Dolly Alderton nos relata su vida desde la escuela infantil hasta sus 27 años reuniendo sus descubrimientos personales. Nos hace recorrer junto a ella el camino hasta supuestamente madurar, enfrentarse a situaciones incómodas e indeseadas y cómo salir airosa de ellas. Para ello utiliza entradas de blogs y correos grupales propios dándonos ejemplo de cómo ser las mejores y/o peores anfitrionas, recetas culinarias para cualquier tipo de situación (desde un salvavidas para la resaca a una cena bajo la luz de las velas) y listas de elementos con los que todas las veinteañeras nos sentimos identificadas o aterradas por ellos. Este libro en definitiva se siente como leer el diario secreto de una joven muy entretenida.
1.- El libro.
Todo lo que sé sobre el amor de Dolly Alderton es más que un libro sobre relaciones; es un viaje de autodescubrimiento, de esos que te hacen reír, llorar y, sobre todo, pensar en quién eres cuando nadie más está mirando, en esos momentos donde te cuestionas cada acción y decisión tomada. Al final, se siente como un pedazo de vida en el que, a través de anécdotas llenas de humor y brutal honestidad, Dolly nos muestra cómo pasó de ser una joven obsesionada con la idea del amor romántico a una mujer que entiende que la relación más importante es la que tiene consigo misma.
Desde su temprana adolescencia, basa su idea del amor en cuentos de hadas y comedias románticas: príncipes azules encantadores que te salvan de los problemas, mensajes sin respuesta que esperas con ansiedad, aunque en el fondo sepas que esa persona no merece tu tiempo, y noches de fiesta con la esperanza de encontrar al "indicado". Pero la realidad es otra. Entre idealizar amores no correspondidos, acumular experiencias amorosas fugaces y enfrentar la inevitable resaca emocional de lo que pudo haber sido, empieza a darse cuenta de que lo que realmente la sostiene no son los hombres que van y vienen, sino las amistades que permanecen.
Nuestra querida Dolly no tuvo buen ojo para las relaciones románticas, pero sí uno maravilloso para la amistad. Sin el apoyo incondicional de Farly, sus compañeras de piso universitario AJ y Lacey (con quien conectó más), su cómplice de fechorías universitarias India, o Emma, que aunque no siempre está físicamente presente sigue siendo un pilar en su vida, su camino habría sido más solitario. Más adelante, en su etapa adulta, aparecen Jess y Kate, con quienes experimenta una amistad más madura.
A medida que crece, la vida deja de ser un juego y debe enfrentarse a momentos de crisis que la obligan a mirarse de frente. Se da cuenta de que la validación externa, obviamente, no llena los vacíos internos, por lo que no merece la pena perderse como individuo solo para ser aceptada por los demás. También entiende que el amor propio es mucho más que una frase bonita en Pinterest o lo que vende Mr. Wonderful: es lo único que tenemos al cien por cien y lo que realmente nos sostiene. La verdadera madurez no se trata de encontrar una relación amorosa perfecta, sino de aprender a estar bien contigo misma, porque al final del día solo te quedas tú.
En este complicado proceso, comprende que el amor no solo se encuentra en una pareja, sino en las risas con amigas, en la familia elegida (la más importante) y en esos momentos de tranquilidad en los que descubres que estar sola no significa estar perdida. En una sociedad que nos vende la idea de que debemos estar en pareja para ser felices, el mayor acto de rebeldía es estar bien por tu cuenta, sin depender de nadie más para sentirte completa.
Al final, Dolly no nos da una fórmula mágica para la felicidad, porque por suerte o por desgracia no existe. Pero sí nos deja algo mucho más valioso: la certeza de que aunque crecer duele también libera. Aprender de los errores y valorar el poder de tomar nuestras propias decisiones, sabiendo que toda consecuencia, tanto positiva como negativa, nos pertenece es parte del proceso. No pasa nada si tropiezas más de dos veces con la misma piedra, lo importante es levantarte y seguir adelante. Porque al final del día el amor más importante es el que construyes dentro de ti misma.
2.- La autora.
