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"La Iglesia de Santa María del Azogue de Benavente", de Elena Hidalgo Muñoz

Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo. 1995
viernes 04 de abril de 2025, 22:55h
La Iglesia Santa María del Azogue de Benavente
La Iglesia Santa María del Azogue de Benavente
El Centro de Estudios Benaventanos pertenece al Centro Superior de Investigaciones Científicas, dentro de la provincia leonesa de Zamora. Fue la gran ciudad de las cortes, la gran urbe que era la joya de la corona del Rey Fernando II “el Victorioso” de León. Esta iglesia, esclarecedora de lo que fue esta ciudad del Reino de León, es una de las fábricas religiosas más importantes de esa urbe. Se encuentra en el centro de la ciudad, por lo que es el eje de la vida ciudadana. Ya estaba ahí cuando se produjo la repoblación por Fernando II de León, por lo que es obvio que ocuparía el escenario de muchos de los aconteceres ciudadanos a lo largo de todo el Medioevo.

«Es, también, reflejo del paso del tiempo, al mostrarnos en su gran mole el cambio de los gustos artísticos, desde su románico de finales del siglo XII hasta el Barroco del XVIII. A lo que hay que añadir las diversas restauraciones de que ha sido objeto, tanto en el pasado como ya en el siglo XX, entre las que conviene destacar la que hiciera D. Alejandro Ferrant, en tiempos de la Segunda República, que prácticamente la desenterró de debajo de montañas de cal y adornos que ocultaban su verdadera belleza. Fue declarada Monumento Nacional el 4 de mayo de 1931. Ha sabido llamar la atención de los estudiosos del arte, entre los que es de justicia mencionar a Gómez Moreno, Pita Andrade y Ramos de Castro. Así como a dos pioneros locales, D. Santos González y González, párroco de Santa María entre los años 1882 y 1899 y vicario y juez eclesiástico de la Vicaría de San Millán en las mismas fechas, que recopiló una serie de datos sobre la iglesia antes de que desapareciera la mayor parte de los libros de fábrica. El otro es D. José Almoína Mateos, autor de la obra “Monumentos históricos y artísticos de Benavente”, publicada por el Ayuntamiento de Benavente el año 1935».

La Carta Puebla de Benavente menciona a un maestro de obras, llamado Giralte, como constructor de San Juan y Santa María, hacia 1181, quizás la iglesia que hoy me ocupa sea de la misma mano. Cuando muera el rey Alfonso VII “el Emperador” de León, en el año de 1157, el extraño e inexplicable testamento regio dejará disminuidas las tierras del Reino de León, en favor de incrementar las mismas para Castilla. En la página-15 se cita la palabra ahistórica del reino castellano-leonés, nunca ha existido esa estructura, y viniendo desde el territorio legionense de Benavente es menos aceptable esa denominación. En esa situación Castilla, incluyendo la Vasconia, la Cantabria de Santillana, y parte de la Extremadura leonesa ahora castellana en Plasencia, lo será para el primogénito Sancho III “el Deseado”; y el Reino de León con sus territorios dependientes de Galicia y de Asturias para el segundogénito Fernando II “el Victorioso” (1137-22 de enero de 1188), con la parte extremeña de Coria, Cáceres, Mérida y Badajoz. Mientras viva, poco tiempo, el hermano mayor, Fernando de León tendrá muchas dificultades con los reinos de Castilla y de Portugal. Cuando él sea el superviviente, su sobrino Alfonso VIII de Castilla “el de Las Navas de Tolosa” y el rey Alfonso II de Portugal, serán domeñados sin grandes problemas. Sancho III no aceptará la partición de la Corona de León en los dos territorios de Castilla y de León, ya que considera que, de forma subliminal, su hermano pequeño podría reivindicar el título imperial global, por ser el mismo inherente a los soberanos de León. Por consiguiente, ambos soberanos llegarán a un acuerdo de aceptación y de consolidación testamentarias, y lo harán en Sahagún de Campos (23 de mayo de 1158), pero el fallecimiento de Sancho III no resolverá el problema hasta el Tratado, ya con Alfonso VIII, de Fresno-Lavandera (junio de 1183).

Por el Oeste del reino de Fernando II, Portugal se consolida como estado independiente (1140), a la vez que aspira a expansionar su territorio. Con los portugueses hubo de enfrentarse Fernando II en Galicia, donde aquellos habían ocupado las comarcas de La Limia y Toroño, que logró recuperar por el Tratado de Pontevedra (1165). También se enfrentó a ellos en Extremadura, donde sitiaron Badajoz, que todavía estaba en poder de los musulmanes, pero que Fernando II consideraba como zona de expansión de León, ya que de otra forma quedaría encerrado entre dos reinos cristianos, como le sucedió a Navarra. La derrota del rey portugués, Alfonso II, pone fin al conflicto con Portugal”.

En el momento del reinado de Fernando II, las taifas reclaman la ayuda de los fanáticos almohades, y la guerra con ellos le permitirá la reconquista de buena parte de la Extremadura leonesa, entre otras ciudades, Alcántara y Badajoz. El soberano de León, creará una estructura viaria, que servirá para comunicar varias ciudades entre sí. La inteligencia política del monarca de León conllevará el aprovechamiento de las vías prerromanas, que los romanos incrementarían siguiendo los valles fluviales. Para todo ello, Benavente sería el centro del Reino de León, en el lugar de confluencia de los ríos Tera, Órbigo, Esta-Ástura y Cea. “Las crónicas de Rodrigo Ximénez de Rada y de Lucas de Tuy sitúan este hecho en el contexto general de creación de ciudades en el reino de León para asegurar el territorio: ‘El rey Fernando en su tarea de acrecentar el reino y crear nuevas poblaciones y fortalezas, pobló Mansilla, Coyanza, Mayorga, Benavente y Villalpando en tierras de León; Castrotorafe en territorio de Zamora; Ledesma y Ciudad Rodrigo en el de Salamanca; y Granada en la Transierra, o territorio de Coria’. Pero Benavente no se repoblará en un territorio vacío. La existencia de una población llamada Malgrat está constatada por numerosos documentos anteriores a la Carta Puebla que se conserva en el Archivo Municipal y que está fechada en Noviembre de 1167. Julio González recoge este nombre en siete ocasiones más, todas ellas durante el reinado de Fernando II. Y, entre los que acompañaban al rey en Septiembre de 1164, figura Fernando Rodríguez de Malgrat, que en la Carta Puebla de 1167 recibirá el encargo de tener la villa en nombre del rey”.

En el año de 1167, la Carta Puebla sigue utilizando el nombre de Malgrat, pero en 1168 ya se utiliza el nombre de Beneventum, según nueve documentos regios del monarca de León. Verbigracia, lo mismo le ocurrirá a Coyanza que empieza a llamarse Valencia de Don Juan, y Erizana pasará a ser Bayona. En el Cantar de Rodrigo del siglo XIV, ya se nomina a Malgrat como Benavente. “Metiéronse a los caminos, passól Rodrigo a Malgrado, que dicen Benavente, según dise en el romance”. Hasta aquí el acercamiento a esta monografía, muy importante, sobre una de las grandes iglesias que existen en la conspicua ciudad de Benavente, y que define y subraya la identidad de una de las grandes urbes del Reino de León. En suma, obra representativa. «Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum et creatio ex nihilo».

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