referencia a la felicidad como algo a conseguir por los masones y eso conjuga con quien dice, y participamos de ello, que nuestra primera obligación como seres humanos es ser felices. Nosotros estamos participando en esa construcción de la felicidad humana y eso queda reflejado aquí.
¿Estados Unidos es la primera nación masónica?
AC: Simón Bolívar y los libertadores; en aquel momento la masonería estaba impulsando muchos movimientos revolucionarios, sobre todo en América. Evidentemente, gran parte de las personas que la ejecutaron eran masones.
¿Entonces, por lo que me dice, gran parte de los masones estaban apoyando a oportunistas como Bolívar? Yo creo que no podemos comparar a Bolívar con los fundadores de la Constitución de los Estados Unidos.
Gonzalo Tapia: Aparte hay una cosa que a mí me está poniendo un poco nervioso, que es este concepto que existe en la sociedad de que la masonería es una entidad que mueve unos hilos que modifican la sociedad. La masonería está compuesta por seres humanos independientes. A lo mejor Simón Bolívar fue masón, pero también pudo ser masón Pinochet en otro momento y también era masón Allende. En su momento, durante la evolución de su vida, muchos han pasado por la masonería, porque se han considerado unidos a ella. Muchas veces por intereses, como pudo ser el subir en el escalafón de Pinochet como general, o como una búsqueda de una realidad social de desarrollo de la fraternidad y del amor como pudo haber sido Salvador Allende. Entonces, no existe ese concepto. La masonería no hace revolución. Hubo revolucionarios que eran masones, lo mismo que ha habido revolucionarios que han sido católicos practicantes y les ha movido a lo mejor el mismo afán, aunque su concepto, en vez de ser horizontal, como es el humanismo masónico, fuese más vertical, considerando que la fraternidad viene impuesta por Dios padre todo poderoso.
Ahora queda entendido.
PM: Somos personas individuales que luego en el mundo actuamos cada cual allá donde elegimos.
Hace unos meses, en la presentación deñ libro, Las claves secretas del símbolo perdido, de Enrique de Vicente, se dijo que Zapatero es masón de grado 33. Lo afirmaban categóricamente. ¿Es cierto?
AC: Yo no lo he visto nunca. De alguna forma, es la vida privada del señor Zapatero.
PM: Y si lo fuera, ¿qué? Nosotros no tenemos constancia de que así sea.
GT: Tampoco lo podríamos decir así, claramente. Lo que está claro es que se ha utilizado. El problema que hay en España es que masón es casi como decir judío o ladrón de cepillos en una iglesia. Podríamos preguntarnos, ¿por qué se le llama masón a Zapatero?
¿Por qué tiene tan mala prensa la masonería en España?
AC: Después de cuarenta años de dictadura y de represión contra la masonería, algo quedó.
¿Con la democracia no se ha solucionado?
AC: Estos actos sirven para que vean que no tenemos un rabo tras el pantalón, que no nos comemos a los niños crudos, etc.
¿Qué les parece que en el Archivo Histórico de Salamanca siga habiendo una logia masónica?
AC: Una tristeza y una vergüenza tremendas y me emociona mucho llegar allí y ver esa fantochada, esa logia montada sin ningún orden y sin ningún concierto, cogiendo elementos simbólicos de unos y otros ritos, todos ahí amontonados en unas cajitas negras… Es patético.
GT: Además hay algo importante. Detrás de cada joya, de cada banda, hay un ser humano: o un fusilado ha estado en el ostracismo social, o ha tenido retirado el pasaporte. Todo esto si no hubieran podido comprobar nada, pero si hubiese sido un grado 30, por ejemplo, pues hubiese sido fusilado. Hay un caso en concreto, que es Treviño, que era bastante amigo del ateneo, un egiptólogo de 60 ó 70 años, en el año 1939. A su hija se le escapó y dijo que su padre tenía cosas masónicas en casa. Él había sido de la federación nuestra en la época anterior a la guerra civil. Este señor, que era una persona muy culta, fue llevado a la cárcel y fue fusilado. Tenemos incluso una descripción diciendo que fue fusilado por rojísimo y mala persona. Tenían que tener esa excusa porque era grado33. Según la iglesia, la masonería, los masones tenemos “relativismo moral”, que nosotros lo llamamos tolerancia. Ellos dicen que es uno de los grandes pecados de la masonería. El origen de la masonería se produjo entre la Reforma y la Contrarreforma, después de esas guerras religiosas que se sucedieron. La masonería fue un punto de encuentro entre las gentes que se consideraban constructores de la sociedad, que uno era católico, otro de la iglesia reformada, etc. pero todos tenían ese mismo punto de encuentro, en el que la fraternidad humana es superior a las divergencias de las ideologías o de las creencias que se hacen fuera de las puertas del templo. Todo esto genera odio de los dictadores, y del libre pensamiento, porque es “muy peligroso”.
