Durante el pasado fin de semana, Robe Iniesta, el icónico exlíder de Extremoduro, ofreció dos noches memorables en las Islas con su gira Ni santos ni inocentes. Más de 10.000 personas, organizadas por la productora New Event, disfrutaron del concierto en Canarias. En Gran Canaria, el viernes 1 de noviembre, tuvo lugar su tan esperado espectáculo en la plaza de la Música. Al día siguiente, el sábado 2 de noviembre, el parking del Palmetum en Santa Cruz de Tenerife se transformó en el escenario de una noche mágica que quedará grabada en la memoria. Con su estilo inconfundible y una habilidad excepcional para conectar con su audiencia, Robe recordó a sus seguidores que su música trasciende lo meramente musical; es una auténtica experiencia de vida.
Los primeros acordes de Destrozares dieron paso a un ambiente profundo, como si Robe estuviera susurrando secretos a cada uno de los presentes. La autenticidad y el desgarro de su voz penetraron en los miles de seguidores que lo escuchaban, llevándolos a un viaje emocional que oscilaba entre la euforia y la introspección. Éxitos como los diferentes movimientos de Mayéutica se entrelazaron con temas como Nana cruel, mientras el público entonaba cada palabra, estableciendo una conexión palpable con el artista.
Un momento destacado ocurrió cuando Robe interpretó "Si te vas". La energía del instante provocó una ovación tan intensa que el espacio vibró con ella. La banda que acompaña a Robe, formada por músicos que fusionan técnica y emoción, logró infundir vida a cada nota con una maestría excepcional. En particular, los solos de guitarra y violín, en un equilibrio perfecto, crearon una atmósfera casi mágica que envolvía cada rincón del lugar.
Con su estilo directo y desenfadado, Robe se dirigió al público entre canción y canción, expresando su gratitud por la calidez de la gente. En sus palabras, subrayó cómo la música sirve como refugio en momentos difíciles y como un medio de resistencia y expresión. La respuesta del público fue de entrega y agradecimiento, llenando el ambiente con aplausos y cánticos que crearon un instante de complicidad entre todos.
Para culminar la velada, Robe eligió interpretar "Ama, ama, ama y ensancha el alma", una de sus canciones más apreciadas. La interpretación generó en todos una sensación de euforia y nostalgia. Entre aplausos y ovaciones interminables, el público se unió en un canto colectivo para despedir al artista.
La música de Robe se presenta como un viaje emocional y auténtico, donde cada acorde y cada palabra logran conectar con el alma de quienes lo siguen. En Tenerife y Gran Canaria, las noches ofrecieron mucho más que un simple concierto; representaron un reencuentro con la esencia más pura del rock, brindando un momento para sentir y recordar por qué su legado permanece tan vigente.