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Juan Manuel Cegarra
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Reseña de "Ángel Cegarra Olmos, Conejo II. Una vida dedicada al trovo" y entrevista con su autor Juan Manuel Cegarra

Fundación Cante de las Minas (2021)
lunes 21 de octubre de 2024, 19:08h

La biografía de Juan Manuel Cegarra sobre su abuelo trovero Ángel Cegarra Olmos, Conejo II, desde ese tono suyo tan cercano como familiar, nace con dos objetivos. El primero es que no se pierda su obra, sus décadas dedicadas al trovo. No menos importante para el autor es difundir esta manifestación del folclore murciano a la que desde TODO LITERATURA queremos colaborar.

Juan Manuel Cegarra, Conejo II: una vida dedicada al trovo
Juan Manuel Cegarra, Conejo II: una vida dedicada al trovo

El trovo hace poesía improvisada de origen popular, a través de la repentización, respetando las normas que rigen nuestra literatura y sobre una base musical folclórica. Duelos entre poetas ya se daban en el siglo VII, en la época musulmana, pero es en el siglo XI cuando aparecen trovadores y juglares en la Provenza francesa y, posteriormente, en España. Aquí, el trovo tiene su origen en Granada, Almería, Málaga, Albacete y Murcia, y evoluciona desde las minas (donde se usa a modo de protesta social) hasta el campo y la huerta murcianas, desarrollándose así tanto en el trabajo como, luego, en las tabernas. Su origen y uso popular proviene, por tanto, de gente humilde.

El trovo puede ser cantao (acompañado por una guitarra, una bandurria o un violín) o hablao (recitado sin música), y de temáticas diversas. Entre sus modalidades de controversia está el elegir un tema y que uno de los troveros lo defienda y el otro lo ataque; pedir al público que les dé un verso con el que comenzar; o el conocido «pie quebrado» en el que se empieza una estrofa con el último verso de la anterior. Estas combinaciones permiten un juego lingüístico muy variado, para beneplácito del público asistente a las veladas.

El trovo corre peligro de desaparecer, pero su carácter popular y la transmisión oral lo impiden hasta ahora. Gracias a José María Marín, que sienta las bases del trovo moderno, tiene una etapa de esplendor hasta la guerra civil. Después ha sabido sobreponerse al declive minero y a la pérdida de importantes figuras debido al obligado exilio de los vencidos. En la década de los 50 algunos troveros regresan y se unen a la nueva generación, que les aporta aire fresco.

El trovo moderno se consolida gracias a tres puntales de oro: el Minero, Castillo y Marín. A principios del siglo XX, con jornadas de duro trabajo en la mina o en el campo, se forja el carácter intrínsecamente popular de trovar para expresar las condiciones sociales que toca vivir: la eterna lucha entre el obrero y el patrón, la desigualdad entre pobres y ricos, lo que es justo e injusto. Es Marín quien da al trovo un plus con la utilización de un mayor léxico, rico en palabras cultas además del uso de estructuras consolidadas que hacen que, al seguirlas, el arte de repentizar resulte más compacto.

Los troveros clásicos dimensionan más aún el carácter popular que tiene el arte de la repentización en el que se basan esos duelos. Sus protagonistas tienen pocos estudios, pero el coraje queda bien demostrado cuando se suben a un escenario para improvisar poesía. Nunca se quedan en blanco. Principalmente utilizan las cuartetas (estrofas de cuatro versos con rima abba), quintillas (estrofas de cinco versos con rima abaab) y décimas espinelas (estrofas de diez versos con rima abbaaccddc).

Para Juan Manuel Cegarra, el inicio del Festival del Cante de las Minas en La Unión (Murcia) siempre ha sido fecha señalada. En su primera noche el Festival daba la bienvenida a sus numerosos visitantes con una «velada trovera» en las que participaba su abuelo, Conejo II. El nieto era feliz viéndolo junto a sus amigos troveros y así conoce nombres que se le quedan grabados, como los de los tres puntales de plata del trovo: Cantares, Picardías y Ángel Roca. Más tarde tendrán su tiempo de esplendor los cuatro puntales del trovo contemporáneo: Conejo II, Manolo el Patiñero, el Repuntín, y el Taxista.