Nuestra querida Dolly Hannah Alderton es licenciada en periodismo, conocida por su trabajo en el campo de la literatura, el periodismo y los medios de comunicación. Es una joven treintañera nacida a las afueras de Londres en agosto del 1988. Su primer trabajo en el mundo de los medios de comunicación fue como productora de la serie de televisión 'Made in Chelsea' en 2011. Durante los siguientes tres años desarrolló varias series para la productora independiente Monkey Kingdom, hasta que en 2015 se convirtió en escritora free-lance y desde entonces ha escrito de manera prolífica para revistas y periódicos como The Sunday Times, The Telegraph, GQ, The New Statesman, Red y una larga lista con nombres de peso.
Todo cambió cuando en 2018 al publicar el que sería el primero de sus libros, del que estamos hablando en este artículo, se ganaría no solo a la crítica por su enfoque fresco sobre las experiencias de las mujeres jóvenes en la vida moderna, sino que además se llevó a casa el National Book Award habiendo vendido más de un millón de ejemplares en el Reino Unido y siendo traducido a una veintena de idiomas.
Su estilo de escritura descrito como honesto, divertido y a menudo introspectivo sumado a su excelente forma de relatar las más alocadas y mundanas historias es la fórmula del éxito de sus siguientes libros: Ghost (2020), Dear Dolly (2022) y Todo final es un comienzo (2023). Cabe mencionar sobre ella que es presentadora de podcasts como "The High Low", un programa de radio que co-presentó con la periodista Pandora Sykes y actualmente tiene un episodio en la serie de "Love Storys" disponible en diferentes plataformas de streaming.
3.- Temas principales de la novela.
3.1.- Las relaciones interpersonales.
En esta obra se exploran las relaciones interpersonales en distintas dimensiones, reflejando cómo cada una de ellas moldea su crecimiento y autodescubrimiento. Estas pueden dividirse en dos grandes bloques: las relaciones de amistad y las amorosas.
En el apartado de amistad, encontramos que claramente el amor más estable y profundo en la vida de Dolly proviene de sus amigas. A lo largo de su juventud, idealiza las relaciones románticas, pero con el tiempo se da cuenta de que son sus amigas quienes realmente la sostienen en los momentos de crisis. No es una sorpresa el hecho de que una buena amistad es lo más maravilloso que nos puede pasar. Las amigas más relevantes y que más le han aportado en su vida son:
- Farly, indudablemente, es su alma gemela en la amistad, el lazo más fuerte de su vida y representa el amor incondicional que no requiere validación ni promesas románticas. Aunque su relación pasa por altibajos, sigue siendo su mayor apoyo. Farly es la mejor amiga de Dolly y uno de sus pilares emocionales. Es leal, constante y equilibrada, lo que contrasta a la perfección con la impulsividad y el caos que a menudo caracterizan a Dolly. Son como los peces koi: cada una le da a la otra lo que tiene, fusionándose en un balance perfecto. Su relación es íntima y profunda, demostrando cómo las amistades femeninas pueden ser tan importantes o más que las relaciones románticas.
- India es parte del grupo de amigas de la universidad que acompañan a Dolly en sus años de juventud y transición a la adultez. Aunque no tiene un papel tan central como Farly, su presencia destaca por su personalidad enérgica, su lealtad y su cercanía con el grupo. Es por excelencia la compañera de aventuras y travesuras en los años universitarios de Dolly.
- Lauren es otra amiga del grupo íntimo de Dolly y compañera de piso en su época universitaria, junto a AJ y Farly. Nos la presenta como alguien cálida y comprensiva, que aporta una perspectiva diferente a las dinámicas del grupo. Es amable, considerada y muy sincera. Lo que más valora es la autenticidad en sus relaciones.
- Emma es parte del círculo de amistades y representa una conexión emocional importante. Es un apoyo en los momentos en que Dolly enfrenta retos personales, y con ella comparte un vínculo emocional fuerte. Aunque no siempre está en el centro de la narrativa, nos deja claro que su apoyo es crucial.
- Jess es otra amiga que se une al grupo después de la universidad. Es cercana, pero como otras amigas del grupo su papel es más simbólico, como parte del apoyo colectivo que recibe Dolly. Espontánea, divertida y enérgica, es la compañera perfecta para las aventuras y fiestas de Dolly en esta etapa más adulta.
- Kate tiene una relación con Dolly que refleja las amistades que persisten a pesar de los cambios en la vida y las diferencias individuales. Es solidaria, fuerte y adaptable. Vemos cómo su relación con Dolly evoluciona con el tiempo.
