El título de su libro “No mientas” parece el consejo de un abogado. ¿Se ha dejado llevar por su profesión a la hora de poner el título de su novela?
La verdad es que he conocido muchos abogados cuyo consejo es precisamente el contrario: “miente”. Pero en este caso, más que mi profesión, ha primado la búsqueda de un título comercial que al mismo tiempo encarnara bien las obsesiones de nuestro protagonista.
Combina su profesión de abogado con la de escritor. ¿Cuál de las dos tiene más peso en su vida?
Son dos facetas distintas y, afortunadamente en mi caso, complementarias. La abogacía es mi oficio, aquello que me dedico para ganarme la vida y que además tengo la suerte de ejercer con intensidad y entusiasmo. Es un trabajo gratificante que comparto con grandes compañeros y clientes. La escritura en cambio es mi vocación, aquello a lo que me dedico cuando descanso y aparco las obligaciones, es lo que realmente me permite desconectar. Obviamente la abogacía tiene más peso económico en mi vida, pero la escritura me aporta unas satisfacciones que no tienen precio.
Su novela atrapa al lector, ¿cuál es su fórmula para para conseguir esto?
Empecé precisamente este libro como un reto personal, para probar si era o no capaz de contar una historia que mantuviera la tensión y las ganas de leer página tras página. Esto requiere una buena planificación de la trama, personajes creíbles y sólidos a los que apetezca acompañar y una buena colección de giros que consigan que no decaiga la lectura. Del público dependerá valorar si superé el reto o no.
¿Qué tipo de lector espera que lo lea?
Hay mucha gente que me comenta que les ha gustado mucho sin que la novela negra sea su género predilecto. Quizá sea porque no es un libro muy explícito, que se recree en la sangre, sino donde prima el suspense y la intriga de la trama. Creo que está abierta a cualquiera que busque un tiempo de desconexión y una historia que atrape.
Cada vez hay más novelas en que las mujeres adquieren más protagonismo. ¿En su caso que le ha llevado a poner como eje principal de su novela la figura de una mujer?
Cuando empecé a pensar en la trama, la figura de Adriana apareció en mi cabeza con toda claridad. No tuve que hacer mucho esfuerzo para recrearla. No solo la vi físicamente sino que enseguida me hice una composición de su carácter, su forma de ser, sus miedos, inseguridades, fortalezas… era como si la conociera de toda la vida. Poner una protagonista femenina no fue una decisión meditada ni forzada, sino que ella apareció con toda su energía, por derecho propio.
La novela trata del poder de internet en la vida de las personas, ¿cree que llegara un momento en la vida de las personas que dependamos de Internet?
Creo que ese momento ya ha llegado. La dependencia tecnológica que tenemos es absolutamente espectacular, y no solo por las horas que pasamos en las redes sociales y navegando por internet, sino porque hemos construido un mundo que se sustenta en código fuente. Pensar qué ocurriría si mañana internet desapareciera pone los pelos de punta. Supondría una paralización de nuestro mundo, un caos.
¿Cómo se ha documentado para escribir este libro?
Creo que hay tres fuentes fundamentales. La primera es Internet. Si antes hablábamos de la dependencia tecnológica, no podemos obviar las innumerables ventajas que ofrece cuando necesitas información específica sobre cualquier tema. La segunda son los libros, que te permiten profundizar en algunos aspectos con mayor intensidad. Y la tercera los amigos, siempre dispuestos a echarte una mano cuando necesitas de su ayuda o conocimientos.
Describe muy bien las escenas y los protocolos de actuación de la policía. ¿Se ha servido de su trabajo como letrado para narrarlos en su novela?
Lo cierto es que no, porque en mi trabajo me dedico principalmente al asesoramiento de empresas y no tengo grandes conocimientos de derecho penal. Sí que he recurrido en algunos aspectos a amigos policías, que te cuentan las características principales de su trabajo. A partir de ahí, la imaginación hace el resto.
La narrativa de la novela discurre entre San Sebastián y Madrid. ¿Qué le ha llevado a elegir estos dos lugares de la geografía española?
San Sebastián es una ciudad pequeña, tiene mar y montaña, y esas tres características eran importantes para situar el escenario de la novela. Además, es una ciudad que tiene el privilegio de ser uno de esos lugares que gusta a todo el mundo, sin excepción. Si a esto le añadimos que la conozco bien, teníamos el lugar ideal para situar el escenario. Madrid aparece de forma más secundaria, aunque también es una ciudad única y que tengo la suerte de conocer bien.
¿Los lugares que describe en el libro los conoce?
Prácticamente todos. Hubo un par de localizaciones que tuve que reubicar porque los personajes no podían llegar en el tiempo que les había marcado, y eso me obligó a elegir esos sitios por la distancia, aunque yo no los conociera. Pero el resto los conozco perfectamente.
¿Algunos de los personajes descritos en su novela tienen o se parecen a usted?
Creo que me llevaría muy bien con Igor, que por otra parte es uno de mis personajes favoritos del libro.
¿Cree que las novelas de crímenes pueden estar de moda?
Siempre lo han estado. Por alguna razón, el delito, el crimen, la sangre, atrae a los lectores. Lo cual en realidad es una curiosa contradicción, porque somos gente completamente pacífica que en la tranquilidad de nuestro hogar y precisamente para disfrutar de un rato de distracción, optamos por adentrarnos en historias truculentas. Bien es cierto que hay pocas novelas que mantengan la tensión y la inquietud como el género negro. Cuando encuentras un buen libro no puedes parar hasta descubrir quién lo hizo, y eso es algo muy característico de estas novelas.
Su primera novela y ya tiene los derechos de Filmax. ¿Considera que ha caído con buen pie su novela?
Filmax adquirió los derechos antes incluso de que el libro saliera al mercado, lo cual es una prueba de confianza por su parte que desde luego agradezco muchísimo. Están poniendo mucha ilusión en el proyecto, ojalá lo lleven a buen puerto.
¿Cuándo veremos su obra en la gran pantalla?
Me temo que todavía es pronto para anticipar nada, para eso habrá que esperar un poco más. Pero el día que vea mis personajes en la pantalla desde luego será inolvidable.
¿Tiene en mente que actores podrían representar a los personajes de su novela?
Es curioso porque algún lector me lo ha preguntado en redes sociales. La verdad es que no sería capaz de proponer ningún actor, pero básicamente porque los personajes los tengo tan reales en mi cabeza, los visualizo con tanta claridad, que sería muy chocante para mí que Adriana por ejemplo tuviera la cara de otra persona distinta.
¿El final de este libro está cerrado o da lugar a mas investigaciones y por tanto otro libro?
En principio el libro es autoconclusivo, aunque quién sabe, quizá algún personaje decide emprender su propio camino…
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