Una velada trovera es una batalla en la que los troveros lidian dialécticamente acompañados por el sonido de una guitarra con aires de Malagueña. Durante su transcurso hacen reír y disfrutar al público asistente. Las composiciones repentistas, trovos en el más amplio sentido de la palabra, prefieren una cuarteta que expone el tema del duelo y que se desarrolla en cuatro quintillas. El último verso de cada quintilla termina obligatoriamente y por el mismo orden con un verso de la cuarteta que le corresponde, es decir, cada cuarteta tiene un «pie forzado». Con este ejemplo que nos proporciona Juan Manuel queda todo más claro:

A UNOS TROVEROS FAMÉLICOS
DE MENTE Y DE ÁNIMA APÁTICA
VA ESTA REDONDILLA ERRÁTICA
A ENCENDER ÁNIMOS BÉLICOS.

Gracias le doy a la vida
si con fines evangélicos
aun siendo causa perdida
hoy alimenta Bastida
A UNOS TROVEROS FAMÉLICOS.
Que el arte no pierda fueros
pretende tu lengua enfática
llevar por buenos senderos
a los humildes troveros
DE MENTE Y DE ÁNIMA APÁTICA.
A pesar de la experiencia
que tiene la problemática
de nuestra trovera ciencia
por capricho y a conciencia
VA ESTA REDONDILLA ERRÁTICA.
La cuarteta al trovo eleva
con tus dotes académicos
poniendo el trovero a prueba
mas tu intención no la lleva
A ENCENDER ÁNIMOS BÉLICOS.

En 1985, en La Unión, los primeros en abrir la controversia trovera del Festival del Cante de las Minas son Ángel Roca y Conejo II. Esta velada grabada en audio, que tenemos el placer de oír y saborear gracias a la gentileza de Juan Manuel Cegarra, es un amistoso enfrentamiento por quintillas cantadas, excepto la última, que es recitada. Aquí el abuelo del autor de este libro muestra su adaptabilidad y polivalencia. Conejo II siempre comenzaba con un «ay», seseaba y su timbre tenía un gorgojeo característico. Destaca asimismo el vocabulario exquisito que domina su oponente, Ángel Roca.

Durante este duelo hay un primer pique entre ambos troveros a la hora de dilucidar quién de ellos es mejor. Rescatamos las estrofas 15, 16, 17 y 18:

(15) Ángel Roca: El público de tu parte
tienes por ser de La Unión
pero en el trovero arte
tú eres uno del montón
aquí como en cualquier parte.
(16) Conejo II: Ay, mi verso es claro y profundo
salgo lo que a mente sale
y este «Conejo Segundo»
bien sabes, Roca, que vale
en cualquier parte del mundo.
(17) Ángel Roca: Yo te doy un «no» rotundo
que aquí van a confirmar
porque en la razón abundo
y es que eres claro y profundo
como el agua de fregar.
(18) Conejo II: Ay, esa copla es poco fina
diste agua con veneno
pero cualquiera adivina
Roca, que tu agua es cieno
y la mía, cristalina.

La controversia no cede y abarca después hasta a las esposas de los troveros. Así, en las estrofas 27, 28 y 29 se escucha:

(27) Ángel Roca: La barriga algo refleja
nos da su tono y su huella
me ha dicho a mí tu «Coneja»
que ya no puedes con ella
por tener la cosa vieja.
(28) Conejo II: Ay, no quería decirlo ahora
ni pensar en su mujer
porque es una gran señora
que si no me echo a correr
cuando me ve, me devora.
(29) Ángel Roca: Ya sigues mintiendo aquí
yo te lo digo sin queja
tú sabes que por ahí
se dice que es tu «Coneja»
la que me persigue a mí.

En el antiguo Mercado Público de Abastos se celebra, los primeros días de agosto, el gran acontecimiento flamenco que es el Festival Internacional del Cante de las Minas, famoso en el mundo entero y por donde pasan figuras consagradas de gran prestigio o futuras promesas que quieren deslumbrar en el mejor escaparate posible: en la Catedral del Cante. En tal glorioso escenario fue también donde tuvieron cabida aquellas veladas troveras cuyo anfitrión fue, durante tantos años, el abuelo de Juan Manuel Cegarra, Conejo II.

Ángel Cegarra Olmos, Conejo II, nace un 28 de diciembre de 1928 y fallece el 17 de agosto de 2010 a los 81 años de edad. Desde joven se ocupa en diferentes oficios que combina con el empleo en la mina. Cuando la última cierra trabaja, hasta su jubilación, en la Española del Zinc. Contrae nupcias con Teresa del Carmen Cruz y tiene cinco hijos. Los tres varones son Andrés, Manuel (padre de Juan Manuel) y Ángel, Conejo III, padrino de Juan Manuel.

