- Se acaba de ir uno, Puri.
- Otro vendrá, pequeño saltamontes. ¡Tenemos el mejor Metro del mundo mundial! Y no es porque lo diga Ayuso, es la purita realidad.
- Me refiero al año, tía, que estás en la higa.
- Pues lo mismo te respondo, criatura. Otro ha llegado y rima con “hinco” y lo que antecede, que no lo digo porque me estoy reformando. Y si sumas los dígitos por separados, dan nueve.
- Nones, tía.
- Pues si vamos al significado de la numerología puede ser un año de puta madre. El nueve es un símbolo poderoso de finalización, sabiduría, compasión y altruismo.
- ¡Ya estamos con las simas profundas y abismos cavernosos!
- Para nada, tía. El número de ángel 9 simboliza un faro de esperanza. Se trata de un mensaje divino sobre el camino de tu vida y tu espiritualidad… tus ángeles de la guarda quieren que estés al servicio, no solo de ti misma, sino también de otras personas. El número 9 es alguien que tuvo apegos negativos en el pasado y ahora está buscando positividad…
- ¡Y dale!, que se acabó el pensar en otros. ¡Me pongo la primera en la fila de mi mismidad!
- ¡Ya te digo! Tú que siempre te has caracterizado por tu idealismo y necesidad de brillar, buscarás reconocimiento y un escenario donde poder demostrar toda tu valentía y generosidad hacia los demás. Aunque sueñes con el aplauso y la aprobación.
- No sé de dónde sacas estas chorradas, pero para los que no son de letras y entienden de matemáticas, les digo que el nueve es igual a la suma de todos sus divisores excluyendo al propio número…
- Ahora ya me empieza a doler la cabeza sin necesidad de entrar en la economía boyante que nos recorre e incumbe a todos los españoles, incluidos los de Valencia y la Palma. Y no voy a hablar del desgobierno ni a hacer balance como los analistas avispados que no tienen ni puta idea del sentir ciudadano. Vamos con la intimidad más íntima, profunda y personal.
- Pues yo no estoy por la confesión pública. Para eso se hicieron los realities lacrimógenos que estomagan y avergüenzan. A la mierda Telecinco y similares. Y no hago rima.
- Vale, pues. ¿Qué has aprendido este año que se fue?
- Mayormente, lo que ya sabía antes de ver el vídeo que mando mi querida Maque…
- Pues bueno es analizarlo y sacar provecho del que sabe que sabe y se las da de ídem con el plató entregado. Lo primero de todo, y que ya te había dicho hace tiempo, es que nunca podrás ganar si no aprendes a perder…
- He perdido jugando a la lotería, pensando que el desgobierno tiene solución, creyendo que las rubias de bote son legales, que existe la ética y la moral, que no estás solo, que la ley te apoya y te defiende cuando alguien conculca tus derechos, que la mala fe se paga, que…
- Para, tía, que te embalas. Las cosas de palacio van despacio, y a todo cerd@ le llega su San Martín… ya vendrán tiempos mejores y las cosas se pondrán en su lugar. Otra cosa importante, si mejoras la autoestima, serás más asertiva…
- Depende; si me miro al espejo por las mañanas y veo mi nariz larga y aristocrática, el culito respingón y desparramado en los laterales, el código de barras naciente, las alas de murciélago descolgadas… Si no me aguanto yo, ¿cómo voy a ser sensible con los demás? Tarea me pones.
- Hay que aprender a quererse y mirarse como miramos a los otros, aceptándolos y amándolos como son. Siempre es bueno probar de nuevo. Lo siguiente merece la pena, amiga: un error es distinto a un fracaso.
- ¡Me vale! De los errores se aprende, mientras que un fracaso supone no volver a intentarlo, aunque te dejaras la piel en la empresa… Está claro que la gente no vale más por los triunfos que consigue, sino por lo que es.
- Caer y levantarse, esa es la actitud. Sin temer al miedo, aunque lo sientas como el buen guerrero y sepas reconocerlo. Eso te salvará y podrás mostrar las cicatrices de las heridas con orgullo cuando te rompas y te recompongas; tendrás más valor sin parecer vulnerable. Ya te conté una vez lo que hacen los japoneses con las tazas que se quiebran; las recomponen con oro. Una técnica que se llama kintsugi y que viene del S. XV. Un método de reparación que celebra la historia de cada objeto haciendo énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas.
- ¡Pues vamos a mostrar las heridas, a lucirlas con orgullo porque significan que tantas veces como caímos fuimos capaces de levantarnos!
- ¡A la mierda el pesimismo y la ansiedad! No debemos anticipar el miedo, ni las preocupaciones, ni lo que puede o no venir… lo haremos frente cuando se presente, ¡con dos cojones si es necesario! Aceptemos la incertidumbre, aunque estemos ahítos de certezas. Lo que sea, será. Podemos dejar que la lluvia nos empape o comprarnos un paraguas.
- Me gusta levantar la cara y sentir las gotas frías en la piel, quedito, despacito…
- Son gotitas de felicidad que caen del cielo. La felicidad son esos poquitos de alegría que nos da la vida. ¡No la perdamos nunca!
- Sí, tía, la buena vida es calidad, no cantidad. No llorar por lo que puedas perder, sino amar y disfrutar lo que tienes; o lo que has tenido.
- ¡Joder! ¡Me gusta mucho más esto que los tópicos de propósitos que hace la concurrencia sabiendo que se los van a saltar!
- ¡A la mierda los proyectos y los singing morning -mayormente cantamañanas-! Este año me he divertido, lo he intentado, he tenido lluvia de cositas, me han dado abrazos, achuchones, sonrisas… ¡Qué más puedo pedir a la vida!
- Yo por si acaso, me voy a poner el conjuntito rojo esta noche, las brag… con perlita donde la espalda pierde su nombre…
- Tía, tendré que pasar por el chino a por unas… espero que no piquen… ¡Feliz 2025!
- Y sin rima, ¡Ahí lo dejo! ¡Feliz Año Nuevo! Amor a raudales y cariño a cascoporro, que es lo único que merece la pena. Y como dice la felicitación de mi querida Anabel, a los que os tocó ser fuertes este año, que el 2025 os toque ser felices.
- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!