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"La decisión del califa", de Francisco Gil Picart

Ed. Arzalia. 2018
martes 14 de enero de 2025, 17:16h
La decisión del califa
La decisión del califa
Estamos ante una delicada novela histórica sobre un personaje terrible, autoritario y de predicamento divino. Se trata de Abd Al-Rahman III Al-Nasir, el emir y califa omeya cordobés. En el año 913 d.C., las tropas emirales están cercando Fiñana, que indefectiblemente caerá en poder del todopoderoso omeya. Estamos ante una novela que refiere la nacencia de Almería, donde los personajes de ficción coexisten de forma muy correcta con los auténticamente historiográficos; aquí está el valor de este estupendo volumen, en ese imbricado de ficción e historia sin sobresaltos.

Francisco Gil Picart es un catalán de Ripoll, que tanta historia atesora, con su indubitable monasterio, y estudió historia en la Universidad de Almería, ciudad a la que se siente muy vinculado. La obra es una maravilla de relato y más que detallada para conocer mejor la fascinante Alta Edad Media hispana. La Historia es como sigue: El 1 de enero de 913, el ejército emiral mandado por el eunuco Badr conquista la rebelde fortaleza de Écija/Astigi, que nunca gozó de simpatías en Córdoba, ya que en esa ciudad se produjo el reagrupamiento de las tropas de las visigodos, tras Guadalete-711, y el sobrino del fenecido rey visigodo Roderigo llamado Bancho o Sancho se atrevió a plantar cara al liberto de Musa, Tarik, pero la derrota se produjo, aunque ahora ya no hubo deserciones. Écija fue arrasada, y solo se conservó la ciudadela, su nuevo gobernador sería Ahmad Ibn Muhammad Ibn Huday.

En la primavera siguiente, de dicho año 913 d.C., las tropas del emir recuperaron el poder sobre las coras/koras de Jaén y Elvira-Granada, asimismo se envió a la caballería para liberar la cora de Rayya, cuya capital era Archidona, del cerco de Ibn Hafsun. A la par, el poderoso ejército del emir Abd Al-Rahman III obtenía la capitulación de la ciudad de Fiñana, en la actual Almería, incendiando sus arrabales. La novela tiene un tiempo de discurrir durante cerca de cuarenta y dos años, y el centro de la narración es el de la creación de la ciudad de Almería, Mariyyat Bayyana, la atalaya de Pechina. ABÚ ABD ALLAH AL-HIMYARI, historiador y geógrafo del siglo XIV: “Almería, ¡descríbela!, me han pedido granados silvestres y artemisa, he respondido. Se ha dicho que en ella hay sustento. A lo que digo: Sí, si sopla el viento”. La obra presenta un capítulo dedicado a la Dramatis personae, donde nos expone todos los personajes de la obra, personajes ficticios pero muy bien delineados, y los reales incardinados en la trama argumental. Me encanta la definición de Umar ibn Hafsun: ‘rebelde malagueño que consiguió poner en jaque al emirato de Córdoba’.

Tenemos una novela con una forma de relatar de una riqueza de léxico, y una elegancia fuera de toda duda. El inicio del cerco de Fiñana es esclarecedor y estupendo: “Hay hechos extraordinarios que escriben la historia de los pueblos y marcan su devenir. Unos lo hacen con letras doradas…, y otros con letras de sangre. Aquel viernes, el cuarto día del mes de sawwal, 14 de mayo, sucedió uno de esos acontecimientos singulares en Fiñana, una hermosa ciudad rodeada de interminables hileras de viñas y olivos, floridos bancales y bosquecillos de encinas. A mediodía, el sol estaba en todo lo alto e iluminaba desde su trono la calmosa belleza de Sierra Nevada. Las cálidas temperaturas primaverales habían ascendido bruscamente, y de no haber sido por el miedo que recorría las sinuosas calles de la población, hubieran propagado la pereza entre sus habitantes. El comes Pedro Guzmán observaba desde el alcázar un paisaje surgido del mismísimo averno. Entre una nube de polvo de proporciones bíblicas, el mayor ejército que jamás hubieran visto sus ojos avanzaba lentamente hacia las murallas. Un mar de estandartes verdes y blancos flameando al viento con inscripciones del Corán abría la columna, y detrás de ellos se adivinaban cientos de hombres a caballo y miles de guerreros a pie, armados hasta los dientes. Los peores vaticinios del gobernador finalmente se habían hecho realidad. Aquella hueste descomunal no pasaría de largo”.

El autor nos indica la gran fidelidad que ha seguido en la crónica histórica de los hechos narrados. Siguiendo su hilo intelectual argumental, ya nos indica como utiliza la inteligente coartada historiográfica para conseguir en el año 913 d.C. que la localidad de Fiñana entré, de lleno, en el desarrollo de la trama histórica de la obra. El hecho fundacional de Almería se producirá el 2 de julio del año 955 d.C., en esta fecha trascendental ocurrirá el devastador ataque sobre Mariyyat Bayyana, y la destrucción indubitable de la flota omeya por la acción militar de una escuadra de los fatimíes. A partir de este desastre inesperado, el emir Al-Nasir ordenará la construcción de unas eficaces murallas que pudiesen proteger a su población, y evitar agresiones bélicas de los enemigos. Entonces comenzará ser cualificada como Al-Mariyya o ALMERÍA.

«Año 913. El ejército del recién proclamado emir Abd al-Rahmán III asedia Fiñana. Tras 11 días de sanguinarios enfrentamientos donde los sitiados se baten con heroicidad, las tropas andalusíes culminan el asalto de la plaza. Gabriel, un niño de doce años, es testigo del asesinato de su madre mientras su padre es acuchillado sin piedad en el transcurso de la batalla. Convertido en prisionero y cargado de cadenas, es conducido hasta Córdoba junto al resto de supervivientes para ser vendido como esclavo. Resuelto a ser el único dueño de su destino, Gabriel destila un odio cerval hacia el victorioso sultán. Esa animadversión se convertirá en un irrefrenable deseo de destruir al verdugo de su familia. Tras una interminable espera de más de cuarenta años, la venganza está lista para ser consumada. Una venganza que desembocará en una lucha entre imperios y en la fundación de una ciudad. En LA DECISIÓN DEL CALIFA se narran importantes hechos históricos contados con un ritmo trepidante, y jalonados por unos diálogos que cautivarán al lector. Gil Picart mezcla rigor histórico e imaginación en un mestizaje que abre nuevos caminos para los amantes del pasado».

La causa del ataque islamista fatimí se indica, por parte de los cronistas musulmanes, que se refiere a que una nave de los omeyas tuvo la deshonestidad de interceptar a una nave fatimí. Estamos en el momento histórico más conspicuo del emirato de Córdoba; ya que el emir Abd Al-Rahman III Al-Nasir enaltecerá hasta lo máximo a su gobierno, hasta tal punto que, Al-Nasir, decidirá motu proprio coronarse política y espiritualmente como descendiente del profeta Mahoma, es decir como khalifa, que eran los seguidores espirituales y políticos del Elegido de Allah. Para finalizar esta obra auténticamente sobresaliente, he escogido el inicio del capítulo 60, donde se cita el nombre del general de los omeyas, Galib. “Una suave brisa removió los cortinajes de la acogedora habitación del lupanar. El general Galib se levantó del lecho sin hacer ruido y se cubrió con la túnica”. ¡Magnífica obra sin ambages! «Nulla crimen, nulla poena sine lege».

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