TRAVY

Es una familia de payasos. La familia Travy. Y soy parte integrante de ella. Está en mi ADN, lo tengo escrito a fuego y sangre en mis venas, en mi cerebro, en mis emociones.

Debo convertirme en el director de la misma. No de la familia, de la compañía como tal, debo ser la mirada, los nuevos pasos, cumplir con las expectativas que se espera de mí. Pero no sé cuáles son esas expectativas. Mis padres se plantean si siguen haciendo gracia o ya no. Mi hermana quiere buscar una forma de movimiento y de expresión distintas. Y yo… yo no sé lo que quiero, y no tengo una varita mágica.

Hay que construir un guion, hay que continuar los viejos números musicales y de clown que siempre han funcionado. También hay que buscar el lado dramático, la motivación para asombrar, aunque solo sea a nosotros mismos.

Son conjeturas que podría hacerse el hijo de esta familia de tradición circense, de payasos y de teatro, no quiere caer en la ruina ni en la rutina ni en la rusticidad. Jugará y hará jugar a sus padres y hermana, a nosotros espectadores, con lo onírico, con lo fugaz y lo imperecedero, sin huidas hacia adelante, entregándose a la pasión por la escena.

Travy, la familia Pla-Solina, en estado primigenio, elaborando un guion que parece improvisado, las repeticiones, las dudas, un muerto que nunca nadie ha visto actuar, pero seguro que era bueno, su fama le precede, una sandía que estallará como una bomba de mano, un foco que puede mandarte al otro barrio, la construcción de tu propio ataúd, empezar por el final, por los saludos, para retroceder avanzando, la búsqueda del tiempo que se escapa y cómo contar las historias saliendo de las sombras, haciendo reír, poniéndose una nariz roja de payaso, no perder la memoria de lo que fuimos.

Queremos que nadie se dé cuenta de que estamos a merced de la creatividad, que nadie sepa que tenemos dudas en hilar un argumento, habrá que basarse en los clásicos, siempre tan oportunos, pero demostraremos que no somos un mueble, que no somos una troupe que busca el éxito fácil, que tampoco vivimos del recuerdo, ni tenemos la pretensión de innovar, solo queremos hacer aquello que más nos gusta, cantar, tocar instrumentos, hacer piruetas, sacar las cosas de quicio, erradicar la tristeza a través de la cara blanca del augusto, burlarnos de la cotidianidad, somos juglares, somos bufones, somos mimos, filósofos, músicos, saltimbanquis, y nos caemos y nos levantamos en la fuente más hermosa de un escenario que es un desastre, pero donde todo está medido, hasta hacer una tortilla, porque tenemos un elemento principal y fundamental, un huevo, y ese huevo es la esencia de todas las diatribas. El huevo y la sandía, que se parecen más de lo que muchos creen.

Una delicia de montaje, de espectáculo, de originalidad, de sincronía y coordinación pero, por favor, no nos cojamos de las manos y que cada uno salude como quiera, ni muy exageradamente ni tan escueto que no se aprecie. Como quieran, pero así no. Y si es que sí, pues también vale.

FICHA ARTÍSTICA

TRAVY

Texto: Pau Matas Nogué y Oriol Pla Solina
Dirección: Oriol Pla Solina
Reparto: Diana Pla, Oriol Pla Solina, Quimet Pla, Núria Solina
Escenografía y vestuario: Sílvia Delagneau
Diseño sonoro: Pau Matas Nogué
Diseño de movimiento: Laia Duran
Iluminación: Lluís Martí
Producción: Bitò y la Familia Pla, a partir de la producción original del Teatre Lliure.

Espacio: Teatro de La Abadía. Sala José Luis Alonso.