Miguel Jordán Kyriazis, español de madre griega, "poco imaginativo, calmado y fiable", antiguo marino mercante reconvertido debido a las circunstancias bélicas en marino de guerra, es elegido ("en la España nacional todos somos voluntarios ... Ay de quien no lo sea") por el mando nacional para comandar una tripulación variopinta de "voluntarios extranjeros" para "atacar el tráfico de los rojos con una lancha torpedera S-7" de reciente fabricación alemana ("la torpedera era una belleza") de cuyo rendimiento deberá además "elaborar informes que les enviaremos" (a los alemanes).
Convertido en corsario ("actuará bajo su exclusiva responsabilidad" en una "acción clandestina que nuestro gobierno nunca reconocerá"), actuará desde una base de operaciones situada en Gynaíka, una pequeña isla de las Cícladas, en el mar Egeo, una isla que, "vista desde el mar parecía el cuerpo de una mujer dormida".
Y allí se verá envuelto en un complicado triángulo ("entienda lo de la fidelidad como una figura retórica") con el propietario, el barón Pantelis Katelios, y la de su seductora esposa, Lena, que mantienen entre ambos una relación peculiar ("había dejado de amarlo justo cuando él comenzaba a amarla a ella").
Pérez Reverte vuelve a la Guerra Civil española tras Línea de fuego en un relato ágil, palpitante, donde las incursiones de la torpedera pirata (la Lykaina, Loba en español) son descritas vívidamente con escenas enormemente visuales y un estilo cinematográfico, sin respiro, y en donde el dramatismo bélico se combina con la frialdad y el cinismo de algunos de los protagonistas, como los espías rivales Ordovás y Lenar que hacen sonreir más de una vez (-"que hijo puta eres, compadre" - "yo también te quiero, Pepe"), recordándonos al añorado Falcó (¿habrá 4ª entrega?).
Don Arturo regresa con una novela de aventuras que trae un punto de melancolía final que logra emocionar . Yasou
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