También escribe artículos de opinión que recogen algunos de sus blogs y que han visto la luz en numerosas cartas a El País Semanal. En la actualidad colabora mensualmente en la revista digital Future Magazine, con reseñas musicales y literarias. En noviembre del 2014 se alzó como ganadora en el II concurso de relatos Contra la Violencia Machista que organiza el Ayuntamiento de Terrassa con la concejalía de Políticas de Género. Dicho relato aparece en el libro Compartiendo Historias. El 27 de marzo del 2015 presentó en Gijón su poemario Confieso que he perdido el miedo de la mano del editor de Hades y el poeta David González.
¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?
Escribo desde muy pequeña y llegué a ganar algún premio literario, pero después de la adolescencia sufrí un parón que duró casi treinta años. En el 2013 me inicié en esto de las redes sociales y, “jugando” de nuevo con las teclas, volvieron a asaltarme las palabras convertidas en historias, en poemas. Retomé la escritura casi de manera compulsiva y me “puse” con lo que acabó siendo mi primera novela, resuelta en pocos meses. Desde entonces he publicado un libro al año, he participado en revistas, libros colectivos…
¿Cuáles fueron los primeros autores/autoras que le influyeron?
Los cuentos de Andersen, Stevenson, Emily Bròntë, Dickens… Tolstoi, Austen, Zola… Siempre fui muy precoz con la lectura. ¡Ah! Alternaba estas sesudas lecturas con Los cinco y las aventuras de Puck
¿Cómo definiría sus novelas?
Son novelas que cuentan historias cotidianas que se acaban complicando; novelas generacionales en contextos históricos. Intimistas, pero con nudos intensos y muchos personajes y diversos espacios. Siempre hay una cierta trama; soy bastante clásica en esto de la “exposición, nudo y desenlace”.
¿Cree que el escritor «evoluciona» en su escritura?
Por supuesto. Si no lo hiciera acabaría siendo previsible.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje a lo largo de los años?
Se ha vuelto más conciso, y la poesía tiene mucho que ver en ello. Busco decir más con menos; más intensidad, menos descripciones. Intento evolucionar en cada libro, asumir retos continuamente. Crecer.
¿Cómo siente que un escrito está terminado y cómo lo corrige?
El final lo marca la propia historia, los personajes que cobran vida y resuelven los conflictos. La corrección es la labor más ardua, pero es vital para el aprendizaje y la consecuente autocrítica. Nunca estoy satisfecha, cada vez menos y, hasta unos días antes de entrar a imprenta, le doy la lata a la editorial con posibles correcciones.
¿Cuál es el fin que le gustaría alcanzar con sus novelas?
Llegar a los lectores, que sientan lo mismo que siento yo cuando me gusta una historia, cuando acabo una novela y me acompaña varios días. Y hacerlo con la mayor calidad posible. Si además consigo que el número de estos sea el mayor posible, perfecto.
¿Qué lugar ocupan, para un escritor como usted, las lecturas en vivo?
Como poeta, leer en vivo, recitar, mejora y da una nueva dimensión a lo que escribes.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs, etc.?
Son una buena herramienta para difundir, para conocer a gente, contactos; para estimularte a escribir. A la vez, crea un aluvión de escritos de sospechosa calidad, sin autocritica que puede llegar a saturar.
¿Podría recomendarnos una novela de otro autor que le haya gustado mucho?
Me encantaría que fuese difícil encontrar la respuesta. Que me hayan gustado, muchas, pero que me hayan dejado un regusto especial, que al acabarla me diga: me hubiera gustado escribirla yo… Ahí van dos: Yo fui Johnny Thunders, de Carlos Zanon, y Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín.
¿Qué libro está leyendo en la actualidad?
Como económicamente no me puedo permitir adquirir libros todo lo que desearía, releo mucho. Ahora estoy haciéndolo con una novela magnífica, Los detectives salvajes de Roberto Bolaño.
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la literatura?
Que utilice bien las herramientas. A escribir se aprende escribiendo y con una buena mochila de lecturas a las espaldas. Que ponga toda la pasión y el rigor sin esperar el éxito. Si es bueno, llegará… o no. Este es un mundo difícil donde no siempre la calidad es lo que triunfa.
¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Las grandes editoriales buscan rentabilizar. Antes las “estrellas” eran los autores consagrados, ahora, los jóvenes con muchos seguidores en las redes sociales. Las editoriales independientes son las que están arriesgando y creo que muchas de ellas ofrecen títulos de bastante calidad, como es el caso de Ediciones Canalla, que ha publicado mis dos últimos libros. En su catálogo hay autores como David González, Ana Vega, Emma Cabal, Carlos Barral…
¿Qué libros ha publicado?
Mi primera novela, ESPERANDO A DARIAN, después, dos poemarios, CONFIESO QUE HE PERDIDO EL MIEDO y OMBLIGOS Y UNIVERSOS. En este momento estoy disfrutando con la promoción de mi última novela ¿QUÉ HAY EN UNA HABITACIÓN VACÍA? que, como los títulos anteriores, ha alcanzado la segunda edición. He participado en alguna antología poética y en libros colectivos de relatos editados por Alternativas, una asociación con escritores asturianos. Habitación 2019 y De vinos, que verá la luz próximamente.
¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiese hecho?
¿Cuál será tu próximo proyecto?
Y te contestaría que un nuevo libro de poemas.