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"Los descendientes de Alfonso IX de León y Teresa Gil de Soverosa", de María Luisa Martín Ansón y Concepción Abad Castro

Ed. Universidad de León. Cátedra de Estudios Leoneses. 2022
martes 04 de marzo de 2025, 17:16h
Los descendientes de Alfonso IX de León y Teresa Gil de Soverosa
Los descendientes de Alfonso IX de León y Teresa Gil de Soverosa
Esta monografía paradójica e interesante nos aproxima a una de las amantes del gran rey de León, Alfonso IX “el Legislador o el de las Cortes”, Teresa Gil de Soverosa. Este estudio nos acerca, no tanto a la figura controvertida del monarca de León, sino a cuál fue el devenir vivencial de los hijos habidos por el monarca legionense con esta mujer tan destacada.

Esta obra nos informa de los lugares de enterramiento de los hijos de esta pareja. Esta dama portuguesa sería la hija de Gil Vázquez de Soverosa y de María Aires de Fornelos, esta última amante del rey Sancho I “el Poblador” de Portugal. Su última aparición en la documentación regia leonesa lo será ya en el año de 1269, y su relación con el monarca abarcará entre 1218 hasta 1230. Tendrían cuatro hijos: Sancha Alfonso de León (fallecida en 1270. Casada con Simón Ruiz de los Cameros). María Alfonso de León (muerta después de julio de 1278. Matrimonios con: Álvaro Fernández de Lara y con Suero Arias de Valladares). Martín Alfonso de León (ca. 1220-1272. Se casaría con María Méndez de Sousa. Fundadores del monasterio del Sancti Spiritus de Salamanca). Urraca Alfonso de León (m. post 1280. Matrimonios con: Romeo García de Aragón y con Pedro Núñez de Guzmán). Alfonso IX tiene una importante vinculación con las tierras galaicas lucenses; aquí sería donde se encontraba cuando recibe la noticia de la muerte de su regio padre, el rey Fernando II de León, y sería enterrado en el panteón-regio de Compostela.

Su vinculación con la capital religiosa del Reino de León, Santiago de Compostela, sería paradigmática, ya que estaría presente en la consagración de su portentosa catedral, y en ella celebraría algunas de sus curias regias. Para finalizar de indicar su gran vinculación con estas tierras, el rey Alfonso IX de León pasará a mejor fin a finales del mes de septiembre del año 1230. Desanimado, obviamente, con el comportamiento hacia él del Papado; lo que se demuestra prístinamente en el Fuero de Cáceres con su negación a que hubiese órdenes religiosos habitando dentro de los muros ciudadanos, al haberle anulado dos matrimonios, el más importante por múltiples razones, incluyendo el afectivo, con la infanta Berenguela de Castilla; el monarca legionense tuvo múltiples relaciones amorosas extramaritales, siendo esta, con Teresa Gil de Soverosa la más estable, ya que duraría doce años, y hubiese seguido existiendo si no fuese por el fallecimiento del soberano, en el año de 1230, en el castillo de Sarria. Se piensa que pudo ser su medio-hermano Martín Sánchez el encargado de facilitarle la relación con el monarca leonés, ya que está documentada la existencia de un partido nobiliario portugués en León.

Estando en León, el día 12 de julio de 1228 doña Teresa dio consensu patris Egidii Velasci a la orden del Temple la heredad de Grecos, cerca de Tiedra y de Mota, propiedad que venía por herencia paterna, ya que su tía, doña Alda Velasci, le había dado parte de la misma: doña Teresa lo hacía por su alma y por su hermano don Martín Sánchez, fundando al efecto una capellanía en Ceinos. No perdía mucho porque el 15 de octubre de 1229, hallándose el rey en Lugo, donó a esta, posiblemente con motivo del natalicio, la heredad de Lougares, ‘donne Therasiae Gil et filiis vestris ex me susceptis ey deincepsex me suscipiendis’, por donde se ve el arrepentimiento y las esperanzas que tenía el monarca un año antes de morir. Al parecer, se trata de la única comparecencia documental conjunta que se conoce del rey galaicoportugués con Teresa Gil quien llegó a ejercer como tenente de Oimbra (Orense) entre 1249-1259. Tenente Uimbra domna Tharasia Gil”.

Están documentadas las malas relaciones del rey Alfonso IX de León con la Orden Militar de los Templarios, cuyos enfrentamientos quedarán definitivamente zanjados ya en el año 1211. Cuando muera el monarca de León, Teresa Gil de Soverosa lo sentirá profundamente, y además el respeto que irradiaba era de tal cariz que conservaría su poder, y su influencia política durante muchos años. Se desconoce, lamentablemente, porque estimo que sería de interés el hecho, cuál sería su postura cuando Teresa de Portugal, la primera esposa del rey fallecido, firmó el tratado de Benavente (1230), rubricó la renuncia de los derechos testamentarios de sus hijas, Sancha y Dulce, al trono de León, según el testamento del propio monarca, quien, muy inteligentemente, había testado a favor de sus hijas, y en contra de su hijo, el futuro rey Fernando III “el Santo”, quien ya era monarca de Castilla desde 1212 e hijo con su segunda esposa, Berenguela. Una vez firmada la Concordia de Benavente, Teresa Gil de Soverosa permaneció en Galicia al frente de sus propiedades múltiples en Portugal, Galicia y León. Está claro la relación entre Alfonso IX y Teresa Gil, ya que poco antes de morir le había donado una heredad a Teresa: “…y a los hijos que de ella había tenido y a los que esperaba tener…”.

«El estudio que aquí presentamos se inscribe en un amplio proyecto de investigación acerca de las capillas funerarias de la nobleza de Castilla y León en la Edad Media. Otros trabajos previos nos condujeron hasta los descendientes de Alfonso IX de León y Teresa Gil de Soverosa. Una labor de archivo, historiográfica, así como el análisis de sus enterramientos, en el caso de los conservados, nos ha permitido configurar el presente texto, que se acompaña de cuadros genealógicos, dibujos, imágenes y documentos que creemos permitirán una aproximación a la biografía y el destino final de estos descendientes reales, planteándose también algunas hipótesis que creemos interesantes».

El primer capítulo está dedicado a María Alfonso de León. El segundo se refiere a Sancha Alfonso de León. El tercero es de Martín Alfonso de León y María Méndez de Sousa. Y, el cuarto para Urraca Alfonso de León. Una bibliografía muy esclarecedora cierra esta delicada monografía sobre el monarca de León, Alfonso IX. El libro nos ofrece un aceptable número de imágenes ilustradoras de lo que se está tratando. Me referiré, de forma ejemplificadora, al primer capítulo dedicado a María Alfonso de León, quien además de los dos enlaces matrimoniales citados a priori, tuvo una relación de concubinato con su sobrino el rey Alfonso X “el Sabio” de Castilla y de León; por lo que su vida estuvo plagada de vicisitudes. También estuvo con el mencionado Rey Sabio en Galicia, donde sería nombrada tenente entre 1240 y 1249 de la villa de Ribadavia. El resto de la obra estimo que es de gran interés para conocer lo que representó Teresa Gil de Soverosa en la Edad Media del Reino de León, siempre Señorío de Mujeres. Estupenda monografía. «Iustitia est unicuique dare quos suum est. ET. Quod omnes tangit ab omnibus approbari debet».

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