Cada amiga de Dolly tiene una personalidad única y representa distintos aspectos del apoyo que recibe a lo largo de su vida. Aunque algunas tienen un papel más destacado (como Farly), todas contribuyen a mostrar cómo las amistades femeninas son fundamentales en su crecimiento personal y emocional, demostrando así que la amistad es tan valiosa como el amor romántico, y a veces incluso más.
Las amigas de la universidad, como India, Lacey, AJ y Emma, la acompañan en su etapa de caos y desenfreno, donde la vida es una mezcla de noches interminables, descubrimientos personales y errores inevitables. Con el tiempo, estas relaciones evolucionan y aunque algunas se distancian siempre queda un sentido de hermandad que persiste a pesar de los cambios.
Más adelante, en su adultez, Dolly forma nuevas amistades más maduras con Jess y Kate. Con ellas la dinámica ya no se basa solo en la espontaneidad de la juventud, sino en la estabilidad y el apoyo mutuo que vienen con la madurez, lo cual es muy necesario. Son el reflejo de un tipo de amistad que no solo te acompaña en los momentos de fiesta, sino que también está presente en los desafíos y las transiciones de la vida adulta.
Al final Dolly aprende que lo que realmente la sostiene no son las relaciones románticas pasajeras, sino las amistades que permanecen. Descubre que no necesita a un hombre para sentirse completa porque el amor que construye con sus amigas es el más sólido, real y duradero de todos.
Las experiencias románticas de nuestra querida Dolly están marcadas por la idealización del amor y unas expectativas irreales. Durante años busca la validación en hombres emocionalmente distantes o inadecuados, creyendo que el amor es lo que la hará sentir plena. Es un gran error de nuestra pequeña, pero no podemos culparla, ya que nos criamos en una sociedad que romantiza comportamientos tóxicos y abusivos. Por eso se enamora de hombres que no le corresponden o que simplemente no son buenos para ella, lo que da lugar a caer en dinámicas donde es ella quien persigue y ellos quienes ponen distancia.
Experimenta relaciones fugaces y aventuras sin un verdadero compromiso, lo que la lleva a una resaca emocional constante. Vivir pensando en lo que "podría haber sido" la consume por dentro, penalizándose y culpándose cuando ella no posee toda la culpa de esas desastrosas relaciones. Por suerte, con el tiempo se da cuenta de que estas relaciones no llenan el vacío interno y que la felicidad no depende de encontrar a "la persona indicada", sino de construirse a sí misma. Llega a la conclusión de que amar no es perderse en otro ni depender de su validación; es el viaje de muchas mujeres que descubren que el amor propio es la base para cualquier relación sana.
Profundizando más en sus intereses amorosos, aquí va un perfil general según lo que aparece en el libro y sus características principales:
- El primer amor (Liam): Es el primer gran amor de Dolly durante su adolescencia. Su relación es intensa, como suelen ser los primeros amores, y está marcada por la inseguridad y el deseo de validación. Dolly recuerda esta relación como un punto de partida para sus ideas románticas, que en ese momento eran idealizadas e inmaduras. Los principales rasgos de este chico son que es encantador y seguro de sí mismo, y su relación refleja la inexperiencia de ambos. El impacto que deja en Dolly es la lección sobre los límites y la importancia de no perderse a sí misma en una relación.
- El chico perfecto sobre el papel (Ben): Es alguien que parece ideal desde una perspectiva externa. Es amable, educado y emocionalmente disponible, ofreciendo un tipo de relación que debería funcionar en teoría. Pero, a pesar de todo esto no logra despertar en ella el amor o la conexión que espera, lo que da lugar a que se dé cuenta de la incompatibilidad emocional. El impacto en Dolly es la enseñanza de que el amor no se trata solo de una lista de cualidades, sino de química y emociones.
- El hombre de las fiestas: Este es un hombre con el que tiene una conexión basada principalmente en las fiestas y en el estilo de vida caótico que llevan ambos en ese momento. Por obvias razones, su relación es breve y superficial, pero le ayuda a comprender la importancia de las relaciones auténticas. Estos hombres son carismáticos y divertidos, viven el momento, y no buscan una conexión seria ni emocional. El impacto que deja en Dolly es que le muestra los límites de las relaciones basadas únicamente en la diversión.
