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"Cuerpos para el amor y la muerte", de Juan Cobos Wilkins

Fundación Olontia, Colección de poesía Versorido, Huelva, 2024
miércoles 22 de enero de 2025, 17:16h
Cuerpos para el amor y la muerte
Cuerpos para el amor y la muerte
Un nuevo poemario del poeta Juan Cobos Wilkins, o, por ser exacto, otro excepcional libro del poeta onubense, tras la indiscutible obra Los no amados de 2023. La aprehensión de la belleza en todos sus matices, pues el libro ve la luz en una modélica edición tan esmerada como sugerente. A todo ello, hemos de sumar un magnífico prólogo de José María Parreño, indiscutible hombre de letras en toda regla y, las ilustraciones del pintor romano Antonello Silverini que se inicia en la propia portada, con una cubierta desplegable que combina imaginación, lirismo y ensoñación.

Juan Cobos Wilkins, siempre se ha caracterizado por aunar distintas artes en su concepción escritural y en su praxis, pues la poesía, el relato, el guión, la edición, la radio, el documental, el teatro, la dirección de revistas y proyectos culturales reconocidos, la novela, la crítica literaria, son inquietudes que reflejan bien su escritura interdisciplinar, cautivadora, exquisita y cosmopolita. Recordemos su novela iniciática, El corazón de la tierra que fue llevada al cine en una coproducción internacional que tuvo dos nominaciones a los Goya y fue galardonada como la mejor película latina en el Festival de los Ángeles, sin olvidar la musicalización de muchos de sus poemas. De esta suerte, esa relación en concreto, entre pintura y poesía no solo recorre su obra sino también su acción. Pienso ahora mismo en la mítica revista, ConDados de Niebla. Precisamente, el director de la colección, Pablo Sycet, formó parte de la historia ilustrativa de la revista. Por consiguiente, es memoria viva de la emoción artística, poética y pictórica lo que se concentra en este libro que hemos de valorar como genuina joya bibliográfica. Como José María Parreño, también me interesa más “la experiencia del poema que el poema de la experiencia”. Una antología que se inicia cronológicamente con El jardín mojado (1981), Sol (1985), Espejo de príncipes rebeldes (1989) y termina con Los no amados (2023), entre ambos, Llama de clausura (1997), Escritura o paraíso (1998), A un dios desconocido (1999), Biografía impura (2009), Para qué la poesía (2012), El mundo se derrumba y tú escribes poema (2016), Matar poetas (2019) que es el libro probablemente más representativo para esta selección que inicialmente buscaban esa doble perspectiva de ars amandi y ars moriendi. No obstante, los límites no eran tan patentes, cuando no se fusionaban directamente. De ahí, la propuesta tríptica, Para el Amor, Para la Muerte y Para el Amor y/o la Muerte. La materia poética, a veces traza su recorrido al margen de los propósitos autorales. En cierto modo, como nos escribía Roland Barthes: “Para limitarnos a estos Diarios de Stendhal que dicen el amor por Italia, pero no lo comunican, podríamos repetir melancólicamente (o trágicamente) que nunca se logrará hablar de lo que se ama”.

En cualquier caso, la suma final de los poemas nos lleva a una responsable libertad creativa, donde la elegancia, la sensualidad y la sobresaliente aplicación de la metáfora nos brinda finalmente una manifestación singular y reconocible de la belleza y del sentir universal, moderno y comprometido de nuestro poeta, sin olvidar la parte azarosa que toda empresa conlleva. Consideraciones fundamentadas que el propio autor nos da a conocer en Ars amandi, ars moriendi (Historia de esta antología) con lo que se abre el libro. Un libro tan unitario como representativo de la lírica de Cobos Wilkins. Un libro que no hemos de leer como una antología propia. José María Parreño nos lo escribe en el prólogo: “Por lo tanto, esta antoloía puede leerse como un libro original. El libro que se escribe sin saber, a través de todos los libros que sabes que estás escribiendo”.

Un anhelo firme y sugerente por defender y tratar de eternizar la belleza con firmeza. Una constatación de la necesaria metamorfosis que sus múltiples inquietudes van registrando, “el poema como rosa carnívora” que nos menciona en “Exorcismo”. Una poética que se oscila entre la duda, el recuerdo y el olvido. En efecto, en alguna entrevista subrayamos la autenticidad de la poesía de Cobos Wilkins fundamentada en parámetros de excelencia literario que no en parabienes extraliterarios. El autor nos dirá en alguna entrevista : “Para mí la literatura no es una carrera, me dan igual los circuitos”.

Luego la necesaria soledad, los mapas secretos donde han de fertilizarse las imágenes, sorprendentes, reconocibles, profundamente meditadas, para ubicar el amor entre la química y la alquimia. Los pájaros, anunciadores e interminables, expresando los diálogos de la libertad. Las inolvidables voces parisinas y las nupciales cortes de la muerte robadora de voces y de besos. Luego las pasiones; la música de Mahler, el arte de Buster Keaton, los increíbles senderos de Leonardo Da Vinci, la Generación Beat entre el aullido y la ternura, los universos más extensos que se concentran en la genialidad de Quevedo, acaso en la sencilla soberbia de “amor constante más allá de la muerte”. Las resonancias de Rimbaud son objeto de renovación, pues Cobos Wilkins no solo atestigua su capacidad para fusionar la belleza con una nueva intensidad lírica sino que la completa solidariamente desde el compromiso textual e interdisciplinar. Se quiera o no, “il faut être absolument moderne” y, Cuerpos para el amor y la muerte, requiere toda la atención de lectoras y lectores interesados.
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