Conejo II domina el trovo tanto recitado como cantado. Sus coplas sencillas y llenas de humor e ingenio conectan enseguida con el público. De baja estatura recita con pasmosa tranquilidad, y es amigo de sus amigos a los que complace con versos. Admirado por quienes lo conocen, su gran mérito es que, a pesar de haber ido poco a la escuela, es capaz de medirse con cualquiera dando la talla en todas sus intervenciones. Pasea su arte por distintos concursos troveros españoles e incluso más allá de nuestras fronteras. De su multitud de premios locales, regionales y de diversos lugares de toda la geografía española, destacamos el de Mejor trovero Festival del Cante de las Minas (1974), el Primer premio Concurso de Trovo del Mar Menor (1982) y el Carburo de Oro del Festival del Cante de las Minas (2008).

Tras la muerte de Conejo II (casi sobre el escenario, donde se desploma para dejarnos poco después), en el Festival de Cante de las Minas de 2018, tiene lugar por vez primera el «Concurso de Trovos Pascual García Mateos» (un gran defensor del trovo) cuyo trofeo lleva el nombre de Ángel Cegarra Olmos, Conejo II. El Cante de las Minas ha recuperado, por fin, el arte de la repentización tras tres décadas de inexplicable ausencia, durante las cuales no se hacen veladas como a las que iba Juan Manuel con su padre cuando era un niño. Gran día aquel de agosto de 2018, que tiene una jornada de tandas eliminatorias por la mañana, y, por la tarde, la gran final. En la plaza de Joaquín Costa ahora, frente a la estatua en honor al minero, el galardón, tras disputarse en buena lid, es ganado por Iván López Navarro el de la Escucha, perteneciente a la nueva hornada de troveros que vienen pisando fuerte.

Empezamos a terminar esta reseña con una de las décimas compuestas en su honor por una nieta de Conejo II, Tania Martínez Cegarra, Coneja I:

Tú siempre seguirás vivo
y presente en la memoria
porque en vida hiciste historia
con tus versos por motivo
al pensarte me cautivo
y te escribo con orgullo
que siempre el talento tuyo
reinará en nuestra ciudad
pues fuiste divinidad
eterna en el cielo suyo.

Y acabamos con otra decima espinela, esta vez a cargo de otro nieto de Conejo II, Juan Manuel Cegarra, Conejo IV, autor de este ameno libro lleno de saber y sentimiento:

Os abro mi corazón
tan lleno de sentimientos
recordando por momentos
al Conejo de la Unión
por él tengo devoción
y en nuestra tierra minera
muestro la sangre trovera
que fluyendo por mis venas
va quitándole las penas
a toda la «Madriguera».

ENTREVISTA CON JUAN MANUEL CEGARRA:

Leyendo su libro Ángel Cegarra Olmos, Conejo II. Una vida dedicada al trovo sorprende descubrir cómo algo esencial al folclore murciano como el trovo y su arte de la repentización haya quedado fuera del Festival de Cante de las Minas de La Unión durante tres largas décadas, hasta 2018…

¿A qué pudo deberse ausencia tan prolongada cuando flamenco y trovo siempre han estado ligados en Murcia, conviviendo incluso íntimamente en Cafés Cantantes desde principios del siglo XX?

En mi opinión (quizás errada) fue debido a varios factores: el inicio de un cambio generacional, un descenso en el público asistente y que el propio Festival quisiera ajustar su programación a unos tiempos más específicos suprimiendo algunas actuaciones.

En agosto de 2018, dentro del Festival de La Unión, se celebra por primera vez el «Concurso de Trovos Pascual García Mateos», cuyo trofeo lleva el nombre de Ángel Cegarra Olmos, Conejo II. En aquella ocasión es ganado por un joven trovador de la nueva hornada.

¿Qué ha significado este concurso para la revitalización del trovo?

El concurso «Pascual García Mateos» ha supuesto otra sólida piedra en esta nueva etapa del arte de repentizar que se suma a la extraordinaria labor que siempre están haciendo las diferentes asociaciones de nuestra región, no sólo con la realización de veladas por toda su geografía sino también con las muestras de trovo que hacen en colegios e institutos buscando captar a futuros nuevos talentos.

