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Manuela, el vuelo infinito
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Manuela, el vuelo infinito

MANUELA, EL VUELO INFINITO

Somos capaces
lunes 21 de octubre de 2024, 14:52h

Poder hablar de lo que ha sucedido. Poder contar que, una vez, escalando, Manuela Vos realizó un vuelo infinito que la dejó tetrapléjica en una silla de ruedas, pero no impedida. Poder decir que tuvo, y tiene, que solventar numerosas dificultades aún más peligrosas y difíciles que subir una montaña, es ya haber ido ganando competiciones.

Manuela, el vuelo infinito
Manuela, el vuelo infinito (Foto: Rai Messina)

Manuela Vos quiere contarnos su historia, que son muchas historias, sin perder el humor, sin perder la alegría, sin renunciar a sus amigos, al buen vino, al deporte. Poder acercarse a los dioses que viven más allá de la luz, más allá de los sentimientos, de las emociones, a base de trabajo y empeño, dejándose de lastimeros lamentos, de imposibilidades, derribando incluso las barreras que la propia sociedad impone.

Manuel Vos, nos habla de la pura belleza, de los sueños, de las rosas con espinas, de los deseos, del sexo, de lo cerca que estuvo de la muerte y a la que rechazó, porque, sencillamente, no se lo quería poner tan fácil.

Con dramaturgia y dirección de Emilio del Valle, despertamos al conocimiento de quién es Manuela. Ella nos abre los ojos, nos reconduce en el concepto de libertad, aunque ella esté condenada a permanecer en una jaula de silla de ruedas. Teatro documento y de autorrealización, con Jorge Muñoz, Luna Mayo y Elena de Lucas, ejerciendo de confidentes, de amigos, de ella misma, poniéndose en su lugar, testimonio de afán por no rendirse.

Realizan Manuela y los componentes del montaje un vuelo infinito donde crean sus propias alas, donde lo imposible también es necesario, donde la heroicidad en sí misma es saber contarlo, es no callarse y no ocultarlo, es vivir con la energía imprescindible de los luchadores.

Manuela Vos soñaba con sus montañas y estas se nublaron un mal día. Pero ella se enfrentó a sus fantasmas, compitió contra su propio cuerpo ahora dormido, se hizo sabia en matar las barreras que le impedían mostrarse en su plenitud.

Podría resultar trágicamente triste, pero cuando un corazón late con fuerza, no hay pared vertical que se le resista.

La obra se complementa con los testimonios de la gente que estuvo a su lado, fisioterapeutas, amigos, sus hijos, la médica que la atendió, imágenes y palabras de su propia experiencia.

Con amor y tenacidad quizás las heridas no se cierren, pero dejan de sangrar a borbotones. Si el ala de volar se rompe, se recompone para realizar un vuelo infinito, un quiero infinito, una pasión infinita.

Manuela Vos nos lo cuenta, sin desesperación, necesitando salir de su propia compasión, que no la conduce a ningún sitio, pero sí a la escena, a convertirse también en actriz, ¿por qué no?, a mostrar que los sueños, aunque se sufra, aunque se caiga, aunque se incendien, pueden llegar a ser cumbres de luz y hazañas conseguidas.

Hay que hablar y contar que somos capaces, para sentir el abrazo de los que tenemos cerca y ayudar también a los que alrededor creen que están encerrados en un cuerpo inútil. De eso nada, nada es fracaso si, al menos, se intenta.

FICHA ARTÍSTICA

MANUELA, EL VUELO INFINITO

Autoría y dirección: Emilio del Valle

Interpretación: Manuela Vos, Luna Mayo, Jorge Muñoz, Elena de Lucas

Diseño de escenografía y de vestuario: Inconstantes Teatro

Creación audiovisual: Jorge Muñoz

Música original: Montse Muñoz

Coreografía: Lorena Fernández

Una producción de: Producciones Inconstantes, Escena Miriñaque y Tranvía Teatro

Espacio: Sala Cuarta Pared

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