Participa activamente en la organización de eventos formativos junto a organismos y universidades; también ha formado parte de mesas redondas y da charlas, conferencias y cursos sobre diversos temas, destacando especialmente las nuevas tecnologías y las redes sociales. Ha contribuido con artículos y columnas a revistas especializadas y blogs, además de haber obtenido varios premios en certámenes literarios.
¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?
Hasta los 12 años viví en pueblos pequeños donde la lectura no era lo habitual. Pero estaba acostumbrado a estar rodeado de libros en casa y ver leer a mis padres, así que para mí la biblioteca móvil –un autobús lleno de estanterías que venía de vez en cuando– o la biblioteca municipal eran el paraíso. Escribí mi primera novela a los 10 años y desde entonces no he dejado de escribir, pero nunca me lo he tomado como algo profesional sino como una afición cuya intensidad va por momentos. De pronto siento el impulso de contar alguna historia y, si es breve, me presento a algún concurso o, si es más larga, acabo escribiendo una novela. La gente dice “eres escritor” porque tengo varios libros publicados y porque he ganado varios certámenes literarios, pero soy escritor porque escribo. Como puede serlo cualquiera que sienta la necesidad de contar sus historias a través de las palabras. El ganar concursos o publicar es algo que viene por si solo si escribes de forma habitual.
¿Cuáles fueron los primeros autores/autoras que le influyeron?
Emilio Salgari y Edgar Rice Burroughs fueron los “culpables” de que quisiera escribir mis primeras novelas cuando era niño. Recuerdo con especial cariño “La perla del río rojo” y la trilogía de Marte. Después llegaron otros escritores que avivaron mi vocación por contar historias, con estilos y géneros tan dispares como los de Torcuato Luca de Tena, Margaret Weiss, Tracy Hickman o John Kennedy Toole. Mi afición por el misterio proviene de Agatha Christie, Stephen King y sobre todo de Harry Stephen Keeler.
¿Cómo definiría sus novelas?
Como suelo decir en mis prólogos, escribo para que la gente lo pase bien leyendo de una manera ligera y cómoda, y tratando de que, al terminar el libro, piensen “me he divertido”. Escribo como me gustaría que escribiesen para mí si me contasen la misma historia, sin más complicaciones porque para complicarse ya está la propia vida. La literatura debe ser un escape de lo cotidiano, un momento muy íntimo a solas con tu libro y tu propia imaginación.
¿Cree que el escritor «evoluciona» en su escritura?
Por fuerza, para bien o para mal. A medida que cumples años, lees más, vives más experiencias y conoces más gentes y lugares tu mente cambia y eso se refleja en lo que escribes. Es algo similar a lo que les ocurre a los pintores o a los cantantes. A veces tu estilo y tu obra gustan más según maduras y a veces es al contrario, pero siempre es producto de la persona que eres en ese instante.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje a lo largo de los años?
De forma directamente proporcional a la cultura y edad acumuladas, supongo. Leo lo que escribía cuando era niño y sonrío con ternura, pero envidio la frescura e inocencia que perdí. Leo mis relatos de mis 20 o 30 años y me recuerdo con mucha más vitalidad y ansia de aventuras que las que tengo ahora, pero me chirrían las construcciones gramaticales y los errores de principiante. Leo lo que escribí hace un año y me doy cuenta de que soy mucho más sereno y de que tengo un estilo más personal y depurado, más parecido y cercano al que algún día me gustaría tener, Pero también soy más autocrítico y reconozco que seguiré siendo un escritor novato toda mi vida porque el ansia por contar mis historias vence a mi paciencia por darles el aspecto final que seguramente deberían tener.
¿Cómo siente que un escrito está terminado y cómo lo corrige?
Soy sincero: salvo en dos o tres relatos cortos, nunca he tenido la sensación de que he terminado algo por completo. Mi sistema para corregir es sencillo: cuando he terminado la historia me olvido de ella durante un par de días. Entonces vuelvo a leerla y corrijo las cosas que no advertí mientras la escribía. Dejo que pase otro día y vuelvo a hacer lo mismo, y repito este proceso hasta que, durante dos días seguidos, no he cambiado nada más. Unas veces es suficiente con un par de días, pero otras se puede alargar semanas. En ese momento es cuando la presento a concurso o la publico. Pero –y a eso me refería– si vuelvo a leerla al cabo de unos meses con toda seguridad descubriré cosas que querría seguir cambiando.
¿Cuál es el fin que le gustaría alcanzar con sus novelas?
Compartir, en el sentido más amplio de la palabra. Compartir las historias que imagino con quienes quieran leerlas, como fin inicial, y compartir el tiempo que le dedico a escribir y el tiempo y dinero que mis lectores dedican a leer con quienes lo necesitan de verdad, como algo más reciente. Desde hace años estoy donando el 100% de los beneficios de mis novelas a causas solidarias, sobre todo relacionadas con la lucha contra el cáncer y/o con los niños. Soy afortunado, tengo un empleo y no necesito escribir para ganarme la vida sino por vocación/afición. Si lo poco o mucho que puedan recaudar mis novelas puede servir para que alguien pueda tener una vida un poco mejor, ¿por qué no hacerlo?