¿Para cuándo la memoria histórica de los masones? ¿Se les devolverá el patrimonio que tuvieron y se incautó en la dictadura?
PM: En estos momentos se está trabajando para intentarlo, pero la verdad es que hay dificultades incluso legales. Desde luego, es un deseo nuestro el recuperar lo que fue de nuestros antecesores, por supuesto.
GT: Hay muy pocas cosas que se pueda decir que son directamente de la masonería. Actualmente, todos los grupos masónicos que hay en España son reconstituidos a partir de 1979, 1980, cuando se vuelve a legalizar. Nosotros teníamos una federación pequeñita de derecho humano que estaba antes de la guerra civil, pero no tenía propiedades, pero en el archivo de Salamanca, por ejemplo hay algunas joyas, hay algunas bandas, periódicos, revistas, carnets, que pertenecían a nuestra federación. Hay un templo en Canarias, en Tenerife, que se puede reclamar. Pero lo más importante es reclamar la dignidad, el patrimonio moral.
¿Entonces salvo el caso de Tenerife, de arquitectura masónica no hay nada más? ¿No podríamos hacer un recorrido masónico por Madrid?
GT: Se podría hacer un recorrido por Madrid de los arquitectos masones, pero son edificios que no pertenecieron directamente a la masonería.
¿Aquí en Madrid, qué edificio destacaría para ir a visitarlo?
GT: El recinto que tiene símbolos más visibles es el propio Ateneo.
¿De dónde vienen los orígenes masónicos, de Egipto, de los templarios, de los canteros?
AC: Hay que hacer un planteamiento sencillo. Nosotros sabemos que nuestros rituales vienen de las agrupaciones de canteros medievales. Eso es la masonería operativa, los que participaban del secreto de un oficio. Como había tres agrupaciones, de carpinteros, etc. Las agrupaciones se juntaban en las logias. El ritual de la masonería operativa de la construcción de edificios, fue el que se transformó en la masonería especulativa, cuando en el siglo XVIII empezaron a entrar en las logias librepensadores liberales, que se agrupaban en las logias en torno a un ritual, en torno a una cierta discreción en las conversaciones que podían mantener. Justo fue cuando la masonería operativa dejó de tener su razón de ser en la medida en que las técnicas de la construcción cambiaban, y que ya no era necesario mantener secretos para garantizar la supervivencia del oficio, cuando entraron librepensadores y de alguna manera se apropió de esos rituales y de sus símbolos. Es posible que todo esto tuviera un origen anterior, pero yo me quedaría en el siglo XI, siglo XII.
¿Por qué no ha negociado el gobierno de España el concordato con la Santa Sede?
PM: Es el problema del concordato, no nuestro. Nosotros, individualmente podemos estar en cualquier grupo político, en cualquier grupo religioso o no religioso, pero como masonería nosotros no hacemos política y por tanto no opinamos, como masonería, de política. Lo que sí que puedo decir es que nuestra orden está por el laicismo. No es que vayamos contra las iglesias, es que queremos una espiritualidad que no tenga un apellido religioso. Eso no quiere decir que seamos anti clericales. Nosotros respetamos a cualquiera su religión, pero dentro de los talleres no hablamos de religión ni de política y por supuesto que hay gente que participa en partidos políticos, pero no se habla ni de religión ni de política.
Entonces, ¿de qué hablan ustedes en la logia?
PM: Nuestra espiritualidad es muy amplia. También hablamos de lo social. Trabajamos cada uno en la logia por nuestra mejora individual para que luego, cuando salgamos al exterior, cada uno, individualmente, en nuestro ámbito de acción, podamos actuar mejor y por un progreso de la humanidad, porque queremos una humanidad más fraterna, más igualitaria, más solidaria.
¿Cuándo habla de espiritualidad, es en un sentido más hindú del término?
PM: Tampoco necesariamente, los hindúes tienen unas creencias en unos dioses. La espiritualidad es, a partir de un estado de ánimo, trabajar aquello que puede trascendernos al ser humano en nuestra vida cotidiana. De ahí que nuestro elemento de trabajo sea el símbolo. En el libro hay uno de los grandes maestres que habla de lo universal y eso lo liga con la obra de arte. A veces viendo una puesta de sol o una obra de arte surge una especie de chispazo y te sientes como parte del universo, de un todo. De alguna manera, ese sentido de trascendencia, que no sabemos explicar, esas vivencias no las sabemos explicar, nosotros trabajamos con símbolos que nos facilitan la reflexión, para poder ir a esa profundidad que todos tenemos dentro de nosotros. El lenguaje simbólico, aunque no lo creamos, lo entendemos todos y de eso los periodistas se valen. Los mensajes publicitarios, están basados en simbolismos. De alguna manera nuestro método trabaja con el simbolismo porque sabemos que llega a donde queremos que es a la esencia de nuestro ser y de ahí sacar todo aquello que llevamos dentro, que a lo mejor lo tapamos aposta para sobrevivir.
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