Y ahí, en medio de este entorno, aparecen las bibliotecas móviles, alzándose como un símbolo de conexión y acceso a la cultura. Estas caravanas culturales llevan historias, conocimiento y la posibilidad de conectarse con familiares y el resto del mundo a través de internet, actuando como puentes que unen comunidades dispersas en el corazón de Escocia.
Vivir en las Highlands es una experiencia única
Durante mi estancia en las Highlands, viví en una caravana frente a un lago, rodeada de montañas que parecían salidas de una postal. Tengo recuerdos maravillosos, pero uno que me dejó sin palabras: las noches estrelladas. Aunque eran pocas, cuando el cielo se despejaba, estaba tan lleno de estrellas que parecía no haber espacio entre ellas. Todo el cielo parecía tan bajo que sentía que podría tocarlo con mis manos.
Y si estás pensando que igual es que me había tomado algún whisky, o “agua de vida” como le llaman, no fue así. Aunque confieso que aprendí todo sobre esta bebida con un master distiller, lo que me hizo aprender que la comida y la bebida también pueden ser un arte.
Volviendo al tema, mi hogar estaba a ocho kilómetros de la aldea más cercana, en la carretera que conecta Inverness, la capital de las Tierras Altas, con la mágica Isla de Skye.
La magia de las bibliotecas móviles en las Highlands
En esta región tan dispersa, las bibliotecas móviles desempeñan un papel crucial. Operadas por organizaciones como High Life Highland, (https://www.highlifehighland.com/), estos vehículos adaptados recorren las Highlands llevando libros, información, internet y un espacio de encuentro a las comunidades y personas más aisladas.
Phil Preston, encargado de la ruta West Ross Mobile, me contó la fascinante historia de estas bibliotecas, que se remonta a la década de 1920 en Perthshire. “Desde siempre, las personas en zonas rurales han dependido de servicios móviles para acceder a bienes esenciales como alimentos. Las bibliotecas móviles, junto con bancos y cines móviles, surgieron para satisfacer necesidades culturales y de entretenimiento”, me explicó Phil.
El vehículo que opera Phil está diseñado para sortear carreteras abruptas y peligrosas. Sus estanterías inclinadas y sujetas con elásticos aseguran los libros, aunque, como él mismo relató, no siempre están a salvo de ciervos inesperados o conductores imprudentes.
Cada tres semanas, la biblioteca móvil de West Ross regresa a los mismos puntos, asegurándose de que sus usuarios puedan renovar o intercambiar libros.
Un sistema único que une comunidades
Uno de los aspectos más destacables es el sistema unificado de tarjetas de las bibliotecas de las Highlands. Esta tarjeta permite a los usuarios acceder a todas las bibliotecas, tanto móviles como fijas, y devolver sus libros en cualquier ubicación. Además, los préstamos tienen un periodo estándar de tres semanas, renovables fácilmente en línea o en cualquier punto de la red.
En 2019, antes de la pandemia, la biblioteca móvil de West Ross atendió a 5408 personas. Este dato refleja la importancia de este servicio en una región donde la biblioteca móvil, en muchas ocasiones, es el único contacto con el mundo exterior.
Más allá de los libros
Las bibliotecas móviles en Escocia no solo distribuyen literatura, sino que también son una fuente vital de información sobre salud, bienestar y servicios comunitarios. Para muchas personas, estas paradas representan su única interacción social en semanas, lo que refuerza su papel como un servicio esencial.
En ocasiones los conductores de las bibliotecas móviles, no pueden acceder a donde se encuentran algunas personas por la dificultad para llegar cerca porque son personas mayores o con movilidad reducida y ellos llegan lo más cerca posible y se acercan andando.
Un legado cultural que inspira
Las bibliotecas móviles en Escocia son mucho más que vehículos cargados de libros. Representan una filosofía de vida que apuesta por la igualdad de acceso a la cultura, sin importar la distancia o el aislamiento.
La dedicación de personas como Phil Preston asegura que la magia de la literatura llegue incluso a los rincones más apartados de las Highlands, enriqueciendo vidas y fortaleciendo comunidades.
Y para terminar
En este mundo cada vez más digital, estas caravanas culturales nos recuerdan el poder de lo palpable a través de: un libro entre las manos, historias que conectan y un servicio que, más que prestar libros, transforma y da vida. Son faros de humanidad en lugares donde el silencio y la distancia dominan.
Si alguna vez tienes la oportunidad de viajar por las Highlands, intenta ver una de estas caravanas culturales. Observa a las personas que se acercan, las caras al verla llegar, la emoción al entrar y poder conectarse y ver a sus familiares… y reflexiona sobre lo que has sentido. Para mí, fue como conectarme con el alma de Escocia.
“Se puede llegar al alma de un país a través de su cultura y su implicación con su gente”