El diálogo enriquecedor que mantuvieron estos escritores con sus contemporáneos mexicanos, como Octavio Paz, así como con los autores que ocasionalmente llegaban a México desde España, es un aspecto central de la obra. Este intercambio cultural fortaleció los vínculos entre ambos países. Según Valender, la experiencia de los exiliados en México no se limitó a un proceso de adaptación; también representó una contribución importante al desarrollo cultural de las dos naciones.
Al llegar a sus países de acogida, los intelectuales y artistas del exilio español se encontraron con dilemas sumamente complejos. Uno de estos dilemas consistía en decidir entre continuar la lucha por recuperar la madre patria o adaptarse, en la medida de lo posible, a la realidad del lugar donde residían. Por supuesto, ambas opciones no eran mutuamente excluyentes. En muchos casos, los exiliados, al igual que el dios Jano, presentaban dos facetas: una orientada hacia la España que habían perdido (un mundo que se tornaba cada vez más irreal con el tiempo) y otra enfocada en su nuevo entorno (una realidad que, aunque no lo desearan, iba ejerciendo una influencia creciente y decisiva en sus vidas a medida que pasaban los años).
El libro reúne ensayos que se enfocan principalmente en la obra de Emilio Prados, Concha Méndez, Juan Rejano, Ernestina de Champourcin, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda y Max Aub, con el objetivo de ofrecer un panorama amplio sobre las variadas respuestas que los intelectuales exiliados en México dieron a este dilema. A lo largo del texto, se destaca el diálogo que mantuvieron los exiliados no solo con sus anfitriones mexicanos, como Agustín Velázquez Chávez, Xavier Villaurrutia y Octavio Paz, sino también con sus contemporáneos en España. Esto se ejemplifica con los capítulos dedicados a las visitas a México de Dámaso Alonso en 1948 y Gerardo Diego en 1958. Se presenta así una perspectiva inédita del exilio español en México, que abarca la nostalgia y desconfianza hacia España, la complejidad de su adaptación al nuevo país y las experiencias de soledad y solidaridad que vivieron.
Desde 1977, México ha sido el hogar de James Valender, un hispanista originario de Inglaterra. En 1989, comenzó su labor como profesor-investigador en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México. Su investigación se centra en los poetas de la generación del 27 y el exilio español. Entre sus contribuciones editoriales destacan las Obras completas (3 vols., 1986-1992) de Manuel Altolaguirre y el Epistolario 1924-1963 (2003) de Luis Cernuda. Además, ha escrito ensayos sobre figuras literarias como Federico García Lorca, José Moreno Villa, Pedro Salinas, Octavio Paz, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma. Recientemente, participó como coeditor en el Epistolario 1904-1964 de Alberto Jiménez Fraud (3 vols., 2017). También es autor de Genaro Estrada y los intelectuales del exilio español en México. Datos nuevos sobre los orígenes de La Casa de España en México (2018).
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