Este territorio abarcaba entre la desembocadura del río Orontes y el monte Carmelo, entre la cordillera del Líbano y el mar Mediterráneo, y aunque el territorio era muy pequeño, era sumamente fértil. Al encontrarse volcados hacia el mar, se volvieron unos marinos excelentes, y por esa excelencia en navegar eran unos mercaderes conspicuos. A través del mar, y por su habilidad en el comercio, estaban más que capacitados para tener excelentes relaciones con el resto de las potencias políticas de la época, incluyendo Egipto y las poleis griegas. Esta región tan rica en todo, concitó siempre un interés preferente por los imperios y civilizaciones del momento histórico narrado. También tuvieron lugar hechos bélicos reseñables, verbigracia la batalla de Qadesh, que fue una de esas conflagraciones que dejaron huella al tener lugar entre dos grandes imperios como eran los hititas de Muwatalli II y los egipcios de Ramsés II el Grande, lo que conllevó un reparto de la región entre Hatti y Egipto. Un hecho destacable es el relativo a la destrucción de la ciudad de Ugarit, en los albores del siglo XII a.C., probablemente por la obra violenta de los denominados como Pueblos del Mar, que entraron a sangre y fuego en la Tierra de Canaán, destrozando civilizaciones, y unos de ellos, los filisteos-peleset (hombres de mucha estatura y corpulencia) crearían la denominada pentápolis con cinco ciudades confederadas: Gaza, Ashdod, Ascalón, Gat y Ekrón. Ugarit mantenía unas estrechas relaciones con un importante número de ciudades de su entorno, lo que incluía al Reino del Alto y del Bajo Egipto, las ciudades de Mesopotamia y las micénicas.
“Ugarit actuaba como punto de almacenamiento de los artículos procedentes de todos los ámbitos con los que estaba relacionada y desde ella eran reexpedidos en todas direcciones, desempeñando su gobernante, su rey, un papel protagonista en estas transacciones. A su servicio había una eficiente administración y los propios comerciantes actuaban, en multitud de ocasiones, como agentes suyos. Quizá el concepto de comercio no sea el más adecuado para describir este tipo de transacciones controladas por el palacio puesto que se trataba de intercambios vinculados a lazos de tipo diplomático entre poderes diversos que, cuando los vemos reflejados en los textos escritos, asumen con frecuencia la forma de dádivas o de regalos entre iguales”.
El peso del sector público y del privado, en la economía de los fenicios, está en discusión, ya que en esta economía el poder del palacio es esencial, aunque por una cierta autonomía que se vislumbra, parece que se refiera al sector privado, pero, en realidad es el palacio el principal receptor y generador de materias primas, y de las necesarias manufacturas, siendo el monarca quien marca las normas, para que por la fuerza de los trabajadores se puedan producir y distribuir todos los artículos de consumo y de calidad.
«El desplazamiento de grupos humanos de manera organizada (en cuanto que proceso diferente de la emigración individual) tuvo una gran importancia durante el mundo antiguo. Grupos de griegos, fenicios y romanos salieron de sus lugares de origen con el objetivo de crear nuevas ciudades en las que poder seguir desarrollando sus formas de vida habituales, al tiempo que se les abrían a los desplazados unas mejores condiciones sociales y económicas. Como hecho novedoso, se analizan en este libro los mecanismos colonizadores empleados por estas tres culturas y que muestran, aunque subrayando sus diferencias, cómo la colonización fue una forma de reaccionar ante los problemas que amenazaban a sus sociedades. Los procesos coloniales de griegos, fenicios y romanos fueron uno de los principales mecanismos que explican la expansión de las civilizaciones de la Antigüedad por toda la cuenca mediterránea. Esta obra va dirigida a lectores interesados por el mundo antiguo, especialistas o no, a estudiantes y graduados universitarios, pero también a quienes quieran conocer cómo los antiguos organizaban los movimientos de sus poblaciones».
Entrando ahora en la colonización romana de la época republicana, debo indicar que existían dos clases de colonias, unas eran la de los Quírites, y las otras las de los latinos. Las primeras se refieren, como es de rigor comprender a las conformadas por los ciudadanos romanos tal cual, y las otras las de los pueblos latinos aliados de Roma. Roma era una urbe conformada por latinos, estos eran sus ciudadanos, y por consiguiente formaba parte de un mismo conjunto étnico y territorial. No obstante, la urbe del Lacio era la primera entre las iguales, y así era aceptado el hecho por el resto. Esta cuestión sería la causa patognomónica de algunos enfrentamientos con el resto de pueblos latinos, que no aceptaban ese deseo de dominio o de hegemonía. El hecho de la preeminencia de Roma frente al resto de los latinos, se ve claramente en el intento del rey Servio Tulio, llevado a efecto, de construir un santuario dedicado a la diosa cazadora Diana, en la colina del Aventino, con el deseo, fallido, de que fuese una especie de santuario federal. Paradójicamente, sería un rey condenado al ostracismo historiográfico más evidente, no precisamente latino sino etrusco, y el último monarca de Roma, Tarquinio el Soberbio, quien conseguiría el que se organizasen en Roma las ferias latinas, y con ello se dejaba de forma prístina que Roma era la hegemónica.
“Un hito importante de la relación entre Roma y los latinos es el llamado foedus Cassianum, del año 493 a.C., que sellaría una relación de amistad, en pie de igualdad, entre Roma y los latinos que garantizaba la no agresión, asistencia mutua, neutralidad y reparto del botín de modo igualitario en las empresas bélicas conjuntas”. De forma sucinta indicaré el resto de acercamientos, de este necesario libro: Áreas de expansión colonial fenicia. La colonización y la geografía griega en época arcaica. La colonización griega clásica y helenística. La colonización romana en el período de las guerras civiles y en época imperial. La obra finaliza con una serie de textos escogidos, con sentido historiográfico, son 31, y es una auténtica delicia leerlos para tener un conocimiento más prístino de lo que pensaban aquellos seres humanos de la Época Antigua con respecto al mundo que les rodeaba. La Cronología muy completa es muy ilustrativa. «Patrem familias ventacem non emacem esse oportet».
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