- El hombre inalcanzable: Nuestra protagonista menciona a varios hombres que son emocionalmente inalcanzables o que no están interesados en una relación comprometida. Básicamente le atrae su misterio y distancia, pues están fuera de su alcance. Estas experiencias reflejan su deseo de perseguir amores imposibles o personas que no están dispuestas a ofrecer lo que ella necesita. El impacto en Dolly es la enseñanza de valorar a las personas que realmente están presentes y dispuestas a comprometerse.
- El amor fugaz (Sam): Es un hombre con el que tiene una breve pero significativa conexión romántica. Aunque su tiempo juntos es limitado (una relación de tránsito), la relación tiene un impacto emocional duradero y le recuerda que incluso las relaciones cortas pueden ser valiosas. Él es cariñoso y atento, ofreciéndole un momento de alegría genuina. El impacto que deja en Dolly es hacerle ver que no todas las relaciones tienen que ser duraderas para ser importantes.
- El ex idealizado: En varios momentos Dolly reflexiona sobre relaciones pasadas y tiende a idealizar a algunos de sus exnovios (aparecen como alguien mejor en su memoria que en la realidad), especialmente cuando se siente sola. Sin embargo, eventualmente comprende que no eran tan perfectos como los recordaba. El impacto que deja en Dolly es entender que idealizar el pasado no es útil para avanzar.
Nuestra autora no se centra en los hombres como personajes desarrollados, sino como catalizadores de su crecimiento personal. Cada relación, ya sea breve o significativa, le enseña una lección importante sobre el amor romántico, las relaciones y sobre todo sobre sí misma. El mensaje subyacente es que el amor más importante es el amor propio y que las relaciones no siempre deben definirse por su éxito o duración, sino por lo que aportan a nuestra vida.
3.2.- El camino de la madurez.
El crecimiento de Dolly no es lineal ni fácil; la vida no lo es. A lo largo de este proceso, experimenta varios momentos de confusión y contradicción, especialmente en lo que respecta al amor y las expectativas sociales. Desde su adolescencia Dolly está influenciada por las comedias románticas y la idealización del amor perfecto, lo que la lleva a involucrarse en relaciones que no le aportan bienestar ni crecimiento. Con el tiempo comienza a comprender que la madurez emocional no consiste en seguir lo que nos dicta la sociedad acerca de encontrar la pareja ideal, sino en aprender a estar bien con uno mismo, sin depender de la validación externa. Al final del día tienes que ser alguien que te guste a ti misma y no al resto.
A lo largo del libro vemos cómo cambia radicalmente su concepción del amor. Lo que inicialmente veía como una búsqueda constante de la perfección en las relaciones románticas se transforma en la comprensión de que el verdadero amor está en la relación con uno mismo. Gracias a esta evolución Dolly se da cuenta de que las relaciones pasadas, por más dolorosas que hayan sido, son solo lecciones en el camino hacia el autoconocimiento.
Otro punto interesante en el libro es el concepto de "crecer". Este crecimiento no se limita a la edad o a las experiencias acumuladas, que es la percepción social del concepto, sino que para Dolly tiene un enfoque principalmente emocional y personal. Crecer para ella significa aprender a responsabilizarse de su vida y de sus decisiones, aceptando que tanto los errores como los logros forman parte de ella y son exclusivamente de su responsabilidad. A medida que madura se da cuenta de que no necesita buscar validación externa, sino que debe encontrar su valor en su interior (cosa que todas deberíamos hacer). Las relaciones de pareja, aunque importantes, dejan de ser el centro de su existencia, y otros aspectos de la vida como la amistad, la familia elegida y el amor propio ocupan el lugar que antes les correspondía.
Este proceso de crecimiento no es instantáneo ni sencillo, ojalá lo fuera. Dolly, como muchas de nosotras, pasa por etapas de desesperación máxima, confusión incoherente y sobre todo aceptación de la imperfección, aceptando que existe y que hay algo bello en ella. Se da cuenta de que los "errores" amorosos no son fracasos, sino lecciones que la van moldeando para ser la persona que es hoy. Sin esos "errores" cometidos no tendría la percepción que tiene hoy en día sobre las relaciones amorosas y lo que conllevan. Esta madurez se refleja en su capacidad para tomar decisiones más acertadas, poner límites en sus relaciones y, lo más importante, aprender a soltar lo que no le beneficia. El acto de madurez más claro es saber dejar ir.