Las eliminatorias previas y la gran final del concurso tienen lugar en la plaza de Joaquín Costa, frente a la estatua en honor del minero… ¿Es este lugar adecuado para las controversias troveras?

Al aire libre en pleno verano se tiene el hándicap de que debe celebrarse a horas donde el sol da tregua, pero se une al comienzo del acto previsto del Cante de las Minas. Realizarlo más temprano en el Salón de Actos del Excelentísimo Ayuntamiento de La Unión (así, durante las dos últimas ediciones) tiene por contra que se queda pequeño y muchas personas (sobre todo las foráneas) no pueden asistir cómodamente

¿No sería mejor volverlas a hacer dentro del edificio donde se celebra el Festival, el antiguo y mítico Mercado Público de Abastos?

Mi respuesta rotunda es SÍ. El trovo debería volver, y en su totalidad, a su hábitat natural, nuestra Catedral del Cante (ya se ha comenzado con la participación de la pareja finalista en la Gala de Campeones de la edición del Cante de las Minas del año siguiente).

De niño, acompañado por su padre, y ya de mayor, ha tenido usted el privilegio de presenciar batallas troveras en las que participan figuras esenciales de la repentización, tanto de su época de plata (como Cantares, Picardías y Ángel Roca) como en tiempos de artistas más contemporáneos (estarían aquí Manolo el Patiñero, el Repuntín, el Taxista, y su abuelo, Conejo II).

Oyente privilegiado de generaciones de troveros, ¿qué diferencias encuentra Juan Manuel Cegarra entre ellas tanto a la hora de lidiar dialécticamente sobre un escenario como en las temáticas empleadas?

El trovo es un arte vivo, y como tal evoluciona. Las temáticas universales siempre están ahí, pero ejemplos de esta adaptación las tenemos en el uso de expresiones y palabras que hacen referencia a las actuales redes sociales (por cierto, otro modo de hacer llegar al trovo a más gente, como a un servidor) o en la manera de expresión corporal en algunos gestos. Hay que tener en cuenta que en la comarca de Cartagena este arte tiene cuatro siglos, por lo tanto su capacidad de absorción y adaptación está muy arraigada. Debo añadir que grandes troveros y amigos como Emilio del Carmelo del Tomás Loba organizan «batallas» entre troveros y raperos, y cómo mi paisano Paco Paredes (gran flamencólogo también) está uniendo trovos con cantes flamencos.

Escuchando, gracias a su gentileza, esa ejemplar velada entre Ángel Roca y Conejo II grabada en La Unión en 1985, y leyendo en su libro otras batallas protagonizadas por figuras del trovo sorprende la energía y mala uva a la que pueden llegar los contendientes. Cada uno defiende lo suyo con uñas y dientes (siempre en verso, y con indudable arte, pasan de la ironía al sarcasmo y en seguida al hondo puyazo) no deteniéndose ante nada. Incluso en varios duelos hemos percibido cómo los contrincantes llegan a poner en entredicho… ¡las honras de sus respectivas esposas!

Ante semejantes inquinas despachadas con llaneza ante el público expectante, ¿cabría decir, como en el fútbol, que lo que en el campo pasa (aquí, en el escenario) en el campo queda, y luego tan amigos?

Por supuesto, de hecho lo que da la sal y la pimienta entre el público es que en una controversia se ataquen dialécticamente con sus mejores armas, y luego, al terminar la velada, todos juntos en una mesa se rían y comenten las mejores jugadas. Porque el trovero busca hacer disfrutar a los espectadores y siente que su trabajo está hecho si lo logra. Hay mucho compañerismo (ello no quita para que haya algunas rencillas pero pasa igual en todos los ámbitos de la vida).

Cuando la copla se calla
mereces estar bajo tierra
un trovero da la talla
si ellos nos piden batalla
nosotros les damos guerra.

Con Ángel Cegarra Olmos, Conejo II. Una vida dedicada al trovo demuestra usted amplio conocimiento teórico del trovo y, en paralelo, nos muestra su preocupación personal por el presente y futuro de este arte tan peculiar como agudo.

Pero Juan Manuel Cegarra es Conejo IV y cómo a tal debemos preguntar: ¿es usted un artista en el arte de la repentización?