¿Qué lugar ocupan, para un escritor como usted, las lecturas en vivo?
Me encantan, porque en mi interior vive un cuentacuentos al que le cuesta reprimir los gestos y las entonaciones exageradas cuando lee. Y me encanta que otros lean en voz alta porque muestran la manera en que esas palabras les afectan personalmente. Un mismo texto es diferente para cada persona y darte cuenta de ello abre tu mente. La gran locutora Tina Barriuso leyó uno de mis relatos de tal forma que confieso que no solo se me escaparon las lágrimas sino que sentí que eran palabras escritas por otro. Y eso nunca lo siento cuando soy yo el que se lee.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs, etc.?
Todas las formas de difusión son válidas y necesarias en su momento y lugar. Puse en marcha Libro Virtual en 2010 para que todos los escritores que no podían publicar y querían ser leídos pudiesen llegar a los lectores a través de Internet, y cerré el proyecto cuando Amazon y otras plataformas cubrieron ese hueco. Hay plataformas donde publica gente que debería haber leído mucho más antes de escribir, pero esos mismos foros sirven para que los demás se lo digan y puedan mejorar. Existen rincones donde habitan verdaderas maravillas literarias y que son muy desconocidos, pero si pensamos en las librerías físicas, las de toda la vida, tendremos claro que nunca llegaremos ni siquiera a hojear la mayoría de los libros que se publican cada día. Que exista multitud de canales para que multitud de personas puedan acceder a multitud de publicaciones es necesario y conveniente.
¿Podría recomendarnos una novela de otro autor que le haya gustado mucho?
Se me ocurren varias escritas por amigos y amigas, pero no voy a citar ninguna de ellas porque tendría que nombrarlas todas. Voy a recomendar la que estoy leyendo ahora mismo porque estoy a punto de concluirla, sé que sea cual sea el final no me va a decepcionar y porque de paso me ahorro contestar a la siguiente pregunta: Los herederos de la tierra, de Ildefonso Falcones. Admiro el enorme trabajo de planificación, desarrollo y depuración que se advierte detrás de una obra tan épica y tan bien rematada, y el cariño que el autor vuelca en cada personaje e instante de la historia. Tal vez sea así como me gustaría ser capaz de escribir.
La industria editorial la veo caótica, desproporcionada e injusta
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la literatura?
Que lean, que lean mucho y todos los géneros. Si lo decimos todos, por algo será. Que no busquen fórmulas mágicas para el éxito sino que escriban como a ellos les gustaría leerse y gustarse. Que no tengan prisa en encontrar un estilo propio porque aparecerá por si solo según escriban más y más. En resumen: que lean todo lo que puedan leer, y escriban como quieran escribir. Continuamente.
¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Caótica, desproporcionada e injusta. Están las grandes editoriales de siempre, hay editoriales que duran un día y que surgen con intención de vivir de los autores y no de las publicaciones, y plataformas por todos sitios. Autores excepcionales a los que nadie conocerá nunca porque no se les promociona como debería, personajes mediáticos de medio pelo que venden miles de ejemplares que nadie leerá jamás, y ninguna forma de equilibrarlo en su justa medida. La literatura es un arte/entretenimiento y como tal está sujeto a modas, momentos e intereses económicos. Antes se me preguntaba por las revistas digitales y los blogs. Los que están escritos por verdaderos amantes de la literatura tal vez sean la mejor forma de encontrar algo de luz entre tanto exceso de plataformas y tantos miles de publicaciones.
¿Qué libros ha publicado?
Como coautor: Novísimos (El País Literario, 2006), Una navidad, un niño, un libro (Escritores Solidarios, 2009), Libro solidario para ayudar a las víctimas del terremoto de Haití (Escritores Solidarios, 2010), Videojuegos en papel ( Diversidad Literaria, 2017), La prueba final y otros cuentos cortos (Pregunta, 2017), Micro Rock - V edición (2017) y algún otro más.
En solitario: El mercenario de Arkana (Lektu, 2016), y dos novelas solidarias: Mensaje equivocado (Ledoria, 2016), cuyos beneficios he donado a la Asociación Española contra el Cáncer, y Seducir a un asesino (Amazon, 2018), donado a la Fundación Aladina. Espero que quienes lean esta entrevista se animen a comprarlas no solo por las buenas críticas –que las tienen– y por lo que se van a divertir leyéndolas –que se divertirán–, sino por lo que significan para otros.
¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiese hecho?
“¿Está escribiendo algo ahora mismo?”
¡Me alegro de que me haga esa pregunta! Estoy reescribiendo por completo El mercenario de Arkana, cuyas regalías donaré al Teléfono de la Esperanza, y ultimando la estructura final de lo que será la última entrega de la trilogía Novelas Solidarias y que también donaré a la lucha contra el cáncer.
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