Con cierta contundencia, formulo esta consideración, porque los parámetros de la excelencia literaria se sustituyen por los de la rentabilidad -(utilizado el término, tal cual, de manera genérica o ¿comercial?)-. La experimentación y la originalidad son ahora pasto del impacto mediático -(al parecer, una imagen en los mass media multiplica por mucho el valor literario, acaso las ventas, dicho esto, con toda la ironía posible)- y, en última instancia, sin inculpar al colectivo de críticos o asociaciones de críticos/as literarios/as, ni desprestigiar su noble labor, la realidad es que el nivel de libros publicados es inversamente proporcional a la lectura. Unas exuberantes cifras de publicación que saturan, desbordan e imposibilitan la específica y objetiva tarea de la crítica. Por tanto, no se trata de pereza ni de reduccionismo intelectual, sino lisa y llanamente estanos ante un problema real de espacio poético, lo que contrasta con la notable pérdida de alumnado en el sector de humanidades. Los nuevos okupas de la literatura, que tan bien definía nuestro añorado y admirado poeta, Ángel García López, la democratización, por ser exacto, la posibilidad de publicar en cualquier sitio, incluyendo las editoriales que han perdido su esencia y son ahora mediadoras, herramientas de imprenta y coeditores, agravan la compleja problemática que directamente impide ejercer la labor crítica. En su lugar y para no perder la ubicación en los gráficos de tarta, se acude a las agendas de contactos, las recomendaciones, las palmadas en la espalda, en definitiva, el quehacer tan hispano. Pese al sustantivo cambio de los pilares básicos de la crítica literaria, las letras siguen su curso innovador, y en el idiotizado esquema de profundizar, nos toparemos con grandes obras. Espejo del vivir es un nuevo ejemplo de la obra poética de Lara Garrido que ha sumado títulos tan significativos como necesarios, aunque ciertamente, su calidad literaria es un déjà vu entristecedor. Por lo que acierto a comprender es que la poesía de Lara Garrido no se ajusta a las supuestas demandas críticas. La magistral unión de tradición y modernidad (que por cierto, Canente Revista Literaria refleja a la perfección), la erudición, el rigor en el contexto histórico, la reflexión filosófica, el humanismo renacentista, la diversidad y la riqueza formal, un estilo sencillamente magistral y, ser contemporáneo de Góngora, Aldana o Espinel no son herramientas suficientemente poderosas para la sonoridad del corpus poético de Lara Garrido. De seguir este pobre razonamiento, habría que suprimir a los clásicos, el Siglo de Oro o el placer de desentrañar lo profundo y lo placentero en el texto, proponiendo lecturas cortas de inmediata comprensión, eso sí, algo más extenso que lo requerido en cualquier tweet (más que propuesta es ya realidad patente). Obviamente, es una cuestión de desfase temporal. El déjà vu mencionado anteriormente no se circunscribía al ámbito local, regional o nacional sino internacional. Autores como William Faulkner, Scott Fitzgerald, Vladimir Nabokov, Franz Kafka, Emily Dickinson, Sylvia Plath, Juan Rulfo, Carlos Ruiz Zafón y un largo etcétera.
José Lara, inserta las grandes preocupaciones humanas a través del endecasílabo blanco, la canción popular, el soneto como poeta, hijo, padre o abuelo. Pedro J. Plaza afirma que Temblor de esqueje “es el primer cancionero de la historia románica consagrado a un nieto” y al tiempo es una humana “crónica de espera”. Pero, el poeta caballero y renacentista transgrede la exclusividad y nos presenta un poemario soberbio como Ángeles del fervor y del desconsuelo. Una nueva aportación, tal sería un libro al completo de poesía metafísica, donde la fugacidad, la escritura en sí, los miedos son protagonistas indiscutibles con el molde formal de la sextina, con otras maneras posibles de hacer sextinas. Un verdadero ejercicio de tensión que, en cierto modo responde a las elegías de Rilke. Un abanico de léxico en cascada que proyecta la ilusión de un mismo texto que va introduciendo y entretejiendo sutiles variantes y matices que, irremediablemente, me llevan en mi fantasía, escaso rigor y hasta ignorancia a recordar los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, toda una voluntad que se manifiesta en aunar teoría literaria y práctica de escritura. Llegado a este punto, ni siquiera haremos el intento por argumentar nuestra afirmación. Veáse la bibliografía crítica y la poética de José Lara y comprobarán, muy al pesar de la anécdota, que Espejo del vivir se presenta como modelo irrefutable en la actualidad de lo que presenta y representa Humanismo Solidario, teniendo muy en cuenta que la humanidad se debate entre la fiereza y la divinidad, el entusiasmo y el temor, la fugacidad y el destino, y el reflejo del espejo que nos recupera, el anverso y el reverso de toda realidad en la que se presentan ángeles que nos llevan a la perdición y también a la bendición. Una nueva concepción de la sextina rubricada por un poeta de formación clásica que se aproxima a la modernidad desde una actitud romántica y una perspectiva tan integradora como universal, sin desmerecer la presencia de lo histórico y de lo filosófico, muy significativa en el poemario Baraja de complementarios, persistiendo en este poemario, ya que la fusión y confusión de los espejos de la vida merecen dilucidaciones rigurosas, una manifiesta necesidad por rescatar cuando no proponer una nueva manera de comprender al hombre, a su propio yo en relación con el lenguaje, el pensamiento, el ser y el devenir de la libertad. Finalmente, por no alejarnos del ámbito filosófico, no es casual que este libro recoja tres poemarios, pues subyacen las formulaciones de la tríada de Lacan, lo simbólico, lo imaginario y lo real que se corresponden en Fugas de la memoria, Ángeles del fervor y del desconsuelo, y Temblor de esqueje. Para concluir, felicitar a la Fundación Unicaja por su respaldo, a Alberto Escabias y Francisco Rodríguez por la coordinación de la colección “La Federica”, a Cristina Rosales por la inestimable tarea de la corrección, a James Smith por el diseño y la maquetación y a Gerardo Ballesteros por la fotografía del autor. Cabe mencionar de igual modo, el marco del estudio del volumen, que no es otro que el grupo de investigación “Andalucía Literaria y Crítica: Textos inéditos y Relecciones” dirigido por la profesora Belén Molina Huete. Un libro esencial, eso sí, desde mi visión crítica con tantas lagunas como singularidades.
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