Otro concepto muy interesante es el amor propio, que es el descubrimiento más importante que Dolly hace a lo largo de su viaje. Al principio el amor y las relaciones románticas se presentan como un escape a sus inseguridades, un intento de llenar vacíos emocionales y encontrar una validación externa. Esta búsqueda la llevó a un callejón sin salida donde la esperaba la desilusión y la distorsión de su identidad. Sin embargo, a medida que avanza en su proceso de crecimiento, Dolly comienza a entender que el amor más importante es el que tiene por sí misma, ese amor incondicional y a veces ambivalente. Esta idea se va desarrollando con el tiempo sobre todo a través de sus relaciones con sus amigas y la introspección personal.
Lo que Dolly aprende es que el amor propio no es una frase vacía ni una moda pasajera que fomentan las influencers por redes, sino una verdadera necesidad emocional. Es la base sobre la cual se construyen relaciones sanas y equilibradas con los demás. Cuando Dolly se da cuenta de que no necesita a un hombre para sentirse completa su perspectiva sobre el amor cambia profundamente, pues ha comprendido que su vida no gira en torno a un hombre. El amor propio para ella es el acto más valioso de rebeldía en una sociedad que nos enseña que debemos estar siempre en pareja para ser felices o completos.
En su proceso de maduración Dolly también descubre que el amor propio implica ser amable consigo misma, perdonarse por los errores cometidos y entender que no tiene que conformarse con menos de lo que merece. Si una no se aprecia y no se da su lugar, es más fácil que otros te pasen por encima. Es el aprender a decir "no", a poner límites, y a dejar ir lo que ya no sirve. No es algo malo ni significa que somos peores personas al dejar ir y no quedarnos con alguien que nos hace daño. Y, en última instancia, es aprender a estar sola sin sentir que falta algo en su vida, pues estar soltera no significa estar sola.
- Conclusión.
Todo lo que sé sobre el amor es ese libro que te hace sentir como si estuvieras leyendo un diario secreto lleno de risas, momentos incómodos y esa sensación tan peculiar de saber que todas hemos estado ahí. Dolly Alderton nos lleva de la mano en un viaje por sus veinte años, donde busca el amor en todos los lugares equivocados y aprende a su manera que el amor más importante es el que tenemos por nosotras mismas.
A medida que avanzamos en su historia vemos cómo sus relaciones amorosas son solo una parte de un proceso mucho más profundo de autodescubrimiento. Porque sí, a veces por desgracia creemos que el amor romántico es la clave para la felicidad, pero cuando creces te das cuenta de que es el amor propio, las amistades inquebrantables y los momentos de paz contigo misma lo que realmente nos da sentido a la vida. Las veces en que te has sentido perdida, insegura o confundida son todas las lecciones que con el tiempo te ayudan a ser más fuerte y a construirte como una mujer completa, sin depender de nadie para sentirte valiosa.
Lo más valioso de este libro es cómo nos muestra que está bien equivocarse (cosa que obviamente hacemos mucho), que las experiencias amorosas aunque sean caóticas no definen tu valía, pues somos mucho más que nuestros vínculos afectivos. Al final el verdadero acto de mayor rebeldía es saber estar sola sin sentir que te falta algo, es comprender que el amor es un concepto idealizado de lo que debe ser, cuando es algo imperfecto y caótico que empieza dentro de ti. Y eso sinceramente es un regalo para cualquier mujer de veinte años que esté buscando entenderse a sí misma en medio de todas esas expectativas sociales que nos quieren decir cómo debemos vivir el amor.
Esta obra es un recordatorio de que al fin y al cabo la madurez no es encontrar a la persona perfecta, sino aprender a ser feliz con quien realmente eres.
- Bibliografía.
ALDERTON, D. (2019). Todo lo que sé sobre el amor. Barcelona: Planeta
BERNADÓ, M. Á. A. (2013). Camino hacia la madurez personal. Desclée de Brouwer
FLORES FONSECA, V. M. "Mecanismos en la construcción del amor romántico", en 'La ventana' [online] vol.6, n.50, pp.282-305. ISSN 1405-9436
INFOBAE (24 de febrero de 2023). "La escritora dolly Alderton se convierte en la Carrie Bradshaw británica tras el éxtio de su novela íntima"