La novela comienza en septiembre de 1714 en Barcelona. A pocos días de que las tropas de Felipe V conquisten la ciudad, una bala impacta en el convento de Santa María de Junqueras. La explosión provoca la destrucción de los albañales, desgarra los canteros de piedra y logra desellar una fosa del claustro. Dentro de ella, se encuentra el cuerpo incorrupto de una mujer, lo que despierta la urgencia por descubrir el milagro inexplicable. Galcerán de Viladrau, quien narra esta historia, deberá presentarse pronto ante el padre provincial y el vicario general de la diócesis para dar testimonio sobre este fenómeno sobrenatural. Este acontecimiento nos transporta tres décadas atrás, cuando Galcerán, descendiente de catalanes que emigraron al sur de Francia durante las guerras por el control del Rosellón, llega a Rupit para reclamar la herencia de su tío, un soltero excéntrico recientemente nombrado "abad de los locos". La intrahistoria cautivadora de este enclave rural se revela, marcada anteriormente por terribles procesos contra brujos, que amenazan con resurgir ahora debido a una mujer que presenta supuestos estigmas. ¿Qué supone para Montserrat Rico Góngora, que ha sido galardonada ya con premios importantes, lograr el Premio Vallirana de Novela Histórica 2023 con El abad de los locos?
En este caso sentirte de nuevo activa después del parón que todos sufrimos durante la epidemia de COVID 19, y, por supuesto, una satisfacción personal, pues la obra que presenté a concurso era una producción antigua, relegada en un cajón, después del éxito literario de La Abadía Profanada, y no por decisión propia. La agente literaria que comenzó a representarme entonces no vio filón de ventas en una obra que hablaba de santas y brujas. Pero a mí me encanta nadar contra corriente. ¡Llámalo rebeldía!
El escenario en el que transcurre la historia es Rupit, ¿por qué elige este enclave tan especial? ¿Significa algo para la autora? Para escribir una buena novela histórica creo que resulta un ejercicio imprescindible pisar, en la medida de tus posibilidades, los escenarios donde va a transcurrir la acción. Yo conocía bien Rupit, porque veraneaba allí durante mi adolescencia. Cuando decidí emprender una novela ambientada en el siglo XVII, en el marco de las guerras franco-españolas por el Rosellón, descubrí que había sido un lugar estratégico y disputado por los dos bandos beligerantes. ¿Cómo ha llevado a cabo el proceso de documentación de la novela y dónde ha encontrado las mayores dificultades? Leyendo buenos autores como José Sanabre, que hizo un magnífico tratado sobre la acción de Francia en Cataluña, pero también necesité estudios más específicos para crear a algunos protagonistas, Por ejemplo, dar veracidad a la vida del boticario me exigió leer obras científicas que me permitieran descubrir en qué momento de su desarrollo estaba la ciencia. Personajes históricos conviven con otros ficticios, ¿dónde está la clave para que ambos parezcan auténticos? No sé si hay alguna clave, la literatura también tiene su «duende». A veces cuesta más teorizar que escribir. La picaresca, el humor, están presentes en su obra, ¿concibe la literatura sin humor? ¿Adolecen los escritores actuales de ello? Creo que el humor nos salva de muchas cosas, pero es cierto que no todos los temas permiten utilizarlo. En cuanto a la segunda pregunta, habrá de todo. "Cada palabra tiene una música secreta y es la nota de una sinfonía"Una prosa cuidada y rica, personajes peculiares y originales muy bien definidos… ¿a qué da más importancia la autora a la hora de crear? ¿ritmo, historia, prosa, diálogos, descripciones, detalles…? A todo. Cada palabra tiene una música secreta y es la nota de una sinfonía. No basta con armar un buen marco para la acción, hay que pintar con delicadeza el lienzo y utilizar los términos adecuados. En este caso recurrí a muchos arcaísmos para dar a la obra esa pátina fingida de antigüedad, en un recurso equivalente al uso de filtros de color sepia, que se utilizan en las películas para transportarnos al pasado. ¿Los datos históricos que aporta la novela acercan al lector a la