Manuela Vos quiere contarnos su historia, que son muchas historias, sin perder el humor, sin perder la alegría, sin renunciar a sus amigos, al buen vino, al deporte. Poder acercarse a los dioses que viven más allá de la luz, más allá de los sentimientos, de las emociones, a base de trabajo y empeño, dejándose de lastimeros lamentos, de imposibilidades, derribando incluso las barreras que la propia sociedad impone. Manuel Vos, nos habla de la pura belleza, de los sueños, de las rosas con espinas, de los deseos, del sexo, de lo cerca que estuvo de la muerte y a la que rechazó, porque, sencillamente, no se lo quería poner tan fácil. Con dramaturgia y dirección de Emilio del Valle, despertamos al conocimiento de quién es Manuela. Ella nos abre los ojos, nos reconduce en el concepto de libertad, aunque ella esté condenada a permanecer en una jaula de silla de ruedas. Teatro documento y de autorrealización, con Jorge Muñoz, Luna Mayo y Elena de Lucas, ejerciendo de confidentes, de amigos, de ella misma, poniéndose en su lugar, testimonio de afán por no rendirse. Realizan Manuela y los componentes del montaje un vuelo infinito donde crean sus propias alas, donde lo imposible también es necesario, donde la heroicidad en sí misma es saber contarlo, es no callarse y no ocultarlo, es vivir con la energía imprescindible de los luchadores. Manuela Vos soñaba con sus montañas y estas se nublaron un mal día. Pero ella se enfrentó a sus fantasmas, compitió contra su propio cuerpo ahora dormido, se hizo sabia en matar las barreras que le impedían mostrarse en su plenitud. Podría resultar trágicamente triste, pero cuando un corazón late con fuerza, no hay pared vertical que se le resista. La obra se complementa con los testimonios de la gente que estuvo a su lado, fisioterapeutas, amigos, sus hijos, la médica que la atendió, imágenes y palabras de su propia experiencia. Con amor y tenacidad quizás las heridas no se cierren, pero dejan de sangrar a borbotones. Si el ala de volar se rompe, se recompone para realizar un vuelo infinito, un quiero infinito, una pasión infinita. Manuela Vos nos lo cuenta, sin desesperación, necesitando salir de su propia compasión, que no la conduce a ningún sitio, pero sí a la escena, a convertirse también en actriz, ¿por qué no?, a mostrar que los sueños, aunque se sufra, aunque se caiga, aunque se incendien, pueden llegar a ser cumbres de luz y hazañas conseguidas. Hay que hablar y contar que somos capaces, para sentir el abrazo de los que tenemos cerca y ayudar también a los que alrededor creen que están encerrados en un cuerpo inútil. De eso nada, nada es fracaso si, al menos, se intenta. FICHA ARTÍSTICAMANUELA, EL VUELO INFINITO Autoría y dirección: Emilio del Valle Interpretación: Manuela Vos, Luna Mayo, Jorge Muñoz, Elena de Lucas Diseño de escenografía y de vestuario: Inconstantes Teatro Creación audiovisual: Jorge Muñoz Música original: Montse Muñoz Coreografía: Lorena Fernández Una producción de: Producciones Inconstantes, Escena Miriñaque y Tranvía Teatro Espacio: Sala Cuarta Pared
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