Artista es una palabra que me viene grande. No voy a negar que mamar desde la cuna este arte a través de mi bisabuelo, Conejo I, como sobre todo de mi abuelo, Conejo II, me ha ayudado en el sentido de amar el mundo de las Letras, sobre todo la poesía. El fallecimiento de mi abuelo despertó en mi interior el sentido latente de repentizar (o al menos intentarlo) para que no se perdiese ese legado, motivo por el que decidí, a su vez, e impulsado por una polifacética mujer, Kika Sureda –mi correctora–, a reunir parte de esos escritos e inquietudes en un libro. ¡Ah!, y gracias a toda la gente que me brindó también su apoyo con la maquetación (Juan Tebar), con el material fotográfico (Antonio Meroño, Antonio Gómez y Francisco Silvente) y con el prólogo (Paco Paredes).

¿Se ha subido a un escenario para participar en alguna velada trovera?

Los amigos troveros me comentan que les haría ilusión ver de nuevo a un Conejo sobre un escenario (a mí también) porque su huella es indeleble, en las conversaciones se nota. En sus veladas a veces me han pedido que suba a acompañarles y les he hecho alguna quintilla o verso cortado. Pero en la presentación de un CD titulado TROVO, Emilio del Carmelo Tomás Loba me pidió subir con él y estuvimos unos veinte minutos cantando quintillas (mi primera vez cantando y emulando el estilo de mi abuelo la Malagueña del Conejo). Ahora estoy asistiendo como alumno a las clases que se imparten en la Asociación Trovera José María Marín en La Palma para coger tablas, y uno de mis sueños es participar en una velada en nuestra Catedral del Cante.

Asimismo le pedimos noticias de la capacidad trovera de su prima, Tania Martínez Cegarra, conocida como Coneja I.

Respecto a mi prima, sus condiciones para repentizar son increíbles. Estaba tan cerca de nuestro abuelo todos los días que diría que se ha reencarnado en ella. Y que, con un poco de rodaje, sería una trovera excelente como algunas de las que ya hay como Patricia Navarro, Natalia «La Niña de la Magdalena», e Irene Vicente…; y las que vendrán, porque están surgiendo nuevas perlas. Con mi prima tengo una conexión especial, yo le digo que es mejor que yo, se ríe y dice que yo lo soy, y nos lanzamos ya a hacer algunas quintillas con verso cortado. En exclusiva le comento que en el grupo de whatsapp de la familia las felicitaciones las hacemos en verso, tanto mi padrino, mi tía, mis primas publican repentizando, es una manera de que nuestros seres queridos que ya no están sigan con nosotros. Y claro, es un sueño, pero le confieso que me gustaría mucho compartir escenario con mi prima;

Me fijo en el calendario
y ya no veo tan lejos
cumplir el deseo diario
ver juntos a dos Conejos
trovando en un escenario.

Nos gustaría terminar este trabajo contándole que los vascos también improvisan y cantan versos en su idioma con arreglo a una métrica y rima preestablecidas. Es el versolarismo (o bertsolarismo) una manifestación cultural anterior a cualquier otra escrita en euskera, ya que esta lengua históricamente se ha transmitido de manera oral. El versolarismo es un arte emparentado con el sean-nós de Irlanda, la payada del Cono Sur de América, el trovo y el repentismo cubano.

¿Le suscita a Juan Manuel Cegarra algún comentario esta globalización del arte de repentizar?

Es una manera de hermanar a distintos pueblos y pongo de ejemplo el Festival de Trovalia, donde vienen representantes de distintas regiones y países como pueden ser Islas Canarias, Chile, Colombia, Puerto Rico, Cuba… mostrando cada uno su estilo pero con un denominador común, la poesía improvisada. Troveros, trovadores, payadores… en definitiva, beben de la misma fuente, recogen siglos de historia y luchan por mantenerlo y expandirlo. Actualmente desde mi percepción el trovo tiene buena salud pero debe ir a más en nuestra zona. Es difícil que llegue al nivel de los años 80, pero se están dando pasos importantes y hay que agradecer el esfuerzo de tantas personas para que no se pierdan las tradiciones, que por algo son la esencia de cada uno.

Es su globalización
de sentimientos humanos
nacidos del corazón
todos juntos como hermanos
salvando la tradición.

Y para concluir y agradecer el concederme un espacio y aportar un granito de arena a la difusión del trovo:

Profunda satisfacción
estar en esta entrevista
abrazos desde La Unión
para otro genial artista
señor López Marañón.

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