Barcelona del siglo XVIII? Hay dos momentos históricos claves en esta historia, separados entre sí varias décadas, exactamente las que me han permitido que uno de los personajes principales, Galcerán de Viladrau, envejezca para ser el narrador de una peripecia en la que fue un activo protagonista. Es decir, la novela arranca a principios del siglo XVIII, exactamente en 1714, cuando Barcelona está asediada por las tropas de Felipe V de Anjou y una bala de cañón impacta en el convento de Junqueras. El impacto consigue abrir un sepulcro del claustro donde aparece el cuerpo incorrupto de una mujer. A partir de ahí se produce un flashback, o dicho en nuestro idioma, una analepsis que nos retrotrae a 1688, pero, además, a través de los recuerdos emotivos del autor, que memora a su padre, obtenemos información precisa de la guerra franco-española por el Rosellón, a la que se puso término con el Tratado de los Pirineos de 1659. Por lo tanto, el marco histórico de la novela abarca casi medio siglo y nos permite descubrir el devenir de la vida en un medio rural y en ciudad principal, como Barcelona. Los datos históricos utilizados han sido fidedignos. Por ejemplo, a modo de anécdota, la Honorata era el nombre que recibía la campana de la catedral que tocaba a somatén para prevenir a las tropas y a las patrullas urbanas para defenderse en caso de ataque del enemigo. Cuando las tropas de Felipe V entraron en Barcelona, por su simbolismo, la campana fue represaliada y convertida en un cañón que apuntaba a la ciudad, como nuestro protagonista es capaz de vaticinar. ¿Son necesarias este tipo de obras para que los no doctos aprendan historia de manera amena y divertida? De todo se aprende y, si además nos entretenemos, la inversión de nuestro tiempo es perfecta. La novela histórica hace mucho por culturizar a los que quieren conocer el pasado. He conocido a muchas personas que en su época de estudiantes odiaban la Historia y que, a través de este género, se han reconciliado con ella. Lo mismo ocurre con el papel de la mujer en esa época, ¿qué aporta al feminismo actual El abad de los locos? Nos ofrece esa visión descarnada de la invisibilidad que tenía la mujer en la sociedad de la época. El único protagonismo al alcance de la mano era el de convertirte en una santa o una bruja. ¿En qué personaje hay más de Montserrat Rico Góngora? Soy un compendio de todos. ¡No puede ser de otro modo!
El abad de los locos, sin duda, es una novela histórica, pero, a la vez, participa de otros géneros por la trama del libro. ¿Qué destacaría más en su novela y de qué se nutre? Tiene mucho de novela picaresca, ¿cómo podía obviar que estaba recreando la época en que los pícaros eran legión. ¡Creo que ahora también lo son! ¿Ves cómo me ha salido la vena sardónica? ¡Si es que no lo puedo evitar! Siempre me impresionaron los cuadros de Velázquez donde se veían aquellos niños famélicos, aquellos pícaros desnutridos... Historia, amor, brujería, picaresca, alquimistas, crítica social… ¿puede faltar algo en esta obra? Está en el punto justo. Si hubiera añadido algo más quizá la habría convertido en un fárrago. ¿Su obra se puede leer en dos actos, como comían los huevos…, o no da respiro al lector para que lo lea seguido, sin reposo? Depende del tiempo del que se disponga, pero, una ojeada entre huevo y huevo no estaría mal, ahora que nos han dicho que su ingesta no provoca colesterol. Hasta siete huevos semanales podemos comer, lo que marcaría un buen ritmo de lectura. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? Es una novela escrita hace tiempo, según afirmó en una entrevista… ¿por qué no vio la luz antes? Cuando comencé a escribir me propuse el reto de ambientar una novela en cada uno de los siglos que conocía mejor históricamente, y esta novela cubría el expediente del siglo XVII, en su tránsito al XVIII. Y no vio la luz antes, por lo que apunté anteriormente, en el momento que la ofrecí no parecía responder a las modas editoriales, que, como las brujas, y ya que de ellas hablamos, ¡de haberlas haylas! Puedes comprar el libro en:
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