Entrevistamos a los autores vía telefónica. Uno desde Madrid, la otra desde Tenerife y así fue como escribieron el libro. Dividiéndose los capítulos y mandándoselos por correo para corregir las partes que había escrito el otro. El proceso resultó fluido y enriquecedor. En la novela, se ve el cariño que han puesto en una persona que fue única y que vivió en la primera mitad del pasado siglo.
María Mestayer de Echagüe firmaba sus artículos con el sobrenombre de Marquesa de Parabere. Fue con 58 años cuando abrió su primer restaurante en Madrid, en la calle Cádiz. Estaba situado en el primer piso de una finca que hacia esquina con Espoz y Mina y por allí pasaron políticos, escritores y artistas. Sin embargo, la propietaria no tuvo mucha suerte en sus negocios porque a los tres meses de la inauguración estalló la Guerra Civil siendo incautado, posteriormente, por la CNT. El Sindicato Gastronómico de trabajadores de la hostelería del sindicato anarquista que dirigía Avelino Cabrejas, responsable de la sección y de la checa “Cabrejas” sita en las calles Génova, 29 y Montesquinza, 2.
La primera pregunta no podía ser otra que ¿cómo surgió la idea de escribir el libro? Nos responde Andrea, coautora de la novela, “la obra surgió de una conversación informal en Madrid”. Junto a su compañero Aldo, se interesaron por la figura de la Marquesa de Parabere, “un personaje que nos pareció fascinante. Nos dimos cuenta de que era una mujer muy interesante, que tenía toda una novela detrás”, afirmó la escritora argentina.
La colaboración entre ambos escritores ha sido fluida y sin dificultades. “Complicado no ha sido para nada, ha sido bastante fácil”, señala Aldo García, propietario de la icónica librería Antonio Machado. La obra está dividida en cuatro épocas, con cada autor encargándose de dos periodos, lo que les permitió explorar sus propios intereses literarios.
Andrea se ha centrado en la parte de la Belle Époque, mientras que Aldo se ha ocupado de la Guerra Civil. Ambos han intercambiado capítulos para corregir y mantener el mismo estilo. “Hemos tenido que manejar bien las voces de los personajes para que parecieran unificadas”, ha dicho Andrea sobre el proceso creativo.
El libro incluye descripciones culinarias basadas en las obras de María Mestayer. Según Aldo, “las descripciones de comida fundamentalmente las hemos sacado de los libros de María Mestaller”. Esto facilitó el trabajo para describir platos y ambientes gastronómicos.
A pesar de estar basada en hechos reales, la novela incorpora elementos ficticios. “Hemos tenido que investigar mucho para poder introducir ficciones en espacios verosímiles”, ha comentado Andrea. Este enfoque permite crear un relato rico en detalles históricos y sociales que repasan la historia de nuestro país en muchos momentos delicados y problemáticos.
La vida de la marquesa es presentada como un reflejo del contexto social del siglo XX español. Andrea ha destacado cómo María era “una mujer muy conservadora en cuanto a pensamiento político, pero sin embargo muy echada para adelante”. Esta dualidad hace que su figura sea aún más intrigante.
Aldo y Andrea han trabajado con numerosos personajes históricos, incluyendo figuras como Zuloaga, Miguel de Unamuno y diferentes políticos o artistas que pasaron por allí. Componiendo una novela coral. Utilizando tanto personajes conocidos como ficticios. “Hemos creado personajes ficticios para enriquecer la narrativa. Hay por lo menos 200 personajes”, afirmó Aldo sobre la complejidad del relato.
No podíamos construir una novela donde todo el mundo fuera feliz
El contraste entre clases sociales es otro tema central en la novela. Los autores han querido mostrar cómo diferentes estratos vivieron situaciones similares durante períodos difíciles como la guerra. “No podíamos construir una novela donde todo el mundo fuera feliz”, señaló enfáticamente Andrea.
A pesar de no haber concebido inicialmente el libro como candidato a premios literarios, decidieron presentarlo al premio Café Gijón. La editora sugirió esta opción tras leer el manuscrito. “Nos dijo que esta novela la veía de premio”, recordó Aldo sobre el proceso editorial.
A pesar del volumen extenso del libro, los autores están satisfechos con el resultado final. “Se han quedado 520 páginas, pero se leen muy rápidas”, ha indicado Andrea sobre el ritmo narrativo logrado en su obra conjunta.
A lo largo del diálogo, ambos autores han compartido sus reflexiones sobre los personajes más significativos en su historia. Para Andrea, uno de los más interesantes fue Chaves Nogales, mientras que Aldo destacó al inspector como un recurso narrativo clave, personaje ligado a los alemanes que vinieron a la península para ayudar a los facciosos.
“La construcción de todos los personajes fue muy interesante”, concluyó Andrea refiriéndose a sus creaciones ficticias. A través de estos relatos entrelazados, buscan ofrecer una visión completa y matizada del pasado español.
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