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PLAZA DE GUIPÚZCOA
Sombrero anti besos
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Sombrero anti besos (Foto: X)

BESOS PARA LA ETERNIDAD

martes 28 de enero de 2025, 08:07h
No seré yo quien hable bien de Trump, ni delante de mi abogado ni del defensor del Pueblo. “Habla pueblo, habla, libertá, libertá sin ira, libertá”. La democracia entonces estaba recién estrenada, eran otros tiempos, tío. Ir a votar era una escapada romántica, una aventura loca. Qué ingenuidad, qué inocencia. Quién nos ha visto y quién nos ve.

Ahora estamos más desestructurados que una tortilla de patatas del marido de la Pedroche. Dirás que me desvío. No creas. Sé lo que quiero decir. No hablaré bien de Trump, pero no te oculto que me encanta Melania. Dice un amigo mío que parece una cariátide griega. Hierática, distante, inconmovible. Por eso Trump está loco por ella. A este tipo de hombres les va la marcha. Currárselo, conquistar, dominar. Que se lo pongan difícil. Les da igual en el amor que en la guerra.

Vamos a lo mollar. Lo que nos queda de la investidura de Trump es el no-beso de Melania y el sombrero de ala ancha. Es verdad que el sombrero y el abrigo azul marino, eran más propios del ama de llaves de “Rebeca”. Vale, pero el 1,80 de la first lady y los 110 de contorno de pecho, pueden con todo. Melania besa cuando quiere y Trump lo sabe. Su no-beso en la investidura entrará en la historia de los besos más icónicos del mundo. Llevo una hora mirando en internet los 50 mejores de la historia del cine. Me gustan todos, excepto el de Di Caprio y la Winslet en la proa del “Titanic” ¡Puaf! Qué cursilada y qué ñoñez, tío.

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